Conducir 3.000 kilómetros desde Irpín hasta Euskadi para huir de la guerra: “Por mi familia tenía que salir de ahí”
Cuando el 24 de febrero Oksana Konagina fue realmente consciente del peligro que correría su familia cuando los militares rusos llegaran a Irpín, decidió coger el coche de su yerno y llevarse a su hija y a su nieta con ella. Sin pensarlo demasiado, como ella misma reconoce, le vino a la cabeza la imagen de una familia española que conoció hace algunos veranos gracias a un programa de acogida. Así fue cómo decidió emprender su viaje hasta España. “Han sido más de 3.000 kilómetros en coche, pero es algo que hice sin pensar, porque entre quedarme o marcharme, sabía que por mi familia tenía que salir de ahí”, expresa, con ayuda de una traductora. Konagina y su familia llevan desde el día 4 de marzo en Euskadi, concretamente en el recurso de acogida para personas refugiadas ubicado en Oñati (Gipuzkoa). Su marido, su hijo mayor y su yerno se han quedado en Irpín. “Están ayudando a evacuar la ciudad. De 50 niños que teníamos en refugios, los disparos de los militares han alcanzado a 13”, lamenta, emocionada. Por ahora sigue manteniendo el contacto con ellos a través de internet y así, confiesa, que pueden saber “cómo y dónde se encuentran en todo momento”.
Detrás de Kseniia Vynnychenko se esconde una historia parecida. En su caso, huyó con una amiga y cinco menores -tres de ellos hijos suyos- en un solo coche rumbo a Francia. “Soy madre soltera y mi amiga me dijo que conocía a gente en Francia. Nos separamos en la frontera, ella marchó con sus hijos y yo vine con los míos aquí. Era mi única posibilidad, pero me siento culpable de haberme ido porque mi madre sigue allí, metida en un sótano y no puedo hacer nada por ella, me siento impotente”, reconoce, al tiempo que explica que sigue en contacto con amigos que se han quedado en Ucrania, pero que “no saben qué pasará el día de mañana”.
Las de Konagina y Vynnychenko son dos de las familias que han llegado en los últimos días a Euskadi huyendo de la guerra. Por el momento, al recurso de Oñati han llegado 17 personas, a otro ubicado en Tolosa, dos hombres y al de Berriz, otras dos familias compuestas por cuatro personas cada una. Según ha explicado el director de Migración y Asilo del Gobierno vasco, Xabier Legarreta, “es difícil tener una previsión” de cuántas personas pueden llegar a Euskadi, puesto que existen los llamados “flujos migratorios naturales” que son difíciles de calcular. “En Euskadi hay entre 3.000 y 3.500 personas procedentes de Ucrania, de las cuales el 50% se encuentra en Gipuzkoa. La mayoría de las personas que han llegado por ahora tienen vínculos familiares y sociales con personas de Euskadi, pero al margen de estas, también están llegando ucranianos sin red social, por lo que es difícil calcular cuántos han llegado y cuántos van a llegar en los próximos días o semanas”, reconoce.
A pesar de no contar con una previsión, Legarreta ha explicado que además de los recursos de Oñati, Tolosa y Berriz, disponen de 150 plazas más en Irun -que por el momento se encuentran vacías- destinadas a acoger a las personas provenientes de Ucrania. También ha informado de que el buzón errefuxiatuak@euskadi.eus ha recibido más de 2.000 ofrecimientos solidarios, que serán gestionados posteriormente por Zehar-Errefuxiatuekin para crear “una red solidaria vasca de acogida que dé respuesta a lo que pueda venir”. Asimismo, ha agradecido toda la ayuda que diversos voluntarios han ido ofreciendo, pero ha pedido que “todas las colaboraciones se realicen mediante esa vía porque aunque se realicen con buena voluntad” este tipo de acciones requieren un “asesoramiento y una logística” y para ello, existen asociaciones y entidades con “experiencia suficiente” para llevarlas a cabo.
Desde ofrecer su casa hasta pasar un rato los domingos
Arantza Chacón, directora de Zehar-Errefuxiatuekin, ha detallado que la ayuda que han ofrecido los vascos a las personas refugiadas es de distintos tipos. “Están desde los que ofrecen su casa vacía, hasta los que quieren compartir su casa con otra familia o simplemente los que se animan a venir los domingos, cuando tienen libre, a pasar un rato y jugar con los niños, para que no se sientan solos”, apunta. Sobre la posibilidad de ampliar las plazas según vayan llegando más personas, Chacón ha reconocido que “el número de plazas es cambiante” y que desde la asociación “tratan de dar respuesta continuamente abriendo más plazas a las personas que van llegando”.
El recurso de Oñati en estos momentos alberga a un centenar de personas de distintos orígenes, muchas de ellas familias. Por los largos pasillos de lo que antiguamente era un barnetegi (internado), niños de todas las edades juegan con motos y casas de juguete. Uno de ellos se asoma con su padre por la ventana para saludar a los hijos de Konagina y Vynnychenko mientras éstos aceptan ser fotografiados por la prensa junto a sus madres. “Aquí los niños pueden jugar y han hecho amigos de otras partes del mundo. Los niños se sienten protegidos de la guerra. Gracias por ofrecernos un hogar y una ayuda”, señala una de ellas, mientras la otra reconoce que se ha empezado a sentir mejor al ver a la gente del pequeño pueblo guipuzcoano pasear, sonriente. “Cuando vamos por la calle, la gente nos sonríe. Eso ha hecho que empecemos a sentirnos mejor”, reconoce.
Billetes gratuitos para ciudadanos ucranianos
La Delegación del Gobierno en el País Vasco y Renfe (Sociedad adscrita al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana) han anunciado este miércoles que aquellos ciudadanos ucranianos que lleguen a España entrando por Irun tendrán billetes de tren gratuitos para poder viajar a diferentes destinos de la península. También tendrán esta posibilidad aquellos que, por el contrario, viajen desde España hasta Francia o a otros puntos de Europa.
Por el momento, según han informado, nueve personas con destino a Madrid, Oporto, Lisboa y Sevilla han podido hacer uso del dispositivo, pero según ha señalado el delegado del Gobierno en el País Vasco, Denis Itxaso, el flujo “se espera mucho mayor a lo largo de los próximos días” ha apuntado, para luego recalcar que “en estos momentos, es muy importante la coordinación entre instituciones y administraciones”. Por ello, además del billete gratuito, Cruz Roja acompañará y asesorará a los ciudadanos durante el tránsito entre las estaciones de Hendaya e Irun y durante su permanencia en la estación de la localidad fronteriza.
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