Ser cuatro veces campeona del mundo y cobrar 50 euros por partido: la eterna lucha de las mujeres para poder ser pelotaris

Maialen Ferreira

9 de enero de 2021 21:30 h

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El origen de la pelota vasca femenina se remonta al año 1885 y lleva el nombre de Josefa Ignacia Albisu. Joxpinixi, como le apodaron, era una joven lazkaotarra que se enfrentó el 8 de marzo de aquel año a dos hombres -que dudaban de la valía de las mujeres en el deporte- en dos partidos de pelota y de ambos salió victoriosa. Tras el triunfo, Joxpinixi saltó a la fama y dedicó toda su vida a la pelota hasta que falleció en Donostia el 4 de febrero de 1950.

A lo largo de los años, este deporte en sus distintas modalidades (manista, raquetista, palista) ha ido adquiriendo un mayor peso en Euskadi, también entre las mujeres. Las más reconocidas incluso internacionalmente fueron las raquetistas, mujeres que entre 1917 y 1980 jugaron profesionalmente en los frontones vascos, pero también en el resto de España y América.

Actualmente, las pelotaris juegan torneos impulsados por las Diputaciones, convocan festejos en pueblos con ayuda de los ayuntamientos y han creado la primera Asociación de Mujeres Pelotaris (Emakume Pilotarien Elkartea) formada por 80 manistas y palistas federadas. Sin embargo, a pesar de los avances, lejos están aún de poder dedicarse de forma profesional a este deporte:

“No vivimos de esto. Aunque ganes una medalla de oro, como máximo, yo he ganado un premio de 2.000 euros. Ahora ha sido la Emakume Master Cup (campeonato de pelota mano femenino) y han pagado 50 euros por partido, lo que te gastas en ir en coche al frontón si vives en otra provincia. Aunque haya patrocinadores pagan muy poco a las chicas. Por mucho que entrenes y te dediques todo lo que puedas es un hobby que lo haces al máximo nivel y puedes llegar a un mundial e intentar ganarlo, pero no vives de esto”, cuenta a este periódico la pelotari cuatro veces campeona del mundo y presidenta de la Asociación de Mujeres Pelotaris, Maider Mendizabal.

Mendizabal fue campeona del Mundo de Pelota Vasca en 1998 y de Trinquete en 2000, 2004 y 2008; diez veces campeona de España en Trinquete, Frontón 30 metros y Frontball; y ganadora de nueve Torneos Interfederaciones y dieciséis victorias en los absolutos de Euskadi (paleta goma y paleta argentina). Su última victoria la obtuvo en 2018, cuando alcanzó la plata en en los Mundiales de Barcelona en la modalidad de paleta de goma. Esta deportista, superados los 40 años, compagina su carrera como pelotari con su trabajo también ligado al mundo del deporte -es licenciada en Educación Física- y con su familia, al ser madre de tres hijos.

“Por mucho que yo haya sido cuatro veces campeona del mundo y haya estado dentro de la lista de Alto Rendimiento del Consejo Superior de Deportes, yo nunca he vivido de la pelota. Cada una trabaja en lo suyo, sales de trabajar y te vas a entrenar. Si hay mundiales te puede tocar entrenar a las diez de la noche. Aunque ahora parezca que la cosa va mejorando, la realidad es que hay tres campeonatos, no más. No hay escuelas. En mi club entrenamos ahora mismo una vez a la semana, aunque sí que hay chicas que hacen dos entrenamientos a la semana, pero sigue siendo poco. Muchos de los torneos son de eliminatoria y eso no potencia nada. En los últimos años parece que se ha creado un interés por parte de la sociedad y que ahora hay chicas pelotaris cuando somos pelotaris desde hace años y las pelotaris no solo juegan a mano”, comenta esta jugadora, que comenzó a jugar a pelota mano contra chicos en una escuela en Anoeta (San Sebastián) hasta que en 1993, con 15 años, supo de la existencia en San Sebastián de un club de chicas palistas.

