¿Por qué existe y para qué sirve el Día sin Alcohol?
Las bebidas alcohólicas no solo son legales, sino que además están muy vinculadas, en el imaginario popular, a las fiestas, el disfrute y la diversión. Sin embargo, es bien sabido que el consumo excesivo de alcohol tiene consecuencias muy negativas.
De hecho, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el alcohol es responsable cada año de 3 millones de muertes, un 5,3% del total de las defunciones en todo el mundo. En la franja etaria entre 20 y 39 años, ese porcentaje aumenta al 13,5%. Y España es el segundo país de Europa donde se consume alcohol con mayor frecuencia.
Es por motivos como esos que, desde hace más de tres décadas, existe el Día sin Alcohol, convocado cada 15 de noviembre por diversas organizaciones españolas que luchan contra el consumo excesivo de alcohol, con el objetivo de reflexionar y concienciar acerca de este problema.
A menudo se habla de esta fecha como día “mundial”. Lo cierto es que, por ahora la jornada no tiene alcance global, pero “se ha iniciado el proceso para que la OMS lo reconozca”, explica Francisco Pascual, presidente de la Sociedad Científica Española de Estudios sobre el Alcohol, el Alcoholismo y las Otras Toxicomanías (Socidrogalcohol).
En cualquier caso, el Día sin Alcohol procura dar visibilidad a un problema -su consumo excesivo- que cada año se relaciona con 20.000 muertes en España, según el propio Pascual. El experto añade que cerca del 15% de quienes acuden a una consulta en atención primaria “presentan un consumo de alcohol considerado de riesgo”.
Consumo de riesgo en España: cifras y perfiles
En nuestro país hay 1,3 millones de consumidores de alcohol de riesgo. Un millón de ellos son hombres y 300.000 mujeres. Ese consumo, además, es más común entre los más jóvenes: alcanza al 9,2% de los bebedores de alcohol de entre 15 y 24 años, mientras que entre los mayores de 55 años se reduce al 4,1%.
Así lo estima el ‘Informe 2021’ del Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones, del Ministerio de Sanidad, que a su vez toma datos de la Encuesta sobre Alcohol y Drogas en España (EDADES).
En nuestro país hay 1,3 millones de consumidores de alcohol de riesgo, un millón de ellos son hombres y 300.000 mujeres
Tal encuesta incluye la llamada escala AUDIT, una serie de preguntas sobre la cantidad y frecuencia del consumo de alcohol, el comportamiento o la actitud ante la bebida, la existencia de reacciones adversas y los posibles problemas derivados del consumo de alcohol.
El perfil del consumidor de riesgo de alcohol -según las mismas fuentes- es un varón de 38 años, soltero, con estudios secundarios y con trabajo. Casi la mitad de estos consumidores de riesgo admiten que se han emborrachado en el último mes, y el 84,3% dice haber practicado binge drinking (consumo por atracón: cinco o más copas en un lapso de dos horas).
En el caso de las mujeres que practican un consumo de riesgo de alcohol, el perfil es similar salvo por el hecho de que la edad es más baja: 33,6 años. Las que cuentan que se emborracharon en los últimos treinta días representan el 46,5%, y el 83,4% hizo binge drinking (para ellas, cuatro copas en dos horas).
¿Cuánto se considera un consumo de bajo riesgo?
Hasta hace un año, se consideraba que los hombres podían tomar hasta 40 g/día (gramos por día) de alcohol y las mujeres hasta 24 g/día, y que, de esa manera, se mantenían dentro del grupo de consumo “de bajo riesgo”.
Sin embargo, en noviembre de 2020 un equipo de científicos españoles presentó una revisión de estudios que rebajó esos límites a la mitad. De acuerdo con este trabajo, que contó con el aval del Ministerio de Sanidad, para ser considerado “de bajo riesgo” ese consumo no puede superar 20 g/día para los hombres y 10 g/día para las mujeres.
Esto equivale a un máximo de dos cañas de cerveza o dos copas de vino diarias para los hombres y una para las mujeres, de acuerdo con lo explicado por los investigadores. El trabajo enfatiza, además, que “no hay un riesgo cero”. Es decir, aun un consumo más bajo puede acarrear consecuencias nocivas.
Para ser considerado "de bajo riesgo" (no existe el riesgo cero) el consumo no puede superar dos cañas de cerveza o dos copas de vino diarias para los hombres y una para las mujeres
Algunas de las formas en que el consumo excesivo pueden tener consecuencias fatales son los accidentes de tráfico, traumatismos por caídas, actos de violencia y suicidios. Pero -como apunta la OMS- el consumo de alcohol es “un factor causal en más de 200 enfermedades y trastornos”.
Entre esas enfermedades se destacan las cirrocis hepática y ciertos trastornos mentales y del comportamiento, incluido -claro está- el alcoholismo. Pero también puede ocasionar enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.
“Recientemente -apunta además la OMS- se han establecido relaciones causales entre el consumo nocivo y la incidencia de enfermedades infecciosas tales como la tuberculosis y el VIH/sida”.
Y, más allá de lo fisiológico, el alcohol es “la sustancia tóxica que más problemas genera en el entorno social cercano”, señala Francisco Pascual, dado que “cuando en la familia hay una persona con trastorno por uso de alcohol, pueden aparecer problemas en las relaciones familiares, económicos, etc.”.
España: mucha frecuencia, no tanta cantidad
España es, como se ha mencionado, el segundo país en Europa con mayor frecuencia en el consumo de alcohol. Esto se deriva del hecho de que el 13% de los españoles beben alcohol todos los días, una cifra solo superada por Portugal (20,7%) y muy por encima de la media del continente (8,4%), según la Encuesta Europea de la Salud.
Sin embargo, más allá de esa alta frecuencia, otros datos permiten suponer que el consumo en España es de los más responsables. Y es que el nuestro es uno de los países donde se produjeron menos episodios de consumo excesivo (más de 60g/día).
El 13% de los españoles beben alcohol todos los días, una cifra solo superada por Portugal (20,7%) y muy por encima de la media del continente (8,4%), según la Encuesta Europea de la Salud.
De acuerdo con la citada encuesta, casi un 20% de los europeos que beben alcohol protagonizaron esos episodios al menos una vez por mes a lo largo de todo el año anterior. Pero mientras en España esa situación alcanzó a alrededor del 8% de los consumidores, en otros países fue mucho mayor: en Alemania fue del 30,4%, en Luxemburgo 34,3%, en Rumanía 35% y en Dinamarca 37,8%.
Por cierto, el último informe de la OMS -publicado en 2018- coloca a España en el puesto 39 entre todos los países del mundo según la cantidad total de alcohol consumida, con diez litros de alcohol puro anual por cada persona mayor de 15 años de edad. El ranking lo lidera Moldavia (15,2 litros), seguida de Lituania y la República Checa.
El Día sin Alcohol viene a llamar la atención sobre todas estas cifras, situaciones y riesgos, y de algún modo a recordar que las bebidas alcohólicas -más allá del lugar alegre y festivo ocupan en el imaginario popular- pueden generar graves perjuicios para muchas más personas de lo que, en ocasiones, nos podemos imaginar.
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