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La enfermedad hemorrágica epizoótica se extiende en Euskadi y ha matado ya 286 vacas desde el primer foco detectado en septiembre

Vacas en una ganaderia de Karrantza

Belén Ferreras

Bilbao —

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Euskadi tiene un total de 2.879 animales afectados por la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE) repartidos entre casi un millar de explotaciones ganaderas. Desde que empezó a detectarse la enfermedad en Álava, Gipuzkoa y Bizkaia, han fallecido un total de 286 cabeza de ganado. Según los datos recopilados por la diputaciones forales vascas, Gipuzkoa es el territorio más afectado por la expansión de esta enfermedad que afecta esencialmente al ganado ovino -vacas y toros-. En Gipuzkoa se han detectado 1.945 positivos en animales en un total de 498 explotaciones con 209 cabezas de ganado fallecidas. En Bizkaia se han detectado 674 animales positivos y han muerto 57 reses, mientras que en Álava, la Diputación tiene registrados 330 positivos en 144 explotaciones y han muerto a causa de la enfermedad más de 20 cabezas de ganado.

Estas cifras pueden variar de forma rápida debido a la fuerte expansión de la enfermedad en estos momentos en el sur de Europa, lo que hace que que el comportamiento del virus sea “impredecible”, “extendiéndose en poco tiempo en zonas en las que no había una afección” señalan fuentes de la Diputación de Gipuzkoa. Esta misma semana volverán a actualizarse los datos y la esperanza está puesta en que un cambio de tiempo, más frío, reduzca el número de insectos, que son los transmisores de la enfermedad y se ponga freno a la expansión.

La Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE) es una enfermedad que en el ganado vacuno provoca fiebre, anorexia, edema facial (sobre todo conjuntival), descarga ocular y/o nasal, salivación, disnea, eritema o descamación del hocico, cojera, eritema de la ubre, hinchazón de la lengua y dificultad para deglutir. En algunos casos los síntomas pueden agravarse, pudiendo causar la muerte de la res como consecuencia de que el animal deje de comer y, sobre todo, de beber.

La actualización de los datos de impacto de la enfermedad en Euskadi se está llevando a cabo de forma directa por las diputaciones forales a través de las reuniones que mantienen con los ganaderos, que tienen que comunicar a las diputaciones los animales que están enfermos en sus explotaciones. A la vez, hay una coordinación con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), desde que se detectó el primer foco en Euskadi, y con el Gobierno vasco, con el que se están coordinando algunas de las actuaciones aunque desde la dirección de Agricultura del Gobierno vasco se quejan de que no se les está trasladando con fluidez los datos de explotaciones afectadas. De hecho, en una respuesta parlamentaria por escrito con fecha del 16 de octubre, el departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, que dirige Arantxa Tapia, responde al parlamentario del PP Carmelo Barrio que sólo hay 27 explotaciones afectadas por la enfermedad en el momento de redactar la respuesta. En concreto, el Gobierno habla de 14 focos en Gipuzkoa que afectan a 22 animales bovinos; de tres focos en Álava que afectan a tres animales bovinos y de 10 focos en Bizkaia “que afectan a varios animales bovinos” , además de un ciervo en Amorebieta-Etxano. Es decir un desfase total respecto a las cifras ofrecidas por las Diputaciones de forma pública, pero que desde el Gobierno vasco dicen que se les transmite de forma oficial.

El Gobierno vasco sí señala en su respuesta que “a día de hoy la enfermedad se encuentra en continua expansión por el sur de Europa, por lo que la información sobre el número de establecimientos afectados fluctúa constantemente”. Recuerda además, que esta enfermedad que “no estaba presente en Europa hasta fechas recientes, es un ejemplo más para que tomemos conciencia del comportamiento de distribución de determinados patógenos, con especial relevancia en los vehiculados por vectores, -organismos que transmiten enfermedades como insectos o arácnidos- como consecuencia directa del cambio climático que de forma severa estamos padeciendo actualmente”.

