Se llama Daniel, se dedica a los números, y es uno de esos pequeños grandes precursores de la cultura anónimos. Desde el 2013 realiza cada mes y medio un evento en el que confluyen el cine, la historia, la música, la cultura, la lengua de Shakespeare, y la gente. Realiza lo que él llama “english meetigns after introductory screening”, sesiones centradas en un tema específico que empiezan con una contextualización, avanzan con pequeños vídeos temáticos creados por él mismo, y terminan con debate, aunque no siempre repite esquema. Él es el creativo y el creador de los contenidos, y asegura buscar siempre temas motivadores, generar dinámicas que creen buena atmósfera, e intentar conseguir reuniones participativas, en las que haya desde el inicio una discusión positiva.
La cuestión es que Daniel moviliza todo esto por amor al arte, como quien dice, y porque cree que podemos tener algo mejor. Un día pensó que no se estaba explotando todo lo que tenemos en el entorno y empezó a organizar esta actividad de una forma ordenada, a fin de que tuviera perdurabilidad. Así, cuando inició su labor, buscaba una experiencia participativa, practicar inglés y ampliar cada día un poquito sus conocimientos. Tuvo apoyos de la Escuela de idiomas de San Sebastián, de un grupo de personas aficionadas a la conversación en inglés, y de la Casa de Cultura de Okendo (actualmente su mayor colaboradora y precursora). La mezcla dio como resultado la posibilidad de lanzar un programa de encuentros en los que el mundo se ponía a debate (eso sí, en un inglés medio-alto).
La iniciativa cumplió el pasado enero su segundo año, y en cada encuentro recibe la visita de una treintena de personas que acuden ilusionadas a la cita gratuita sabiendo que tendrán un lugar para la expresión libre, el aprendizaje y la práctica del idioma extranjero.
Daniel cuenta este tipo de proyecto (que yo denomino “proyectos patera”) con ilusión, aunque se puede notar la aspereza del proceso, que sucede tras su jornada de ocho horas. Se le alegran los ojillos cuanto te habla de él, y reconoce estar encantado de trabajar para crear un espacio para la gente donde debatir y reflexionar.
San Sebastián vive una cuenta atrás con grandes proyectos culturales. Además del de Tabakalera, del que recientemente hablé de su edificio, en 10 meses la ciudad será capital cultural europea ¿Y el proyecto de Daniel? ¿Estará de alguna manera recogido? Y es que su caso, tal vez, es un pequeño ejemplo de por qué una ciudad como San Sebastián merecía la oportunidad de la capitalidad. Ciertamente, hay personas particulares con iniciativas culturales que generan beneficios muy importantes, aunque invisibles, para la comunidad: formativos y afectivos, nada menos.
La iniciativa de Daniel es de esas que te deja un buen sabor de boca. De esas que te hacen pensar que hay escapatoria, y que se puede cruzar al otro lado. Hay proyectos particulares culturales que están estableciendo puentes de huída del desánimo y la desmotivación. Iniciativas patera, que no son fáciles de crear, ni tampoco mantenerlas. Pero mientras haya un bote debajo (ilusión, colaboración, esfuerzo) la posibilidad de llegar al otro lado ahí está. ¿Será que no estamos explotando todo lo que el entorno nos ofrece, como percibió Daniel? A lo mejor ha llegado el momento de que nos subamos a una de estas pateras…
El próximo encuentro será el 16 de marzo, en la Casa de Cultura Okendo, en el barrio de Gros, a las 19.00h. Entrada libre, “WERNHER Von BRAUN and ALBERT EINSTEIN, the two great German-American Physicists seen in a Historical Perspective”.
Sobre este blog
Visionaria, creativa, escritora, investigadora. Expansiva, exploro ámbitos diversos y los traduzco en actividades de marketing y dinamización. Levanto piedras para encontrar nuevas especies y a veces, acabo metiendo la pata en su huella. Entre patrones, tacones, pasiones y fogones me muevo como pez en agua. La pluralidad en el gusto, mi bandera de maitines.
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