Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
Y los jóvenes vascos, ¿qué?
Hay quien define la política como la actividad de los que gobiernan o aspiran a gobernar los asuntos que afectan a la sociedad o a un país. En ese contexto, es cierto que hay debates de alta política que afectan al desarrollo de Euskadi y que nos ocupan diariamente, nos embarran en discusiones interminables y colapsan los debates parlamentarios. Con todo, últimamente no dejo de pensar en que esa sociedad, ese país, también son los jóvenes vascos, jóvenes que parecen estar cada vez más desconectados de la política en gran medida porque quienes gobiernan Euskadi no sólo no atienden sus necesidades, sino que les invitan a sumarse a batallas identitarias que poco tienen que ver con mejorar su vida diaria.
El lehendakari Iñigo Urkullu y sus socios de Gobierno del PSE, junto con la plana mayor del PNV, sucumben hoy a la tentación de polarizar la vida política vasca en torno a la supuesta necesidad de reconstruir un Estatuto de Autonomía que es de lo poco que sigue uniendo a los vascos. Unos y otros lo hacen en un contexto en el que la opción a favor del actual Estatuto ha recuperado 23 puntos en los últimos años coincidiendo con el procés catalán y en el que quienes están conformes con el texto estatutario ascienden al 81%. Lo hacen justo cuando menos del 45% de los jóvenes vascos muestran interés por la política.
Los datos hechos públicos por el Observatorio Vasco de la Juventud el presente año deberían formar parte de la lectura nocturna obligatoria del lehendakari y de todos aquellos estancados en la discusión del soberanismo y la autodeterminación. Todos ellos deberían caer en la cuenta de que la tasa de paro juvenil en lugares como Bizkaia ronda del 19,1 %, mientras la media de la Unión Europea no supera el 16,8 %. Que en Euskadi el riesgo de pérdida o de precarización del empleo de jóvenes de hasta 29 años es del 32 % y que su disponibilidad económica mensual es inferior a 600 euros en más del 70 % de los casos.
El 21 de noviembre de 2016 PNV y PSE firmaron un acuerdo de Gobierno en el que se marcaron dos objetivos: más y mejor empleo, colocando esta materia como “prioridad”, y una Educación “de excelencia” para “garantizar el equilibrio social”. Tanto uno como el otro era fines que afectaban y que afectan a los jóvenes vascos. A estas alturas, es posible decir que ni el Gobierno vasco, ni el PNV como partido de Gobierno, ni su socio preferente, el PSE, han estado a la altura de las circunstancias. Simplemente no han cumplido.
El debate estatutario –alejado de las preocupaciones ciudadanas– ha desfigurado los objetivos de nacionalistas y socialistas hasta el punto de que el PNV se permitió el lujo de dar su palabra de vasco de que su partido sería capaz de lapidar la creación de 7.000 puestos de trabajo en Euskadi por cómo Madrid hacía política en Cataluña. Si el PNV fue capaz de poner en riesgo la estabilidad de los vascos condicionando su apoyo a los Presupuestos Generales del Gobierno de Mariano Rajoy al procés catalán –el proyecto inicial presentado por el Ejecutivo del PP contemplaba una inversión en Euskadi de 500 millones–, el PSE también se desmarcó del objetivo “prioritario” del empleo diciendo ‘no’ a la creación de 7.000 puestos de trabajo porque, supuestamente, los Presupuestos eran “francamente malos”.
Aquel 21 de noviembre de 2016 PNV y PSE pactaron promover “una Educación de excelencia para garantizar el equilibrio social”. De nuevo, los datos muestran cómo el Gobierno vasco no ha estado a la altura.
Los problemas en ese ámbito vienen de lejos. Desde que el actual lehendakari lo es, en Ciencias hemos obtenido el peor resultado de la historia de Euskadi: diez puntos por debajo de la media española y de la OCDE. En lectura retrocedemos y obtenemos peor resultado del que teníamos en 2003. Estamos por debajo de la media española y de la OCDE y el alumno vasco de 4º de ESO es quien obtiene la nota más baja de todas las CCAA. En Matemáticas cosechamos el peor resultado de la historia de Euskadi. El alumno vasco de 4º de ESO es quien obtiene una nota que está entre las seis peores de todas las CCAA.
Con los vascos de 15 años entre los peores de España trabajando en equipo –Euskadi sólo mejora el resultado de Andalucía y de Extremadura–, el Gobierno del PNV no sólo se empeña en generar debates orientados a generar frustración y división entre vascos, sino que el nacionalismo, con el aplauso de Bildu y el condescendencia de PSE y Podemos, construye a diario un relato que presenta la gestión de las cárceles o del ISBN de los libros como las principales prioridades para los vascos.
El Ejecutivo autonómico debe volver a la realidad, conocer y reconocer las dificultades reales que afectan a la ciudadanía y abordarlas de un modo estructural, efectivo y alejado del sectarismo propio del nacionalismo excluyente. Hay tiempo para revertir la situación, pero esta se convertirá en una amenaza seria para el futuro de Euskadi si la política vasca sigue proponiendo problemas a las soluciones en lugar de gobernar a favor de la gente. Mientras tanto, nuestros jóvenes seguirán lanzando una pregunta para la que aún no parece haber respuesta: “Y nosotros, ¿qué?”.
*Amaya Fernández es secretaria general del PP vasco
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