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¿Arte público o privado?

El arte en su gestación es privado. Ante esto, ante la necesidad de cambios es: ¿El arte público o privado? En los últimos veinticinco años el sector público ha generado unas infraestructuras, unos equipamientos que ahora con la limitación de los recursos se están quedando parados. Son unos modelos faraónicos engendrados y provenientes del boom de la España del dinero fácil, donde hasta los cerdos vuelan (como dirían los ingleses). En el Estado español se han creado tantos museos y centros culturales como se ha querido y esto es como 'matar moscas a cañonazos'.

En el momento actual se están buscando salidas para desbloquear la situación, de algún modo, da la sensación de que el organigrama del arte es como un gran petrolero que va parándose cuando se acerca a puerto, poco a poco va decelerando. Y en lo que es respecto a salidas de esta situación, para reactivar el mundo artístico y su mercado, hay diversas corrientes: una, la que defiende el sector público sobre todo y si el privado se acerca bienvenido sea. Otra, que dice que tiene que haber una reflexión sobre los dos modelos, reestructurarse para que el sector público se acerque al privado a pedirle dinero. La idea es promover sinergias entre lo público y lo privado. Al menos eso se supone. Las sinergias siempre son positivas.

Yo creo que el arte se tiene que liberalizar, un sector privado fuerte, donde se compre y se venda obra, va a generar un sector artístico público por naturaleza. Los artistas llevan muchos años dependiendo de lo público, lo cual ha generado por otra parte pérdida de fuerza del sector de galerías privadas. Es lo que en algunos ámbitos se conoce como 'clientelismo', y que convirte el mercado del arte, del coleccionismo, en España en algo paupérrimo en comparación con nuestros vecinos europeos. La labor del sector privado debería ser la experimental, la de mostrar a artistas con una obra que genere interés por su adquisición. Quizá esa obra no sea exquisita, quizá esos artistas pudieran ser caprichos del galerista en cuestión, quizá lo que hiciera falta es que se hiciese más pintura. Una punta de lanza, pulida o no, con frescura, donde quepa de todo.

El sector privado es riesgo, apuestas, a veces se gana, otras no. Se va eligiendo el camino al ganar experiencia. Pero lo que es seguro que si hay un movimiento económico en mercado del arte tanto local como estatal va a generar beneficios a corto plazo a los artistas y también, por supuesto, a los gestores culturales. El tiempo ya limará las calidades de la obra, las trayectorias, etc. En ese punto es donde tiene una gran labor el sector público como museo, conservando las obras, transmitiéndolas a las sociedad en el momento, pensando de igual modo en generaciones futuras.

Por naturaleza el arte es privado, el estudiante, el artista aficionado, el artista profesional, crean su obra en un entorno privado, generalmente en su propio estudio o en sus reflexiones individuales de sus vivencias creativas. Por otro lado, el valor de la obra que se genera, que se vende o compra es un valor económico privado destinado a un individuo, al artista, esa venta artística cuando se produce no va a una asociación sin ánimo de lucro o a una ONG, o a la iglesia, va al bolsillo del artista. El mercado básico de compra-venta. El bazar.

Los artistas utilizan lo público para sus fines privados, exponen o se forman divulgando su obra con ayuda de las instituciones culturales, pero el objetivo final es su trayectoria artística. No es algo muy diferente a la financiación de una fábrica por parte de la administración. Creo sinceramente que necesitamos de un sector artístico privado con galerías, libre y apoyado económicamente por las instituciones, de algún modo sería como invertir en empresas con vista a obtener rendimiento a medio plazo.

Con el esfuerzo de todos los que estamos en el arte, podríamos cambiar el rumbo, pensando en el futuro, olvidándonos de que los políticos nos arreglen la situación. Bastante cosa tienen ellos encima.

El arte en su gestación es privado. Ante esto, ante la necesidad de cambios es: ¿El arte público o privado? En los últimos veinticinco años el sector público ha generado unas infraestructuras, unos equipamientos que ahora con la limitación de los recursos se están quedando parados. Son unos modelos faraónicos engendrados y provenientes del boom de la España del dinero fácil, donde hasta los cerdos vuelan (como dirían los ingleses). En el Estado español se han creado tantos museos y centros culturales como se ha querido y esto es como 'matar moscas a cañonazos'.

En el momento actual se están buscando salidas para desbloquear la situación, de algún modo, da la sensación de que el organigrama del arte es como un gran petrolero que va parándose cuando se acerca a puerto, poco a poco va decelerando. Y en lo que es respecto a salidas de esta situación, para reactivar el mundo artístico y su mercado, hay diversas corrientes: una, la que defiende el sector público sobre todo y si el privado se acerca bienvenido sea. Otra, que dice que tiene que haber una reflexión sobre los dos modelos, reestructurarse para que el sector público se acerque al privado a pedirle dinero. La idea es promover sinergias entre lo público y lo privado. Al menos eso se supone. Las sinergias siempre son positivas.