Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
Sin miedo
Una “voz autorizada” del socialismo vasco, “hombre fuerte” en el gobierno de coalición con el PNV, tiene miedo “de cómo pueda reaccionar Pedro Sánchez si no gana las primarias”. A Iñaki Arriola, secretario de los socialistas guipuzcoanos, no le da miedo que Sánchez gane las primarias, cosa de la que nos alegramos, así que para que no pase un mal rato vamos a hacer todo lo posible para evitarle un mal rato al compañero.
¿De qué tiene miedo Arriola?; de que pierda, porque si pierde Pedro Sánchez dijo que se iba a casa y con él la militancia que quiere el cambio, el 'no' al PP y un nuevo modelo de partido con más participación, más autónomo y que responda a los fundamentos de la socialdemocracia. Un Partido socialista del siglo XXI, ni tercera vía, ni socio- liberal, ni de centro izquierda, un nuevo socialismo, demócrata, de izquierdas, verde, feminista, laico, honrado y honesto, que se compromete a cumplir lo que promete en las elecciones. Radicalmente honrado y honesto.
Arriola sabe que Pedro Sánchez dijo que se iba si perdía, pero también le consta que días después afirmó que se exigiría la misma lealtad a si mismo que a los otros candidatos en las primarias, tanto si ganaba como si perdía. En todo caso, 'gero gerokoak', que se dice en euskera. Hay motivos para tener miedo; ya lo creo, pero no de la derrota de Pedro Sánchez y su reacción porque esta no se va a producir.
Arriola no tiene miedo, como lo tiene la militancia que exige y clama por el cambio, de que gane Susana Díaz y quienes forzaron el derrocamiento de Pedro Sánchez y le dieron el gobierno a Rajoy; sólo tiene miedo de que Pedro Sánchez se marche del partido si pierde las primarias y con él toda la ilusión y esperanza de cambio que representa el secretario general derrocado por Susana Díaz y el PSOE histórico. Una ilusión que se ve en todos y cada uno de los actos multitudinarios que se están organizando desde las plataformas de apoyo, sin colaboración en muchos casos y a veces en contra del aparato del partido. No es el caso de Álava, donde hay que reconocer la exquisita neutralidad e imparcialidad de su dirección territorial.
Arriola participa de la opinión de otros históricos del aparato como Eguiguren, quien en un Comité Nacional del PSE-EE le aconsejó a Patxi López llegar a un 'Pacto del Betis 2' con Susana y dejarse de “rollos”. Y en eso están los históricos, los aparatos y las dos candidaturas que en palabras de Ramón Jauregui no se diferencian en nada o que en palabras de José Bono pactarán tras el triunfo de Susana.
Arriola no tiene miedo de que le hayamos dado el gobierno al partido del presidente de Murcia que ha tenido que dimitir por el caso Auditorio, ni al partido de la difunta Rita Barberá, Fabra, Camps, Zaplana, ni al partido del multiencausado del exministro Rato y colegas de Caja Madrid-Bankia, ni de Correa, Bárcenas, ni de Ignacio González, Francisco Granados, ni al partido de Esperanza Aguirre, que se hizo con la comunidad de Madrid tras el 'tamayazo' y acaba de tener que dimitir tras comprobar que su mano derecha y su mano izquierda están, los dos, en la cárcel…Porque la “seleccionadora de talentos” se ha quedado sin manos...
Arriola no tiene miedo de tener un presidente de Gobierno que tiene que ir a declarar porque su partido no colabora con la justicia y que no estaría en condiciones de gobernar en ningún país democrático que se precie, pero al que nosotros le hemos facilitado el voto de investidura. Eso es para dar miedo…mucho miedo, miedo a perder los otros más de 5 millones de votos que a pesar de todo han seguido votando socialista en las dos últimas generales.
Arriola no tiene miedo de la aviesa actuación de la gestora, ni de que su presidente se haya negado a que el congreso del PSOE se hiciera rápidamente para tener un liderazgo y poder conformar la alternativa cuanto antes; no critica los más de nueve meses de gestora, ni las purgas, ni las amenazas que algunos militantes de manera más o menos velada están soportando por tener la osadía de decir que esto no puede ser, que la recuperación de la credibilidad pasa por la honradez y ésta por impedir que gobierne el partido más corrupto de Europa; porque no es posible recuperar los más de 5 millones de votos perdidos desde 2011 sin exigir ya una moción de censura contra Rajoy y su partido para regenerar la vida política tanto en Madrid como en el resto de España.
Yo tengo miedo a que el PSOE no esté en condiciones siquiera de pedir una moción de censura, o a pedir que el grupo parlamentario socialista exija la comparecencia en el pleno del Congreso de Mariano Rajoy, quien ha sido llamado a declarar como testigo porque su partido no ha colaborado en la acción de la justicia y su actual ministro de justicia, igual que en su día hiciera él mismo con Bárcenas, ha mandado un mensaje de ánimo a Ignacio González , expresidente de la Comunidad de Madrid, encarcelado por el caso Canal de Isabel II ( enriquecimiento ilícito, organización criminal, financiación ilegal, ...con una empresa pública como tapadera) . Ese es mi miedo, Arriola, a que Javier Fernández y el grupo parlamentario socialista se nieguen a exigir la comparecencia de Rajoy y a que estemos en condiciones de pedir una moción de censura (motivos hay) porque eso fundamenta el oprobio de que nos identifiquen con el PP y mina nuestra credibilidad, espanta a nuestros electores y a los jóvenes.
Algunos abusan de la metáfora en política. Enmascaran su posición en el lenguaje figurado porque no quieren comprometerse con el lenguaje real. Están hablando todo el día del “choque de trenes”, “de la tensión de los extremos” y se colocan en un teórico punto medio de una contienda donde, en realidad, no hay tres opciones, ni tres modelos, sino dos. Porque ellos, en realidad, no son una tercera vía, sino la otra, la inmovilista. Los que se abstuvieron ante Rajoy y los que votaron 'no' a Rajoy. Los que quieren seguir como si nada hubiera ocurrido y los que quieren cambio.
Aquí hay un sólo proyecto de cambio, el que representa Pedro Sánchez, el proyecto de la militancia que quiere el cambio y el otro, el del inmovilismo que no quiere que nada cambie en lo sustancial. Que da por buena la ignominia del 1 de octubre y la investidura del 26 de ese mismo mes. Por eso, en buena lid todos los que quieran cambiar el PSOE y acabar con el apoyo al PP sólo tienen una opción: votar a Pedro Sánchez.
Ojalá el abrazo entre Pedro y Patxi del día de San Jordi en Barcelona se materializara en la suma de Patxi al proyecto de cambio que el PSOE necesita. Avalar y votar a Pedro Sánchez sin miedo no es una opción sino una obligación para la militancia que quiere cambio. Pero a esta razón fundamental añadámosle otra, menor, para pelear por la victoria de Pedro Sánchez el 21 de mayo: que Arriola no tenga miedo.
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