(Bilbao, 1959). Ha sido guionista de radionovelas de humor, cómic (El Víbora, Cimoc...) y numerosas series de televisión (Farmacia de guardia, Turno de oficio...). Ha publicado los libros de relatos, novelas históricas juveniles. Su novela Voracidad fue Premio Euskadi de Literatura 2007. Ha sido traducido al francés, alemán, italiano, ruso, búlgaro, noruego y euskera. Es columnista de opinión en el diario El Correo y otros periódicos de Vocento. Dirige el festival La Risa de Bilbao, Semana Internacional de Literatura y Artes con Humor.
Tontos y vino (2)
Cuatro amigos se habían citado para una de sus partidas de póquer, que solían prolongarse toda la noche.Tan aficionados al juego como a la gastronomía y al buen vino, solían hacer tres descansos repartidos durante la noche que sumados componían una cena de fino picoteo. Uno de los jugadores iba a llevar una botella de Vega Sicilia Único; la destinarían a regar el último paréntesis y a que acompañara un cuarto de kilo de jamón de Guijuelo cortado a cuchillo.
El que traía el Vega Sicilia llegó antes de la hora a la casa del anfitrión. Este le convenció para que gastaran una broma a uno de los ausentes, al que llamaremos Julián, que se las daba de sibarita y entendido. Se bebieron el Vega Sicilia y rellenaron la botella con un crianza muy vulgar al que enriquecieron con un chorrete de brandy Cardenal Mendoza y unas gotas de falso vinagre de Módena: puro caramelo. Encorcharon la botella y le volvieron a poner la caperuza de plomo. Para disimular, bastaría con que uno de ellos trajera la botella ya descorchada para decantar el vino, con el fin de que se oxigenara, en presencia de los demás.
El anfitrión aseguraba que Julián tragaría. En caso contrario, reconocerían la broma y ofrecerían la debida satisfacción con un Pingus que el anfitrión guardaba como oro en paño.
En el primer descanso se soplaron un Tokay blanco dulce -la aportación de Julián- y se comieron unos pinchos de foie fresco a la plancha sobre pan de nueces. En el segundo, un priorato tinto, un Clos de L’Obac, con un revuelto de hongos. Y hacia las cinco de la mañana llegó el turno del 'Vega Sicilia'. Los cuatro probaron el vino con ceremonia. El anfitrión y su compinche alimentaron la chanza ponderando el caldo con calor e imaginación. Sin embargo, el del Clos de L’Obac, el otro engañado, dijo que le resultaba un vino muy vulgar. Añadió que era la primera vez que bebía un Vega Sicilia Único, pero que desde luego no le parecía gran cosa. Julián, que por cierto iba ganando, se quedó pensativo y los dos bromistas expectantes ante su reacción. Julián volvió a probar el 'néctar' con jactancia y a continuación, tras descalificar el plebeyo paladar del protestón, expresó con lo más florido de su verborrea vinosa todas las virtudes, matices y sugerencias de aquel mejunje, y añadió que desde luego un Vega Sicilia no lo era por casualidad: ahí estaba la prueba. “Es aterciopelado, franco, intenso, balsámico, suntuoso, con aromas de regaliz, cuero, vainilla y frutas confitadas. La evolución de los taninos en boca es sedosa, espectacular. En conjunto, carnoso, sublime: un estandarte”, concluyó el merecedor de abrevar en charcos. Los bromistas nunca se atrevieron a revelar la tomadura de pelo. El fantoche hubiera quedado demasiado en ridículo y, por otra parte, tampoco ganaba tanto. Si lee este artículo-relato, espero no ser responsable de la ruptura de una añeja timba de póquer entre amigos.
Sobre este blog
(Bilbao, 1959). Ha sido guionista de radionovelas de humor, cómic (El Víbora, Cimoc...) y numerosas series de televisión (Farmacia de guardia, Turno de oficio...). Ha publicado los libros de relatos, novelas históricas juveniles. Su novela Voracidad fue Premio Euskadi de Literatura 2007. Ha sido traducido al francés, alemán, italiano, ruso, búlgaro, noruego y euskera. Es columnista de opinión en el diario El Correo y otros periódicos de Vocento. Dirige el festival La Risa de Bilbao, Semana Internacional de Literatura y Artes con Humor.
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