Gipuzkoa toma la avanzadilla de una reforma fiscal en Euskadi en la que PNV y PSE-EE no quieren muchos cambios
Gipuzkoa es de momento en único territorio que ha puesto en marcha la ponencia en las Juntas Generales para abordar la reforma fiscal, convirtiéndose en la avanzadilla de una reforma que no será fácil de aprobar, porque al igual que en Álava, los Gobiernos de PNV y PSE-EE están en minoría y necesitarán el apoyo de otros partidos para sacarla adelante. Es decir, deberán hacer concesiones a otros grupos si no quieren repetir la experiencia de los presupuestos de los territorios, que han tenido que prorrogarse en tanto en Álava como en Gipuzkoa por no contar con el apoyo de la oposición a las cuentas. La negociación no se presenta fácil, porque los partidos de Gobierno ya han avanzado que no quieren cambiar mucho de la fiscalidad actual, que consideran que ha dado buenos resultados, y sin embargo, los partidos de la oposición piden cambios en profundidad, aunque en sentidos diferentes.
La ponencia de las Juntas de Gipuzkoa sobre cuál debe ser la nueva fiscalidad quedó constituida el pasado día 8, a petición de EH Bildu, y hasta el 18 de enero los grupos tendrán de plazo para proponer la lista de los invitados a comparecer en la misma. Tendrá una duración de seis meses, es decir hasta el mes de junio. En Álava y en Bizkaia no está previsto que se constituya ninguna ponencia -al menos hasta ahora- y no hay fecha fijada para tener preparada la propuesta de reforma, lo que significa que la campaña para las elecciones al Parlamento autonómico -sin fecha todavía- tendrá lugar con los trabajos apenas iniciados, convirtiendo la fiscalidad de nuevo en uno de los ejes centrales de la batalla electoral, aunque en Euskadi sea una competencia foral. Esto significa que no será precisamente el momento idóneo para poder llegar a acuerdos y los más probable es que las nuevas medidas, se retrasen al menos hasta 2025.
De momento, los partidos que están en el Gobierno en los tres territorios, PNV y PSE-EE son más partidarios de modificaciones sobre la base de la reforma anterior que está vigente en estos momentos, que de cambios estructurales, y no parecen tener prisa por abordar los cambios. Ni en Álava ni en Bizkaia se cuenta con un calendario concreto y se limitan a señalar que la reforma se abordará en los próximos meses. Para empezar, desde las tres diputaciones han valorado recientemente como “muy positivos” los resultados conseguidos hasta ahora con la fiscalidad actual por lo que creen que no es necesario abordar una “reforma integral”.
En Gipuzkoa, el diputado de diputado de Hacienda y Finanzas, Jokin Perona, destacaba que las reformas fiscales de 2014 y 2018 han permitido “garantizar la suficiencia financiera para mejorar las políticas públicas de las instituciones vascas” y abogaba por “trabajar en los próximos meses, en una reforma fiscal sólida que aglutine un consenso amplio para impulsar y proteger nuestra economía”, para lo que pedía a las distintas formaciones junteras “actuar con responsabilidad y compromiso”. En Álava, el diputado general, Ramiro González, ha defendido que hay que mejorar “algunos aspectos” aunque, “desde el punto de vista general, la fiscalidad en Euskadi es ”muy equiparable a la de los países más avanzados de Europa y funciona razonablemente bien“. Mientras que en Bizkaia, la diputada de Hacienda, Itxaso Berrojalviz, defiende claramente que no será necesario una reforma fiscal ”integral“. Considera en este sentido que las reformas del IRPF en 2014 y el Impuesto sobre Sociedades en 2018 ”han cumplido sus objetivos, tanto recaudatorios como de los principios que los rigen“ y son ”una base sólida“ para acometer la revisión fiscal y que no supondrá la ”definición de un nuevo modelo“, aunque reconoce que hay medidas ”importantes“ que acometer.
En Bizkaia, la mayoría con la que cuentan PNV- y PSE-EE garantiza que las normas que proponga el equipo de gobierno saldrán adelante. EH Bildu ha arrancado el año presentando en las Juntas Generales vizcaínas una serie de preguntas sobre fiscalidad, como los “tipos reales” que paga las empresas por Impuestos de Sociedades en un intento de demostrar que es necesario una reforma. En Gipuzkoa o en Álava, el equipo de Gobierno necesita el apoyo de otro grupo para que la normativa salga adelante, lo que puede llevar a diferentes mediadas entre los territorios que rompan la armonización fiscal. Por ejemplo, en el territorio alavés, el equipo de Gobierno ha sacado adelante las últimas medidas tributarias, como la deflactación de las tablas del IRPF, gracias al apoyo del PP después de que PNV y PSE-EE aceptaran algunas de sus enmiendas para aumentar determinadas deducciones.
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