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Permitidos en Euskadi las palomitas y los refrescos en el cine pero no el bocadillo en el fútbol o en el baloncesto

Palomitas en la entrada de los cines Florida de Vitoria

Iker Rioja Andueza

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El Boletín Oficial del País Vasco (BOPV) ha publicado este sábado la orden de la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, que regula las condiciones para la nueva fase sin emergencia sanitaria que se abre en Euskadi a partir del lunes 14 de febrero. Se confirma el final de todas las restricciones de aforos y horarios en el ocio, la hostelería o la cultura y, como novedad, desaparece respecto al anterior período similar, el que fue de octubre a diciembre, la previsión de que “durante el desarrollo de eventos no se permitirá, ni en recintos interiores ni en exteriores, el consumo de alimentos y bebidas, salvo agua”. Fue una prohibición 'de facto' de las palomitas y los refrescos en los cines, cuyos gestores recurrieron a la Justicia y perdieron. No obstante, según explicaron este jueves fuentes del Gobierno vasco a este periódico, hasta el 1 de marzo no se podrán comer bocadillos o consumir bebidas en los estadios de fútbol y en las canchas de baloncesto -tampoco los clubes podrán vender estos productos- en aplicación de las medidas generales del Ministerio de Sanidad, que limitan también los aforos en estos recintos al 85% y 75%, respectivamente.

En todo caso, Salud pide a los municipios con tasas de incidencia de más de 400 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días -la media actual en Euskadi es cercana a 2.000 puntos, por lo que son la inmensa mayoría- que “suspendan o pospongan temporalmente [...] la celebración de todas aquellas actividades, independientemente de su ámbito, en las que las autoridades municipales prevean que no se pueda garantizar el cumplimiento de las medidas preventivas previstas en esta orden”, es decir, básicamente que se prevean aglomeraciones. Esta disposición tiene carácter de recomendación ni de prohibición -Tolosa, por ejemplo, ya ha retomado el Carnaval con una tasa de 1.800- y es similar a la que se estableció en otoño, aunque entonces con un umbral de incidencia mucho menor, de 150. 400 es el nivel considerado como de alerta roja por alta transmisión comunitaria, aunque ómicron ha elevado las tasas de la COVID-19 incluso por encima de 7.000.

Incide Salud en que “los eventos o actividades en los que resulta más difícil garantizar el cumplimiento de las medidas preventivas básicas, especialmente el uso de la mascarilla, son aquellos en los que se contemple la ingesta de comidas o bebidas”. Y añade: “En aquellos eventos que se organicen manteniendo las medidas preventivas, tanto en espacios interiores como al aire libre, conviene reforzar medidas de distanciamiento que eviten aglomeraciones y promuevan la dispersión del público. Se procurará aumentar el espacio destinado al público en aquellos lugares donde se prevean concentraciones; establecer pasillos de tránsito para facilitar el flujo ordenado de personas; delimitar los espacios destinados a la venta y consumo de alimentos y bebidas; cuando sea posible, se procurará organizar las actividades en el exterior”. “Las actividades al aire libre son las más seguras. El riesgo de contraer o transmitir la COVID-19 es mayor en espacios cerrados y con mucha gente”, indica Sagardui. En este sentido, “se recomienda la utilización de medidores de CO2 que puedan servir para ayudar a mantener niveles de ventilación adecuados del espacio interior” y se pide a los organizadores de eventos y titulares de espacios cerrados que regulen correctamente la ventilación.

La orden recoge también un apartado para “personas vulnerables e inmunodeprimidas”, a las que “se recomienda la utilización continuada de mascarillas incluso en espacios exteriores, ya que es una medida eficaz para prevenir el contagio”. “El impacto de la COVID-19 en personas inmunodeprimidas, que por ello no hayan podido adquirir niveles de inmunización suficientes tras la vacunación, puede alcanzar mayores niveles de gravedad”, justifica el Ejecutivo. Como medidas básicas, se pide mantener el máximo tiempo posible una distancia interpersonal de 1,5 metros y, “de igual manera, se procurará intensificar el lavado de manos con solución hidroalcohólica o agua y jabón”.

“Toda la ciudadanía debe mantener las medidas necesarias para evitar la generación de riesgos de propagación de la enfermedad COVID-19, así como la propia exposición a dichos riesgos. Este deber de cautela y protección será igualmente exigible a las personas titulares de cualquier actividad. Asimismo, deberán respetarse las medidas de seguridad e higiene establecidas por las autoridades sanitarias para la prevención de la COVID-19, así como las directrices que establezca la Dirección de Salud Pública y Adicciones”, explica el Ejecutivo.

Se añade también que se ha acabado la emergencia sanitaria pero no la pandemia: “Finalizada la situación de emergencia sanitaria, se hace necesario, y así se hace mediante la presente orden, establecer determinadas medidas de prevención y contención propias de la vigilancia y control de la salud pública. Asimismo, se prevé la adopción de medidas adicionales para el caso de que se observara una evolución de la incidencia a una situación de transmisibilidad alta en determinados municipios, cuando no puedan mantenerse las medidas previstas en esta orden [...]. Resulta preciso reiterar la necesidad de seguir observando los principios de prudencia, seguridad y rigor en las medidas de prevención y autoprotección, y seguir haciendo un llamamiento a la colaboración de la ciudadanía, ya que la responsabilidad individual constituye una garantía de primer orden para evitar la expansión del contagio”.

El BOPV ha publicado también otras dos disposiciones. Por un lado, aparece el decreto firmado por el lehendakari, Iñigo Urkullu, de final de la emergencia sanitaria. Pero tiene un aviso: “Sin perjuicio de la superación en Euskadi de la crisis y de la situación de emergencia sanitaria, por el Departamento de Salud se podrá determinar en todo momento el ritmo y necesidades de activación del dispositivo sanitario, así como la reactivación, recuperación o puesta en marcha de medidas de prevención y contención propias de la vigilancia y control de salud pública en atención al antecedente de la pandemia de COVID-19, contando con el mantenimiento de un seguimiento sistemático y una gestión eficaz de casos y contactos”. Por otro, hay otra de artículo único con la siguiente previsión: “Desactivar el Plan de Protección Civil de Euskadi-Larrialdiei Aurregiteko Bidea (Labi) activado el 2 de diciembre de 2021, para hacer frente a la nueva fase de la pandemia por COVID-19”. El Labi se ha reunido 38 veces en la pandemia.

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