El coronavirus se vuelve a colar en Iturbide, la residencia vasca con más muertos en la primera ola de la pandemia
Las más recientes actualizaciones de datos de seguimiento de la COVID-19 en las residencias de mayores de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa revelan que, en 48 horas, se han producido cinco fallecimientos más, dos en Bizkaia y tres en Gipuzkoa. Estos últimos procedían de los centros Sagrado Corazón de Errenteria y Zorroaga y Txara de Donostia. En lo que va de segunda ola, desde agosto, son 169 los decesos registrados (sumados todos los ocurridos desde marzo, la cifra se eleva a 788). Por territorios, en esta segunda fase 87 procedían de centros vizcaínos, 55 de Gipuzkoa y 27 de Álava. El dato más llamativo, sin embargo, es que el coronavirus se ha vuelto a colar en la residencia Iturbide de Arrasate-Mondragón. Allí en la primera ola se contagiaron casi todos los internos y murieron 26, el número más alto en cualquier centro de Euskadi.
Por otro lado, el volumen de casos activos se sigue incrementando de manera notable conforme la pandemia va creciendo también en el conjunto de Euskadi. Son 437, según las últimas actualizaciones. En Gipuzkoa, 209 mayores tienen coronavirus. Este número se ha multiplicado prácticamente por tres en unas pocas semanas. En Bizkaia son 193, una cifra también ascendente pero algo más controlada en relación al volumen de usuarios de su red asistencial. En Álava, la última estimación sitúa los mayores enfermos en el entorno de los 35.
En Bizkaia, los focos activos son una docena. 17 de los mayores están hospitalizados y los dos centros de referencia habilitados para el aislamiento de casos más leves, Birjinetxe y Unbe, tienen 124 plazas cubiertas. En Álava, todos los infectados de Ikatzbizi, en Vitoria, se han recuperado ya, aunque el brote se salda con un fallecimiento. Se da la circunstancia de que el foco más grande (12 casos activos) está en la residencia pública Zadorra, que es el espacio habilitado como centro para derivaciones y aislamientos de contagiados en el resto de la red.
El punto de mayor preocupación continúa siendo Gipuzkoa, lo que se ajusta a una tasa de incidencia general que supera con creces a la media vasca. A tenor de los últimos datos, la residencia Sagrado Corazón de Errenteria suma ya 58 casos y 8 fallecidos en la segunda ola, y 31 mayores siguen enfermos. En Zorroaga, en Donostia, el total de casos ha llegado a 43, con dos decesos y 39 residentes que continúan infectados. Son 17 los focos activos, una lista de la que se han caído las residencias Villa Sacramento y Mizpirualde en las últimas 48 horas pero en la que reaparece Iturbide, un centro de Arrasate-Mondragón muy golpeado en la primera ola. Hace seis meses, el coronavirus infectó a 81 internos y mató a 26. Oficialmente, es donde más fallecidos hubo en todo Euskadi.
Según contaron en primavera quienes pudieron entrar en Iturbide, de las cuatro plantas del edificio, la primera se había habilitado para los internos sanos y las otras tres estaban completas con los infectados. Se dispuso de un grupo de ascensores separados y no había comunicación posible de la primera a la segunda planta. “No es un hospital pero es como si lo fuera”, explicaban fuentes internas. Sanitarios de Osakidetza reforzaron a los trabajadores y acudían con “trajes de ébola”, según su propio testimonio. Los ancianos estuvieron aislados e individualizados en las habitaciones. En la puerta de cada una de ellas había un cubo con bolsa de color rojo para los desechos potencialmente contaminantes.
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