Mario Fernández niega irregularidades y apunta al letrado que contrató a Cabieces
El abogado Mario Fernández está en guerra contra su sucesor al frente de la presidencia de Kutxabank, Gregorio Villalabeitia, la persona que puso a rodar en los juzgados el 'caso Kutxabank', el pago a través de bufete del también imputado, Rafa Alcorta, de un sueldo al exdelegado del Gobierno, Mikel Cabieces. Y en las guerras no se suelen hacer prisioneros. Fernández ya advirtió en febrero, la primera vez que declaró ante la fiscal -antes de que el caso llegara a manos de la jueza que ahora investiga los posibles delitos de falsedad documental y administración desleal o apropiación indebida-, que cuando terminara este asunto emprendería acciones legales contra Villalabeitia. Sobre todo porque está en juego su honorabilidad.
“Mi honor es lo único que tengo, conseguido a base de estar trabajando más de cuarenta años. Nadie me ha regalado nada, y no estoy dispuesto a dejar que cualquiera ponga en cuestión mi honestidad, y menos con Kutxabank”, ha apuntado tras declarar este jueves como imputado ante la jueza que instruye la causa. El expresidente del banco vasco ha denunciado el “engaño” de Villalabeitia y ha reiterado que emprenderá acciones legales, al tiempo que dejaba un aviso para su sucesor: “no suelo dejar heridos”.
Pero al margen de esas declaraciones ante los medios de comunicación fuera del juzgado realizadas tras declarar ante la instructora, la titular del juzgado de Instrucción número 4 de Bilbao, Ana Isabel Álvarez Fernández, lo fundamental del testimonio de Mario Fernández en las diligencias abiertas es que ha vuelto a negar cualquier irregularidad en su actuación. Y ha señalado al que en la auditoría se apunta como origen de la causa, el bufete que trabajaba para Kutxabank cuando se contrató al exdelegado del Gobierno y exdirigente socialista, Mikel Cabieces. “Kutxabank no pagó un euro a Cabieces, quien era un colaborador externo del despacho de Rafael Alcorta, que es con el que Kutxabank tenía relación”, ha precisado, al tiempo que apuntaba al letrado que contrató al exdirigente socialista. “El señor Alcorta ha cobrado las minutas correspondientes a Kutxabank y, en consecuencia, la afirmación de la que se parte de que se han pagado cantidades por servicios no prestados es absolutamente falsa”, ha añadido.
“He visto el informe de auditoría interna de Kutxabank en el que se dice que se han pagado cantidades [a Mikel Cabieces] que no corresponden a servicios prestados”, la base de la acusación de administración desleal que ahora investiga la jueza. “Me han llamado a mí. El que emitía las facturas era el señor Alcorta, ¿le han llamado al señor Alcorta?, ni la fiscal llamó al señor Alcorta, que era el que emitía las facturas sobre las que puede existir la duda. Ahora le ha llamado la jueza. En definitiva, los hechos son ésos y yo no quiero nada más que poner de manifiesto esos hechos y que se saquen las consecuencias correspondientes”, ha subrayado.
Enfado de Alcorta
En su declaración, Rafa Alcorta ha explicado ante la jueza parte de los trabajos que encargó a Mikel Cabieces en el tiempo que duró su relación laboral, según fuentes conocedoras de su declaración. “Ha explicado casos concretos”, señalan las mismas fuentes, siempre reservando el secreto profesional que como abogado debe guardar, pero con la intención clara de explicitar que había una relación laboral real con Cabieces.
Alcorta también ha explicado que básicamente la relación con Kutxabank la tenía con el responsable de Recursos Humanos, Fernando López de Eguilaz y no con Mario Fernández. Ha relatado que muy al principio en un encuentro que tuvo con Fernández este “me preguntó qué tal me iba con el nuevo colaborador”, según la declaración. En todo caso, López de Eguilaz siempre le comentaba que de todos los asuntos estaba al tanto el entonces presidente de Kutxabank, según el testimonio de Alcorta, que no ha realizado declaraciones ante los medios de comunicación. Cabieces también ha detallado los trabajos que desempeñó para el bufete de Alcorta mientras duró la relación laboral con el bufete de Alcorta, según fuentes conocedoras de la declaración.
Alcorta ha podido finalmente explicar su relación con este caso, dado que ni Kutxabank primero, ni la Fiscalía después le llamaron para preguntarle por su relación laboral con Mikel Cabieces, ni sobre la iguala (el acuerdo) que tenía con el banco vasco y que se vio modificada con la inclusión del exdelegado del Gobierno en su equipo de abogados. Y durante estos meses ha visto, con gran enfado por su parte, cómo su nombre aparecía vinculado a unas supuestas irregularidades denunciadas inicialmente por Kutxabank y ahora a tres posibles delitos en la causa por la que esta imputado.
“Me siento engañado” por Villalabeitia
Las supuestas irregularidades en ese acuerdo entre el bufete de Rafa Alcorta, que también está imputado y ha declarado en la causa por primera vez este jueves, habrían supuesto un coste de 243.592,02 euros para el banco, justo la cantidad que presuntamente se habría pagado a Mikel Cabieces a través del bufete de Rafael Alcorta, con el que el banco ya tenía un acuerdo de iguala. Ni Cabieces, ni Alcorta han realizado declaraciones tras pasar por el juzgado en calidad de imputados.
El engaño del que habla Fernández tiene relación con la reunión que mantiene con su sucesor, Gregorio Villalabeitia, tras su relevo al frente del banco en la que le indica que han detectado irregularidades por valor de 243.592 euros. Inmediatamente, Fernández devolvió de su bolsillo a Kutxabank el dinero para que no hubiera dudas sobre posibles quebranto económico al banco.
“En esa cita no se me dijo que se había encargado ya un informe de auditoría interna, que había pasado por el comité de auditoría y que había pasado por el consejo. Me siento sencillamente engañado, y el que me engañó es el que, hablando conmigo, me lo ocultó, el presidente actual de Kutxabank”, se ha dolido Fernández.