El Gobierno de Urkullu “respeta” a Gure Esku Dago pero no secundará su 'hoja de ruta'
Tras cursar una petición formal, tres portavoces de la plataforma Gure Esku Dago, que defiende el derecho de autodeterminación de Euskal Herria, se han reunido este jueves con el lehendakari, Iñigo Urkullu, y con su secretario de Convivencia, Jonan Fernández, para exponerles su 'hoja de ruta' que, en el año de su quinto aniversario y con Catalunya de fondo, llevará las consultas populares por primera vez a una capital vasca, concretamente a Donostia. Urkullu, en un pequeño cuaderno negro, ha tomado nota de las propuestas de Gure Esku Dago y les ha mostrado su “respeto” por una reivindicación “legítima” como es el derecho a decidir, si bien el Gobierno vasco de PNV y PSE-EE que él preside no secundará oficialmente ninguna de las consultas o actividades paralelas.
Antes del encuentro, la representante de Gure Esku Dago Zelai Nikolas ha destacado en los pasillos de la sede de la Presidencia vasca “la importancia que tiene el derecho a decidir” y más en 2018, con el recuerdo de Catalunya muy cercano y con la ponencia de autogobierno del Parlamento vasco encarando años después de su puesta en marcha (y tras muchos retrasos) su fase decisiva. Sin embargo, Nikolas ha esquivado conceptos como “independencia” o “referéndum” y, preguntada por los periodistas, no ha aclarado si ve o no en Urkullu un aliado para llevar al País Vasco a un proceso similar al catalán, donde la ANC ha colaborado de manera activa con partidos nacionalistas e instituciones.
“El lehendakari es el lehendakari de todos como el derecho a decidir es un instrumento que necesitamos para todos. En ese sentido, [buscar] los caminos para materializarlo es un trabajo entre todos. Nosotros aportamos, ofrecemos nuestra complicidad y apoyo, y luego tendremos que acordar entre todos la vía para el ejercicio [del derecho a decidir]”, ha respondido Nikolas preguntada por el posicionamiento de Urkullu, que se ha distanciado claramente del modelo catalán al defender el derecho a decidir pero tras un pacto con el Estado y dentro de los cauces legales. Y, a la siguiente pregunta -si traía alguna exigencia para el Gobierno vasco-, Nikolas ha indicado que su presencia en Lehendakaritza se limitaba a “explicar un poco cuál es la posición de Gure Esku Dago”. Y ha añadido: “Gure Esku Dago no hace interpelaciones. Miramos a nosotros mismos. Como dice nuestro 'lelo' [lema], está en nuestras manos”, ha manifestado la portavoz.
Fuentes del Gobierno han destacado el tono cordial y constructivo de la reunión, pero han puntualizado que ha sido Gure Esku Dago quien ha presentado su 'hoja de ruta' y que el Ejecutivo no ha adquirido ningún compromiso con la plataforma. El lehendakari, según estas mismas fuentes, “respeta” la iniciativa, la considera un movimiento social “legítimo”, pero no le prestará ningún apoyo oficial en el calendario de actos previsto para 2018, que incluye una nueva oleada de consultas en primavera, un gran acto en junio que culminará en Vitoria y la primera votación en una capital, Donostia, este otoño. Hasta ahora ha habido urnas en 180 localidades, donde viven alrededor de 780.000 personas.
Los equilibrios del PNV
La relación del PNV con Gure Esku Dago es muy distinta a la de la antigua Convergència con la ANC. En el partido nacionalista son muy conscientes de cómo el movimiento popular ha acabado por desmontar las estructuras tradicionales de su partido hermano en Catalunya y su presencia en actos de Gure Esku Dago, que no es infrecuente, se ha limitado a decisiones personales, como cuando Andoni Ortuzar se sumó a la primera cadena humana o como cuando la consejera Arantxa Tapia votó en una de las consultas convocadas. Recientemente, el dirigente 'jeltzale' Koldo Mediavilla ha acusado a la izquierda abertzale y al sindicato ELA de instrumentalizar Gure Esku Dago al haber convertido una reciente manifestación en contra de la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Catalunya en un acto “contra el PNV” por sus pactos con el Gobierno del PP.
En estos últimos meses, el PNV ha hecho equilibrios entre el apoyo de la autodeterminación de Catalunya, los pactos con el PP, la mediación para que Carles Puigdemont no declarase la independencia unilateral y convocase elecciones anticipadas para evitar el 155 o el anuncio de un acuerdo en pro del derecho a decidir en el Parlamento vasco. En este sentido, la ponencia parlamentaria se volverá a reunir el 7 de febrero , fecha en la que se supone que se conocerá la letra pequeña de las propuestas de cada partido -que inicialmente habían sido anunciados para el 31 de enero-. Las diferencias en torno al derecho de autodeterminación es precisamente el mayor punto de fricción del PNV con su socio de Gobierno, el PSE-EE, si bien es una discrepancia pactada y existe el mutuo convencimiento de que el posible tensionamiento en esta materia nunca llegará a romper la sintonía en todos los demás asuntos.
