Yolanda lleva a su madre al Hospital Severo Ochoa de Madrid. La dejan ‘aparcada’ en Urgencias durante 4 días. La madre de Yolanda muere.
Y no pasa nada.
En diciembre pasado dos pacientes mueren en los pasillos de Urgencias del Hospital de Toledo. Los médicos envían una carta al colegio de médicos y acuden a los juzgados: “Ya no podemos atender a los pacientes por falta de espacio y de camillas”.
Y no pasa nada.
El dictador guineano Teodoro Obiang es invitado a los funerales de Estado por Adolfo Suárez y después se va a Bruselas a impartir una conferencia de mano del Instituto Cervantes. Obiang agradece al rey que haya intervenido para conseguirle la conferencia, pero el rey lo niega aunque agradece las palabras del dictador. Todos se agradecen todo mutuamente. Reyes y dictadores.
Y no pasa nada.
Cuenta Pilar Urbano –y lo ha contado muchas veces Gregorio Morán– que el rey pasteleó con los militares para desembarazarse de Suárez.
Y no pasa nada.
Cien niños desayunan cada sábado en el comedor de la organización Berakah de Vitoria. En muchos de los casos sus padres no tienen dinero para pagar tres comidas al día. España es el segundo país con más pobreza infantil de la Unión Europea, según Cáritas.
Y no pasa nada. Y encima Montoro se cabrea.
La Guardia Civil dispara pelotas y botes de humo a las personas que nadan hacia las costas españolas. Al menos, once de ellas mueren ahogadas. Once. Y podrían ser más los cadáveres que se han quedado en el fondo del mar.
Y no pasa nada. Y el ministro del Interior también se cabrea con los que quieren que pase algo.
El Gobierno decide rescatar a las autopistas en quiebra -2.300 millones de euros- al tiempo que sigue reclamando sacrificios a los españoles en quiebra.
Y no pasa nada.
Oudka tiene 24 años y es prostituta. Un día de noviembre se acuesta con un soldado español en Melilla. El soldado la mata a golpes. El asesinato no cuenta en los registros de violencia machista. El Gobierno considera que no es violencia de género. 658 mujeres han sido asesinadas en la última década en España y con Rajoy en el Gobierno los fondos para prevenir esta violencia se han recortado un 30%.
Y no pasa nada.
La Ertzaintza mata a Íñigo Cabacas de un pelotazo y dos años después todavía no se ha hecho justicia.
Y no pasa nada.
Un joven pierde un testículo por otro pelotazo durante las protestas del 22-M. A otro le revientan un ojo. Una semana después la policía agrede a siete periodistas. Observadores internacionales de la OSCE lo consideran inaceptable. Un señor un poco grimoso dice que son de un “medio pequeñito”.
Y tampoco pasa nada.
Pero, una noche, un grupo de violentos apedrea a la policía y entonces sí que se monta un buen escándalo. Y hay que adoptar medidas urgentes antes de que España se convierta en una secuela pavorosa de Mad Max con 'muletas-espada' y estos rojos son todos unos cómplices de la violencia y para qué cojones querrá la gente manifestarse ahora que estamos saliendo de la crisis.
Sobre este blog
Iker Armentia es periodista. Desde 1998 contando historias en la Cadena Ser. Especializado en mirar bajo las alfombras, destapó el escándalo de las 'preferentes vascas' y ha investigado sobre el fracking. Ha colaborado con El País y realizado reportajes en Bolivia, Argentina y el Sahara, entre otros lugares del mundo. En la actualidad trabaja en los servicios informativos de la Cadena Ser en Euskadi. Es adicto a Twitter. En este blog publica una columna de opinión los sábados.
