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Las falacias de Schäuble sobre una quita de la deuda griega

En pleno debate post-12 de julio 2015 (fecha que pasará a la historia como uno de los días más negros de la historia del proyecto de integración europea, el día que un Estado miembro propuso expulsar a otro de la eurozona), Schäuble se arrancó con unas declaraciones en las que afirmaba que “una quita de la deuda es incompatible con la pertenencia a la Unión Monetaria”.

Schäuble reconocía que en el caso de Grecia la quita era imprescindible, pero señalaba que debía producirse fuera del euro:  “Nadie sabe cómo puede continuar Grecia sin una quita de la deuda y todos sabemos que esa quita es imposible; ésa es la situación”.

Una cosa está clara, el programa que se pretende aplicar en Grecia es un suicidio. Las metas fiscales son imposibles de cumplir (de hecho parece que ya las están revisando), las reformas exigidas hacen recaer de nuevo el peso del ajuste en los más débiles y tendrán un claro efecto recesivo. Además, sin reestructurar la deuda Grecia jamás va a salir del pozo.

Pero, más allá del debate general sobre el nuevo paquete, ¿dice la verdad Schäuble cuando afirma afirma que una quita de la deuda dentro de la eurozona no es legal? Miente: hace su propia interpretación de las reglas de la eurozona, una interpretación que no aguanta un análisis serio.

Una quita (más aún una reestructuración) son perfectamente legales en la eurozona. Vamos a ver por qué.

Aquellos que defienden la tesis de Schäuble (como Otmar Issing, antiguo economista jefe del Banco Central Europeo) suelen invocar el artículo 125.1 del Tratado de Funcionamiento de la UE (TFUE), más conocido en inglés como la cláusula no-bail-out. Un artículo que aquellos que se oponen a cualquier tipo de avance hacia una unión monetaria racional (ya sea mediante la creación de mecanismos de transferencias fiscales permanentes, o instrumentos comunes de deuda soberana) invocan sin cesar.

El Art. 125.1 establece lo siguiente:

“La Unión no asumirá ni responderá de los compromisos de los Gobiernos centrales, autoridades regionales o locales u otras autoridades públicas, organismos de Derecho público o empresas públicas de los Estados miembros, sin perjuicio de las garantías financieras mutuas para la realización conjunta de proyectos específicos. Los Estados miembros no asumirán ni responderán de los compromisos de los Gobiernos centrales, autoridades regionales o locales u otras autoridades públicas, organismos de Derecho público o empresas públicas de otro Estado miembro, sin perjuicio de las garantías financieras mutuas para la realización conjunta de proyectos específicos”.

Este artículo le sirve a Schäuble para afirmar que una quita supondría asumir una parte de los compromisos financieros de un Estado Miembro, en este caso Grecia, y que por lo tanto violaría el espíritu de la letra de este artículo.

Sin embargo, esa interpretación no es correcta. Afortunadamente, quien interpreta el derecho europeo, y también el artículo 125.1, no es Schäuble, sino en última instancia la Corte Europea de Justicia.

Y es aquí donde dos sentencias de la Corte cobran especial relevancia.

La primera es la referida a la sentencia del caso Pringle del 27 de noviembre de 2012 . Una sentencia que la Corte emitió a raíz de la puesta en marcha del Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera, que algunos también quisieron contestar a la luz de los tratados.

Esa sentencia blinda la asistencia financiera a los Estados Miembros, recuerda que el artículo 122 del TFUE prevé que “en caso de dificultades graves (…) la Unión podrá acordar una ayuda financiera puntual al Estado Miembro en cuestión”. Y recuerda que “si el Art.125 prohibiera toda asistencia financiera por parte de la Unión  o de los Estados Miembros a otro Estado miembro, el artículo 122 del TFUE habría debido precisar que constituye una excepción a ese artículo 125”.

Señala por lo tanto que el Art.125 del TFUE “trata de asegurar que los Estados miembros observen una política presupuestaria sana”, no prohibir la asistencia financiera.

Una vez aclarado esto, alguien dirá que dicha sentencia cubre la  legalidad de la asistencia financiera en forma de créditos, e incluso posibles reestructuraciones, pero no quitas.

Esta semana un artículo de tres especialistas del instituto Bruegel nos invitaban a complementar esta sentencia con otra del 16 de junio de este año, la que estableció la legalidad del programa de las OMT (Outright Monetary Transactions) del Banco Central Europeo –Programa del Banco Central Europeo que permite si activado y bajo ciertas condiciones, la compra masiva de bonos soberanos en el mercado secundario–.

Los expertos de Bruegel recuerdan cómo en dicha sentencia se señala que en caso de utilización de las OMT, “el Banco Central Europeo podría exponerse a un significante riesgo de pérdidas” al comprar bonos soberanos, pero que ello no afectaría “las garantías que establece el programa para que los Estados Miembros no aflojaran en su ímpetu para desarrollar una política fiscal responsable”.

Siguiendo esta lógica, los tres autores señalan que la Corte asume que el Banco pueda asumir una quita, si ello es necesario para los objetivos de política monetaria. Si ello aplica al Banco Central Europeo, cuyo marco legal es mucho más severo prohibiendo la “financiación monetaria” a un Estado Miembro, señalan, es difícil pensar que uno pueda estar violando el artículo 125.1 del TFUE si aplica quitas en la deuda soberana con el fin de garantizar la estabilidad financiera.

Esta tesis de Bruegel es recogida también por el economista irlandés Karl Whelan, en otro buen artículo en su blog que me recomendó un amigo corresponsal en Bruselas la semana pasada.

El articulista del Financial Times Wolfgang Münchau parece esta semana estar también convencido por el argumento en su artículo del lunes. Este último hace notar entre otras cosas que el problema de fondo es que Alemania no quiere aliviar la deuda de Grecia por motivos políticos y usa la ley europea como un pretexto, manipulándola de forma malintencionada.

Vistas las dos sentencias anteriores, perece claro que una quita sería perfectamente legal dentro de la eurozona. Si se aplicara, lo más probable es que el caso volviera a terminar ante la Corte. Pero vistos estos dos precedentes, es difícil pensar que la Corte vaya a adoptar una posición distinta.

Es obvio que Schäuble conoce todo esto. Suficientes dolores de cabeza dio a la derecha alemana la sentencia sobre las OMT. Ahora miente deliberadamente en el debate sobre una posible quita de la deuda griega. Es perfectamente legal.

De todas maneras, ya que a Schäuble le preocupa tanto el derecho europeo, sería bueno que nos aclarara cuál es el artículo de los tratados de la UE que regula la expulsión de un miembro de la eurozona como él ha estado promoviendo estos días. Por más que busco y de verdad que me esfuerzo, no lo encuentro. El problema es que lamentablemente para él ese artículo no existe: expulsar a un Estado miembro de la eurozona, como Shäuble ha intentado e intenta, sí que es ilegal. Las quitas de deuda soberana, no.

En pleno debate post-12 de julio 2015 (fecha que pasará a la historia como uno de los días más negros de la historia del proyecto de integración europea, el día que un Estado miembro propuso expulsar a otro de la eurozona), Schäuble se arrancó con unas declaraciones en las que afirmaba que “una quita de la deuda es incompatible con la pertenencia a la Unión Monetaria”.

Schäuble reconocía que en el caso de Grecia la quita era imprescindible, pero señalaba que debía producirse fuera del euro:  “Nadie sabe cómo puede continuar Grecia sin una quita de la deuda y todos sabemos que esa quita es imposible; ésa es la situación”.