Aunque la enfermedad se detectó en España en Andalucía en el mes de noviembre del año pasado, en Euskadi no se tuvo conocimiento de los primeros focos hasta el mes de septiembre de este año. No obstante, el gobierno señala que tan pronto se declaró la enfermedad en el sur peninsular, se iniciaron “reuniones informativas” entre el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) y las comunidades autónomas, a fin de informar sobre el sobre el establecimiento de áreas de restricción de cara a intentar limitar la expansión del virus.

El Gobierno vasco señala que “no existe vacuna registrada en la UE para esta enfermedad, ni más tratamiento que el sintomático” por lo que “la principal medida de prevención se basa en la lucha vectorial, mediante el empleo de insecticidas y repelentes en animales, medios de transporte e instalaciones, así como las restricciones a los movimientos de animales”, por lo que como consecuencia de la aparición de focos, “se establecen restricciones al movimiento de animales bovinos, ovinos y caprinos”.

En este sentido, señala que en la Unión Europea está vigente la restricción de movimientos directos, salvo para sacrificio, hacia otros Estados miembros de la UE (salvo Portugal), procedentes de explotaciones ubicadas en las comunidades autónomas afectadas por focos. En el ámbito estatal, para los movimientos desde las zonas afectadas hacia zonas libres, los animales y vehículos deben estar desinsectados y el ganado sin sintomatología. Para movimientos entre zonas restringidas (toda la Península), no hay condicionantes salvo que el destino final sean mercados ganaderos.

Como no se trata de una zoonosis transmisible por productos de consumo procedentes de estos animales “no se ha establecido ningún tipo de restricción con relación al movimiento o consumo de los mismos”.

Entre las medidas adoptadas de forma complementaria en Euskadi el Gobierno destaca el mantenimiento de reuniones técnicas entre el Gobierno y las Diputaciones Forales para la adopción de criterios comunes de actuación en los tres Territorios Histórico y el establecimiento de zonas de restricción de movimiento de animales vivos (salvo para sacrificio), para evitar la diseminación de la enfermedad.

Además, las Diputaciones forales han mantenido reuniones con el sector ganadero y han enviado notas informativas para informar de la EHE, para que mantenga la vigilancia y para que se conozcan las medidas de restricción de movimientos, al mismo tiempo que se han reforzado las medidas de vigilancia activa y pasiva con el objetivo de detectar precozmente la enfermedad una vez que ésta estuviera presente en nuestro entorno y se ha habilitado una página web para poder hacer el seguimiento de los focos de las enfermedades animales en Euskadi. 

Esta enfermedad está suponiendo un enorme quebradero de cabeza para los ganaderos ya que es difícil su control en un momento en el que además las temperaturas no acaban de ajustarse a la época del año y siguen siendo abundantes los insectos.

Ayudas al sector desde las Diputaciones

Las diputaciones de Bizkaia y Gipuzkoa han puesto en marcha una batería de ayudas para los ganaderos que tengan reses afectadas. En Álava los ganaderos están todavia a la espera de que se aprueben. En Bizkaia se finanza con 30 euros el pago de la primera visita veterinaria y con 20 euros por cada animal afectado el pago del tratamiento de los síntomas de esta enfermedad. Además, se han aprobado aumentar la partida para indemnizaciones en 500.000 euros, de forma que cada profesional del sector pueda recibir el equivalente al valor de diez animales en base al 100% de los baremos contemplados en el decreto de indemnizaciones de ganadería. Como requisito indispensable para poder acceder a las ayudas,  los animales deben haber estado bajo supervisión y control veterinario y se tiene que haber informado a la Institución foral de que habían sido afectados por esta enfermedad.

Gipuzkoa destinará 400.000 euros para compensar los daños repartidos en dos conceptos, uno por los perjuicios económicos causados en la actividad de las explotaciones, y otro a modo de compensación por las reses fallecidas. El pago se realizará antes de que finalice el año y tendrá un límite de 15.000 euros por persona beneficiaria.

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