Euskadi se ve rodeada de duras restricciones contra la pandemia sin que sus medidas del pasado sábado hayan entrado en vigor
Euskadi fue, en pleno verano, la primera comunidad autónoma en alertar de que venía la segunda ola de la COVID-19 y el 15 de agosto decretó la emergencia sanitaria. A principios de septiembre, consiguió cambiar la tendencia y la cadena de contagios se ralentizó. Pero ahora vuelve a repuntar con claridad, especialmente en Gipuzkoa, cuya tasa de incidencia supera ya con holgura los 500 casos por cada 100.000 habitantes. El pasado sábado, el Gobierno de Iñigo Urkullu planteó un paquete de medidas para reuniones (un máximo de seis personas), aforos (50% en hostelería) y horarios que varios días después todavía no han entrado en vigor por falta de autorización judicial. Entretanto, todos los vecinos sin excepción -Cantabria, Castilla y León, La Rioja, Navarra e incluso Iparralde- han ido aplicando restricciones más severas en estos días.
Euskadi se ve interpelada por un contexto general de confinamientos perimetrales e incluso toques de queda. Mientras, ha vuelto a registrar uno de los peores datos diarios de toda la serie estadística, 819 nuevos positivos. El mensaje oficial del Ejecutivo es triple. Desea que las medidas adoptadas entren en vigor “cuanto antes”, considera que siguen siendo válidas para controlar la expansión del coronavirus y pide que la ciudadanía se corresponsabilice con más rigor en la prevención y limitando la vida social con “amigos o familiares”. Pero las críticas al modelo de confinamiento perimetral -“esa medida tiene que demostrar que sea útil [...]. No he visto una evaluación hecha por alguien serio”, valoró el portavoz de Salud, Ignacio Garitano- ya han desaparecido y fuentes del Gobierno insisten en que “todos los escenarios están abiertos”.
El lehendakari Urkullu ha convocado una nueva reunión extraordinaria de la mesa de crisis de la emergencia sanitaria (denominada LABI) para este jueves. La cita será inmediatamente posterior a la reunión de la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, con sus homólogos autonómicos y con el ministro Salvador Illa en el consejo interterritorial de Salud. Nadie es capaz de descartar en el Gobierno vasco que los cambios epidemiológicos ocurridos desde el sábado hasta ahora puedan motivar más restricciones sin que las anteriores hayan desplegado sus efectos. O que el Estado aplique criterios generales que no se puedan eludir.
Tres de los cuatro días con más de 800 casos, esta semana
El último informe epidemiológico en Euskadi sigue ofreciendo indicadores negativos. Solamente se han superado los 800 casos diarios en cuatro ocasiones en toda la pandemia y tres de ellas se han sucedido en la última semana. La positividad (porcentaje de casos detectados respecto al total de test realizados) sigue instalada en cifras altas (7,6% la última) y el R0 -casos derivados de cada positivo- no termina de bajar de 1, lo que indica que la cadena de contagios se expande (1,24 el último dato, 1,28 en Gipuzkoa).
Las cifras hablan por sí solas. Los casos han crecido un 58% en Gipuzkoa en siete días, un 38% en Bizkaia y un 22% en Álava. La tasa de incidencia general es de casi 400 (391,82), pero en Gipuzkoa es ya de 533,61. Desde hace unos días se emplea un semáforo rojo para señalar las localidades de 5.000 habitantes o más que superan ese umbral. Son ya 17 en Gipuzkoa -todavía no la capital- y cinco en Bizkaia, cuya incidencia es de 318,59 por 300,03 de Álava. Los 819 nuevos casos se reparten en 377 guipuzcoanos, 342 vizcaínos y 85 alaveses. Otras 15 personas sin residencia especificada han sido diagnosticadas también.
El portavoz del programa de vigilancia y control de la COVID-19, Ignacio Garitano, ha mostrado su preocupación por el incremento de contagios entre los jóvenes de 13 años en adelante. El entorno escolar es “seguro” -ha dicho- pero la vida social de estos adolescentes fuera de las aulas lleva a que la incidencia en estas franjas de edad suba de manera notable. 967 de los 7.118 casos activos (eran 6.177 hace solamente 48 horas y 4.453 hace una semana) son entre personas en edad escolar. En Euskadi, 11.907 personas están aisladas por ser contactos estrechos de positivos, 3.553 de ellos menores de edad. Según Educación, hay 68 centros educativos actualmente con casos de COVID-19 entre su alumnado, lo que obliga a tener clausuradas 94 aulas (un 0,54% del total).
0