Dando un paseo urbano desde el barrio de Egia a Pasajes Antxo me encontré, en el tramo que fluye junto a las vías del tren de Intxaurrondo, atadas a un árbol, con un bello mensaje en euskera y dedicado a un hermano fallecido, unas flores. No recuerdo con exactitud el texto. O bueno, sí, sí que lo recuerdo, pero no quiero reproducirlo. Era personal. Público, pero personal. Y en esa tarde de invierno, allí, casi anocheciendo, entre las ortigas y el óxido de las vías del tren, participé de una tristeza inesperada. Oí el encono de un quejido que en estos días, mientras prevalece aún en mi memoria, busco en la gente que me cruzo, y me pregunto quién lo lleva apretado en el bolsillo. Un quejido que se refresca con un nuevo ramillete en el árbol del paseo, quién sabe cada cuánto.
Supongo que es ese el efecto latente de las flores del que nos hablan Goenaga y Garaño. Cuando vi su película, 'Loreak', el pasado septiembre en el Zinemaldia, tenía presente qué es tenerlas frescas en casa: color, olor, vida, esperanza, alegría... Reconocer esas sensaciones y cómo las flores las provocan, canalizan y son parte de ellas, fue lo que me ató a la historia.
Bien narrada, con un uso muy interesante de los silencios, buena fotografía, personajes con los que empaticé, música delicada, la película me gustó. La visioné ya con una pizca de sal de devoción, he de admitir, al ser la creación de unos donostiarras pero, la cinta finalmente consiguió ganarse sola su puesto en mi opinión. 'Loreak' podría ser una película hecha en cualquier parte del mundo, y eso me conquista. Plasma una atmósfera emocional que todos, en la cultura occidental, compartimos y entendemos. Rodada en euskera, además, tiene un sonido aún más profundo, más hondo. El tono de la película encaja perfectamente con este idioma: con esa parte del carácter más enraizado del euskera, su lejanía, el sonido de sus palabras de tristeza, de amor, de llanto... Por qué será… pero todos los que ven la cinta, y sus emociones contadas en este lenguaje, la comprenden.
Así es como el euskera se ha infiltrado en los Goya. Porque obviando los caprichos y despechos de las lenguas humanas, 'Loreak' habla desde los sentimientos y las emociones, áreas en las que el idioma suena con un leve y dulce susurro. De esta manera, a esta cinta se le abren las puertas de las salas en el estado. La nominación trae consigo la posibilidad de volver a las distribuidoras, de llegar a más gente. Una oportunidad para que se vea el talento de estos donostiarras: un cine de identidad, diferente, deliciosamente vasco, pero tan universal como la tristeza, la vejez, o el amor.
Por supuesto, este año habrá que ver la gala de los premios, en la que espero que Dani Rovira lo haga mejor que Manel Fuentes en la pasada edición (Dios nos pille confesados). Cruzaremos los dedos para que gane 'Loreak' alguno de los dos Goyas a los que ha sido nominada. El de mejor música original estaría muy bien pero, como aseguraban recientemente sus directores, el Goya a la mejor película al final es el reconocimiento a todo el equipo. Os estaré viendo. Enhorabuena a todos, y mucha suerte.
Sobre este blog
Visionaria, creativa, escritora, investigadora. Expansiva, exploro ámbitos diversos y los traduzco en actividades de marketing y dinamización. Levanto piedras para encontrar nuevas especies y a veces, acabo metiendo la pata en su huella. Entre patrones, tacones, pasiones y fogones me muevo como pez en agua. La pluralidad en el gusto, mi bandera de maitines.
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