Los objetivos de la asociación son impulsar, gestionar, regular y estructurar la pelota de las mujeres, pero también dar a conocer la modalidad de pelota que se juega con pala y no solo con la mano. “Las palistas son desconocidas porque no salen en la tele, porque sí que la pelota mano femenina está cogiendo fuerza y cada vez se programan más partidos, pero dicen que la pala no vende y es un juego yo diría que más bonito, porque las chicas son muy buenas, se puede apreciar un mejor nivel de juego”, lamenta Mendizabal.

Según las audiencias de EITB, la final de Emakume Master Cup, retransmitida por ETB a finales de diciembre de 2020, alcanzó el 18,4% de share y las semifinales del 4 y medio, el 23,0%. Un total de 35.000 telespectadores conectaron con el campeonato en algún momento de la retransmisión. Cifras que son positivas, pero que se encuentran lejos de los partidos de los chicos, ya que la final del Campeonato de Parejas masculina, disputada a principios también de diciembre, tuvo 302.000 telespectadores, y fue la final más vista desde 2016. A diferencia de la pelota masculina, que se retransmite por la cadena vasca semanalmente, la femenina solo cuenta con retransmisiones puntuales en torneos o competiciones.

De 75 a 100 euros por partido

La próxima competición será el tercer Torneo Bizkaia de pelota femenina y tendrá lugar en Bilbao el 31 de enero. El torneo, que está impulsado por la Diputación Foral de Bizkaia, ofrece un contrato laboral de un día a las jugadoras, que cobran 100 euros por partido. Para hacerse una idea, salvo en casos excepcionales, los pelotaris hombres tienen contratos de exclusividad y perciben cerca de 23.000 euros brutos anuales al año por jugar. Este año, a diferencia de los anteriores, el torneo se jugará con lo que se conoce como pelota mixta, más dura que la que acostumbran a utilizar las chicas, conocida como goxua. La razón de este cambio, según apuntó la diputada vizcaína de Euskera, Cultura y Deporte, Lorea Bilbao, durante la presentación de la competición, es que “el torneo tiene por finalidad proporcionar a todas esas excelentes pelotaris que hay en nuestra tierra la oportunidad de jugar en similares condiciones a las que compiten sus compañeros pelotaris”.

“Antes pagaban un contrato laboral de un día a las jugadoras, un total de 75 euros brutos y desde EPE (la Asociación de Mujeres Pelotaris) conseguimos el año pasado que de 75 subieran a 100. Pagan 100 euros por partido, cuando igual por ese partido han generado 3.000. Y ahora con pelota más dura, parece que tenemos que hacer lo que hacen los chicos, y no. ¿Con qué nivel se va a jugar ahora con pelota más dura? Para jugar con pelota mixta tienes que tener a gente preparada y todavía hay gente que no lo está. Nosotras desde EPE queremos hacer acuerdos con federaciones para poder crear escuelas de chicas, no importa de pala o de mano, la cuestión es crearlas y lo podemos hacer porque estamos preparadas, tenemos formación, pero no tenemos ingresos”, lamenta Mendizabal.

Para desligarse de las comparaciones que se realizan entre el juego de pelota masculino y femenino, la Asociación de Mujeres Pelotaris ha ideado un festival de pelota denominado Emakume Pelotarien Festa (la fiesta de las mujeres pelotaris, en euskera). Con ella, lo que pretenden es ofrecer a los ayuntamientos jornadas completas de pelota dividas en dos partes: la primera, con talleres para los niños y niñas, charlas para padres y juegos para los más pequeños y la segunda, una exhibición de pala y otra de mano. Antes de la pandemia llegaron a un acuerdo con el Ayuntamiento de Tolosa para realizar en el pueblo guipuzcoano este festival, que tendrá que esperar a que la situación del coronavirus mejore. La idea de las organizadoras es contratar a 22 pelotaris pagándoles 180 euros por partido, lo que supone un presupuesto de 25.000 euros para una actividad de cinco jornadas con 18 partidos.

“Lo que tenemos claro es que no queremos organizar festivales como los de lo chicos de dos partidos y punto. Lo que queremos es que no haya comparativas, que si ellos juegan más, que si le dan más fuerte... Por eso hemos inventado Emakume Pelotarien Festa, que la gente pueda participar y crear, sobre todo en las niñas, referentes mujeres del mundo de la pelota”, señala Mendizabal, a quien en el mundo del deporte han apodado como “la pelotari eterna”.