Vida de perros

La cámara gira en torno a una perra grandota ovillada sobre una fría mesa de metal.

Ese cuerpo inerte encogido hasta el pavor es el de Chula, de 6 meses, a la que su dueño le propinó una patada que le destrozó el hígado y causó la muerte.

Ver morir a tu perro es una tragedia. Matarlo es una canallada que a menudo queda impune.

A diario, cientos de dueños sin escrúpulos maltratan, abandonan o incluso matan a sus perros. Cuando se cansan del juguete del que un día se encapricharon o cuando ya no les resulta útil.

Si como dijo Gandhi la grandeza de una nación y su progreso moral pueden ser juzgados por el modo en el que se trata a sus animales, España es miserable. Perros, gatos, toros, burros, cabras… no se libra ninguno de la barbarie.

Pero, el caso de Chula va a sentar un precedente. Por vez primera en este país donde el sufrimiento agónico infligido a un animal se considera un bien cultural o una tradición festiva a preservar, se ha sentado en el banquillo de los acusados al autor de la muerte de un perro por un delito de maltrato animal.

Los hechos ocurrieron el 5 de junio de 2008 y cinco años después, el pasado 12 de junio se celebró la vista en el Juzgado de lo penal nº 9 de Madrid.

La asociación El refugio ha seguido el caso desde el principio. Personada como acusación particular, pide un año de prisión para el acusado. El Ministerio Fiscal solicita 7 meses.

La noticia ha generado comentarios que de cumplirse enviarían al dueño de la perra al corredor de la muerte.

Cercano en el tiempo y en el espacio, el pleno municipal de Sopuerta (Bizkaia) ha aprobado una moción contra el maltrato animal. Por ella se prohíben las corridas de toros, festejos taurinos, arrastres de piedras con animales, pelas de carneros, de gallos, perros, etc.

Una decisión admirable de un alcalde que prefiere abolir la tradición antes que malgastar dinero público en torturar a los animales. ¡Ojalá que la iniciativa fuera secundada!

Complicado. Algunos ya han saltado con un argumento demoledor

- ¡Se va perder dinero sin esos festejos!

Mientras escribo, leo que un policía municipal ha disparado de muerte a un perro boludo que se había alejado de su dueño para corretear por un parque de Zaragoza.

- No monte un espectáculo.

Fue lo que le espetó el agente uniformado al dueño doliente que intentaba abrazar a su perro antes de que lo sellaran en una bolsa negra de plástico.

Los perros, los animales en general, suelen suscitar pasiones encontradas.

Entre los amantes de los animales hay escalas: están aquellos que se conforman con proteger a las mascotas y los que van hasta el final en su decisión ética y eligen no comer animales para no participar en su explotación y matanza.

En los últimos tiempos han nacido organizaciones sin ánimo de lucro que se entregan al rescate y cuidado de todo tipo de especies animales. Cerdos, ovejas, vacas, ovejas, conejos, gallinas… conviven en armonía en sus instalaciones.

Santuario Gaia, El hogar de Luci, Santuario Wings of Heart ... cuentan con miles de seguidores que admiran y aprenden a cambiar su visión del mundo animal y promover la compasión.

Pero, volvamos al caso de la perrita muerta por maltrato. Yo lo calificaría de asesinato (matar a alguien con ensañamiento). Pero como no pretendo que los más puristas se escandalicen por referirme a un animal como “alguien”, lo dejaremos así.

Fue por la mañana. El dueño de Chula se levanta y ¡oh Dios! Ve que la perra de 6 meses se ha hecho pis y cacas. ¿La solución? Machacarla.

- A ver si aprende.

No era la primera vez que la golpeaba. La necropsia mostró signos de malos tratos anteriores.

El tipo, por increíble que parezca, tenía novia. Y cuando esta ve cómo la perra gime de dolor, se asusta y avisa a su madre.

Ambas la trasladan al veterinario más cercano que presta las primeras curas al animal y lo deriva a otra clínica con más medios.

- Hay que intervenirla urgentemente.

Pero, las lesiones son graves y la perra muere por una rotura hepática de origen traumático.

Cinco años después, el juicio. “Es la primera vez que la Justicia española juzga a una persona por un delito de maltrato animal, gracias al aviso de dos veterinarias. El haber conseguido sentarle en el banquillo ya es una victoria para todos los que nos dedicamos a defender y proteger los derechos de los animales”, me dice Nacho Paunero, presidente de El Refugio.

¿Cómo alguien puede dar una patada mortal a su propio perro? ¿Cómo se puede colgar a un galgo, lanzar a un dulce pointer por una verja amparado en la oscuridad de la noche, enjaular a un cachorro o abandonar en un cruce de caminos al amigo más leal?

Tropelías reales y cercanas de las cientos que se cometen. La respuesta no está en el viento. La crueldad humana puede no tener límites.

El autor francés, Anatole France, lo dijo: Hasta que no se ha amado a un animal, una parte del alma permanece dormida. Parece que hay muchos muertos vivientes por las esquinas.

Nunca me fiaría de alguien que abandona a su perro. Creo que la manera en que tratamos a los animales es un buen indicador de la compasión que podemos sentir por los humanos. Es cierto que el cariño a un perro no es siempre garantía de generosidad ni de bondad. Pero, es muy difícil encontrar a un maltratador de animales que sea compasivo.

España tiene el privilegio de encabezar la lista europea de animales abandonados: unos 150.00 al año. Solo en Bizkaia, unos 400 perros y gatos se dejan a su suerte en los tres meses de verano.

En teoría, el abandono es un delito que puede ser penalizado con multa. Pero, resulta más fácil que te multen con 300 euros por llevar el perro suelto a las siete de la mañana en un parque que por deshacerte de él.

Desconozco si el dueño ¿el asesino? de Chula tendrá otro perro; deberían prohibírselo, y seguramente la sentencia judicial quede en menos de lo que se merece. Pero, es un gran paso adelante.

Leonardo Da Vinci barruntó hace seis siglos: Llegará un día en que se verá el asesinato de los animales -parece que él sí uso el término- como se ve el de los hombres.

El genio renacentista confiaba demasiado en la humanidad.

La cámara gira en torno a una perra grandota ovillada sobre una fría mesa de metal.