Cuando se trata de cuidarnos, establecer rutinas resulta algo fundamental. No solo ocurre con el deporte o la comida -las dos áreas en las que uno se centra cuando comienza a preocuparse por estar en forma- sino también, por ejemplo, con la piel. El órgano más grande de nuestro cuerpo requiere que le prestemos atención y le dediquemos el tiempo que merece, sea cual sea el tipo de piel que tengamos. Por eso, desde Clarins cuentan con una serie de pautas que repetir con cierta periodicidad para conseguir que nuestro rostro luzca su mejor versión.
1. Una limpieza a fondo
Al terminar el día después de una larga jornada laboral, hay algo imprescindible: dejar nuestra piel libre de maquillaje -en el caso de que nos lo hayamos aplicado- y también de las toxinas fruto de factores como la contaminación ambiental. Para ello, contamos con Doux Nettoyant Moussant, una espuma de fácil aplicación que se aclara con agua y que libera la piel de la suciedad del día a día.
2. Tonificar y calmar
El segundo paso en una rutina de limpieza diaria de nuestra piel es aplicar un tónico que prepara el rostro antes de utilizar la crema hidratante. Uno de los más adecuados del mercado para este fin es Lotion Tonique Camomille de Clarins, a base de manzanilla que equilibra la piel, la suaviza y la calma.
3. Hidratar
Encontrar una crema hidratante que responda a las necesidades de nuestra piel no siempre resulta tarea sencilla. Pero hay algunas que se convierten en best seller gracias a sus buenos resultados. Es el caso de Crème Desaltérante Hydra Essentiel, una crema que ayuda a la piel a recuperar su capacidad de retener agua con el fin de brindarle confort y luminosidad. Y, además, se trata de un producto elaborado para proteger nuestro rostro de la contaminación ambiental. Una función muy beneficiosa, sobre todo si vivimos en una gran ciudad.
4. Exfoliación
Hasta aquí llegan los pasos imprescindibles en una rutina diaria y ahora pasamos a una periodicidad más amplia. Por ejemplo, ¿cada cuánto tiempo debo exfoliar mi rostro? Pues bien, los expertos recomiendan que se haga una vez a la semana y a ser posible que se utilice un producto como Fresh Scrub. Es una crema exfoliante refrescante que libra a la piel de células muertas, de tal forma que da comienzo el proceso de regeneración. Además, la pone a punto para el siguiente paso de esta rutina: aplicar una mascarilla.
5. Mascarilla hidratante
Además de la hidratación diaria del rostro mediante la crema que hemos citado anteriormente, una vez a la semana se recomienda el uso de una mascarilla. Con SOS Hydra Masque Fraîcheur, por ejemplo, conseguimos una agradable sensación de reposo para el rostro. Con tan solo 10 minutos, tendremos un extra de hidratación y luminosidad y nuestra piel se verá mucho más fresca y lisa.
6. Hacer una cura intensiva
Como otras partes de nuestro cuerpo, nuestra piel también sufre daños por las toxinas del exterior y factores internos como el estrés. Por eso, los profesionales aconsejan hacer una cura dos veces al año durante un mes con el Double Serum de Clarins. Se trata de una especie de suero que contiene dos fórmulas en el mismo compuesto y que a base de extractos de plantas consigue devolver a la piel su estado óptimo.
7. Cuidado extra
El contorno de ojos, las ojeras, las líneas de expresión o las bolsas son algunas de las zonas más delicadas de la piel que, como tal, requieren un mimo especial. Para ellas existe el Extra Firming Yeux, un producto ideado para aplicarnos cada noche y con un efecto notable después de varias aplicaciones. También requieren un cuidado extra la zona del cuello y el escote y desde Clarins proponen el uso de Extra Firming Cou et Découlleté en esta parte del cuerpo. Ocurre también algo similar para las manos, que sufren especialmente el paso del tiempo y el ataque de factores externos como el frío. Para ellas la Crème Jeunesse des Manins es la solución. Se trata de una crema de acabado no graso que hidrata, nutre y repara las manos y las uñas.
8. Un toque especial
El broche final a una buena rutina de cuidado de nuestro rostro lo pone Eau Dynamisante, un agua pensada para perfumar nuestra piel con un aroma fresco y vital.