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La audición de una persona suele disminuir de forma natural con la edad y, en muchos casos, la de un oído suele ser mejor que la del otro. Sin embargo, si la pérdida auditiva aparece de forma repentina, casi siempre en un oído, sin un motivo aparente, es posible que estemos hablando de sordera súbita o lo que se conoce con el término médico de hipoacusia neurosensorial súbita.
Qué es la sordera súbita
Hablar de sordera súbita es hacerlo de la pérdida auditiva neurosensorial superior a 30 dB HL, en tres o más frecuencias consecutivas (la frecuencia es una medida del tono, de mayor a menor), normalmente de uno de los oídos sanos, que aparece sin previo aviso, casi siempre en un tiempo inferior a las 72 horas.
Para entender un poco cómo sería esta pérdida de 30 decibelios, tenemos que imaginarnos una conversación entre dos personas, que sonaría más como un susurro. Ocurre cuando algunas estructuras del oído dejan de funcionar, ya que este no puede convertir los sonidos en impulsos nerviosos que se transmiten en el cerebro.
Afecta sobre todo a personas de entre 30 y 55 años, con una incidencia de entre dos y 20 casos por cada 100.000 habitantes al año. La gravedad de la pérdida auditiva varía; algunas personas se recuperan por completo y en tan solo unos días.
Se calcula que aproximadamente la mitad de las personas con pérdida auditiva súbita recuperan parte o la totalidad de su audición, generalmente en una o dos semanas. Por el contrario, otras no la llegarán a recuperar nunca
Qué causa la sordera súbita
En la mayoría de los casos, se considera que la sordera súbita tiene una causa idiopática ya que solo se identifica etiología en el 10% de los casos estudiados, según datos del Instituto Nacional de la Sordera y Otros Trastornos de la Comunicación (NIDCD).
Pese a todo, algunas de las causas que más se han relacionado con este problema son ciertas formas detectables de infecciones, traumatismo craneoencefálico, cambios de presión bruscos, enfermedades autoinmunitarias, trastornos neurológicos o medicamentos que pueden dañar el oído interno.
Cuáles son los síntomas de la sordera súbita
La sordera súbita aparece, casi siempre, de repente, sin dar ni siquiera algunas señales de que hay algún problema. En algunos casos, sin embargo, pueden existir signos como:
- Sensación de tener tapado el oído.
- Mareos: se calcula que entre el 20% y el 60% de las personas que sufren sordera súbita sufren vértigo.
- Zumbido en los oídos (tinnitus).
- Pérdida de equilibrio.
- Un fuerte sonido explosivo, justo antes de perder la audición.
Retrasar la visita al especialista ante síntomas como estos puede hacer que disminuya la eficacia del tratamiento o provocar que una afección grave no se diagnostique a tiempo.
Diagnosticar a tiempo para tratar mejor, clave en la sordera súbita
Uno de los mayores problemas de la sordera súbita es que, muchas veces, por ignorancia o porque se asocia a los efectos de resfriados o catarros y, por tanto, no se ve como un problema grave, no se diagnostica bien.
Un retraso en recibir atención aumenta el riesgo de pérdida auditiva de forma permanente. Por ello es importante que, tras la presencia de algunos de los síntomas descritos, acudamos al especialista lo antes posible.
Las pruebas diagnósticas necesarias para saber si se trata de sordera súbita son otoscopia; acumetría; audiometría tonal para comprobar que el sonido llega (o no) al oído interno y, si llega, comprobar si es procesado por el nervio auditivo; audiometría verbal y timpanograma para descartar causas transmisivas de sordera.
Si se confirma el diagnóstico, es posible realizar otras pruebas para intentar determinar una causa subyacente, como análisis de sangre, resonancia magnética y pruebas de equilibrio.
Un rápido tratamiento para un mejor pronóstico
En cuanto al tratamiento de la sordera súbita, desde la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC), en el documento de consenso sobre el Diagnóstico y tratamiento de la sordera súbita idiopática, reconocen que el más útil actualmente es el uso de corticoides directamente a través del tímpano hacia el oído interno.
Los esteroides se usan para tratar muchos trastornos distintos y, por lo general, funcionan reduciendo la inflamación, disminuyendo la hinchazón y ayudando al cuerpo a combatir las enfermedades.
En los casos más severos, como sordera severa o vértigo asociado, es posible que el tratamiento tenga que ser intravenoso con corticoides durante cinco días. Los factores que pueden tenerse en cuenta para determinar el pronóstico son la edad, la demora hasta iniciar el tratamiento, síntomas asociados, relación con otras enfermedades, tipo de curva auditiva y el grado de hipoacusia al inicio.
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