Euskadi se apoya en las derivaciones a la Sanidad privada para bajar las listas de espera pero niega que vayan a ir a más
¿Es una mayor privatización la solución al tapón de la Sanidad pública vasca generado todavía por los efectos de la COVID-19? La consejera de Salud, Gotzone Sagardui, no ha negado este jueves que las medidas para reducir las listas de espera, en las que quiere hacer especial énfasis el Gobierno de Iñigo Urkullu en el final de la legislatura por el desgaste de gestión que suponen, implican derivar pacientes a la Sanidad privada. Pero ha sí ha desmentido con rotundidad que haya una decisión específica de incrementar el presupuesto para externalizaciones, estimado en el entorno del 5% de unos 3.700 millones.
Sagardui se ha referido así a informaciones de 'Gara' y 'El Correo' en las que se alude a que a modo de causa-efecto de los anuncios de Urkullu para dar prioridad a resolver los retrasos en el Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) se han empezado a enviar “lotes” de pacientes a centros privados. En concreto, se apunta a que las diferentes OSI o comarcas sanitarias estarían preparando ya esos listados.
En su diagnóstico a preguntas de los periodistas, Sagardui ha indicado que todavía no hace un año desde que Osakidetza desactivó las medidas extraordinarias para atender la que ha sido la enfermedad que más ingresos y otras atenciones ha requerido en toda la historia de la Sanidad vasca. Fue en octubre de 2022 -ha indicado- y aún no se han recuperado los “estándares” previos de 2019. Para ello, toca “incrementar la actividad ordinaria” tanto exprimiendo los recursos propios -abriendo los quirófanos más horas, por ejemplo, mediante el sistema conocido como “autoconcertación”- como ejecutando las partidas ya anunciadas de externalización. Sagardui se ha cuidado de remarcar que parte de esas derivaciones, además, son a entidades privadas pero “sin ánimo de lucro”.
En todo caso, ha negado que vaya a subir el presupuesto de concertaciones. “Conocen bien la apuesta de este Gobierno por la Sanidad pública. Es una apuesta firme”, ha señalado. Y ha añadido que esas derivaciones para reducir listas de espera son dentro de los programas “ya previstos”, no como parte de ningún nuevo plan ni nada similar. A finales de octubre se conocerá el dato actualizado de cara al ejercicio 2024.
Sea como fuere, la privatización de la Sanidad pública es un debate que ya se ha instalado en Euskadi. Y lo ha hecho porque, por un lado, hay una clara tendencia de subida de los seguros privados y, por otro lado, porque los sindicatos de Osakidetza llevan años señalando situaciones como la de las ambulancias privadas contratadas en Emergencias o la de la comarca de Tolosaldea, la única sin un hospital público de referencia y que es atendida por la clínica concertada de La Asunción.
8.800 fallecidos por la COVID-19
Sagardui ha realizado estas consideraciones en el ya tradicional acto de inicio del otoño en memoria de los fallecidos por la COVID-19. Es ya el cuarto año en que se celebra en un parque de Vitoria junto al colegio Urkide en el que se plantó allá por 2020 una secuoya para simbolizar la vida y acompañar a otra gigante y centenaria ya seca. La titular de Salud ha enfatizado que no hace ni un año que Osakidetza recuperó la normalidad en su actividad asistencial tras el tsunami que causó el Sars-Cov-2. Es más, ha indicado que aún se aprecia un repunte -se inició en verano- y que el cambio de estación siempre genera una mayor circulación de los virus respiratorios, aunque no ha dado datos y ha pedido “dos semanas” para poder hacer una consideración más real.
El acto ha estado presidido por el lehendakari, Iñigo Urkullu, que ha tenido palabras para los 8.800 muertos con COVID-19 en Euskadi desde febrero de 2020. De ellos, alrededor de 800 se han producido desde el homenaje anterior, el del 21 de septiembre de 2022. Este 2023 la media diaria es de unos dos decesos, ostensiblemente más baja que la de nueve del pasado año, los diez de 2020 y los cinco de 2021. Urkullu ha asegurado que se continúan “padeciendo las secuelas sanitarias, sociales y emocionales” de lo sucedido, ha agradecido la labor de los profesionales sanitarios y esenciales y ha parecido hacer autocrítica con la frase “reaccionamos como mejor pudimos y supimos”. Pensando en los fallecidos, a los que en todo momento se ha referido como “víctimas”, ha señalado también: “No queremos olvidarlo. Queremos recordarlo”.
La amenaza de lluvia, que ha simbolizado perfectamente el cambio de estación pretendido con el acto, ha obligado a acelerar tanto el evento que, de hecho, ha empezado antes de la hora. La diputada general de Gipuzkoa, Eider Mendoza, el titular del Ararteko, Gotzone Sagardui, la portavoz de Elkarrekin Podemos-IU, Miren Gorrotxategi, o el presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, Iñaki Subijana, han llegado con los parlamentos ya empezados o incluso terminados. Han acompañado a Urkullu y Sagardui todos los demás consejeros del Gobierno, la presidenta del Parlamento Vasco, Bakartxo Tejeria, los alcaldes y los diputados generales y representantes de todos los partidos.
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