Elecciones otra vez... Y las cuentan, a su manera, Barbijaputa, Mariola Cubells, Edu Galán, Lucía Lijtmaer y José Antonio Pérez.
Menos mal que vi el debate
NO CONTENTOS en este diario con mandarme a un mitin de Ciudadanos, me ordenan ver el debate a siete de TVE.
- Esto va a ser como el debate a cuatro pero con siete- le digo a mi perro (esta vez no he convencido a ningún amigo para que me acompañe).
Y es que yo pensaba de verdad que iba a ser más de lo mismo, pero no, lo cierto es que fue un debate muy innovador, con un formato super original, donde había colocados siete atriles en los cuales los candidatos de PP, PSOE, Unidos Podemos, Ciudadanos, ERC, CDC y PNV se colocaron y empezaron a hablar de los temas que el moderador, Julio Somoano, les iba dictando. Los candidatos, sorprendentemente, eran todos hombres, menos la representante del PSOE, que era una mujer. Arriesgada proporción.
Especialmente interesante fue el bloque de política social, que lejos de centrarse en los problemas de siempre sobre la desigualdad de género, se enfocó en otras cosas que tenían más que ver con todo lo que viene siendo lo social. No es ya que los candidatos y la candidata no sacaran ninguno de los temas relacionados, no, es que ni se contempló por parte de TVE, la tele de todos, la opción de preguntarles. Un buen golpe en la mesa de Somoano y la dirección de TVE al feminazismo imperante, porque ya está bien de hablar siempre de lo mismo todo el rato: que si brecha salarial, que si techo de cristal, que suelo resbaladizo, que si violencia contra la mujer. Esto harta a veces.
Los presentes, como decía, tampoco sacaron el tema, porque también estarán hastiados de hablar siempre de propuestas, de soluciones, de medidas... que los políticos, a veces se nos olvida, pero también son personas. Y seamos sinceras, por más políticas que idean e implantan, por más presupuesto y tiempo que dedican a paliar la desigualdad, a formar con perspectiva de género, a eliminar la violencia institucional y a la LIVG, a nosotras nunca nos dejan contentas, que a veces somos muy pesadas y muy de no conformarnos. Sólo la candidata del PSOE nombró algo de pasada, claro… porque es mujer, qué casualidad. No falla, las invitas y se vienen arriba diciendo una vez en dos horas “violencia de género”.
En cambio, esta vez se habló de temas que parece que no interesan, que cualquiera diría que están silenciados por los mass media y que tienen a muchas familias españolas con el sueño cambiado, como son Grecia y Venezuela.
Pablo Casado, del Partido Popular, en este sentido puede que fuera el candidato que más brilló.
Con esta portada, Casado dejó boquiabierto a los presentes. ¿Venezuela relacionada con Unidos Podemos? ¿Por qué no se habla de esto? Claro, no interesa que se sepa la verdad. Gabriel Rufián, de ERC, dijo en ese momento que al menos no era una foto del Congo, referencia que ni venía a cuento y que, además, nadie entendió.
Puede que Casado sacara más portadas de medios independientes para reforzar sus argumentos, pero lo cierto es que de la emoción di un par de cabezadas, y puede que también jugara un poco el perro y me hiciera la cena, y tampoco lo podría asegurar a ciencia cierta. Lo que sí vi fue el gráfico que enseñó a cámara, el cual desbarató todas las teorías de sus contrarios en cuanto a gasto social.
El orden ascendente no se correspondía con los números ni las proporciones con los euros, pero se ve claramente que, desde 2011 a 2016, el gasto social dispara, fíjense bien porque puede que a simple vista no se perciba. De hecho el 2011 está en rojo y el 2016 en negrita: prueba irrefutable. Extasiada me dejó, de hecho, hasta me asusté un poco porque digo “madre mía, no sé yo si están las arcas del Estado para este derroche”. Y es que ya estaba bien de no dar tiempo al Partido Popular a mostrar sus logros en prime time y que todos pudiéramos ver que se está invirtiendo una fortuna en sanidad, educación y protección social. Pero claro, te enseñan ese gráfico y tú ya dices: ¡ahhhmigo, esto se dice antes, que estaba a punto de votar a PACMA!
El debate estuvo tan animado, los candidatos tan eufóricos por la oportunidad que se les dio de hablar de cosas nuevas, que al moderador se le fue un poco de las manos y le dijo al candidato de ERC (yo creo que sin darse cuenta, sin mala baba): “No sé en otros lugares, en este estudio se cumplen las reglas que nos hemos dado entre todos”. Yo, por mi parte, en los debates haría con los independentistas lo mismo que los partidos con las mujeres: no dejarlos salir.
En fin, la verdad es que es innegable que desde que hace unos días Mariano Rajoy dijera que lo que quería era que TVE fuera “una televisión independiente y financiada, no objeto de disputa como puede ser la BBC en el Reino Unido”, ha sido dicho y hecho. Es más, menos mal que vi el debate, a saber qué hubiera votado si no.
No les voy a contar nada más porque con todo lo que se dijo no se puede hacer ni una crónica ni un resumen, sería injusto; demasiado nivel, demasiado rigor, demasiada innovación. Véanlo mejor, de verdad, porque contado... como que pierde.
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