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La prostitución atrapa a mujeres jóvenes e inmigrantes

El barrio de San Francisco en Bilbao es un lugar habitual donde se ejerce la prostitución en la calle

Patricia Burgo Muñoz

Realizar una radiografía exacta de la prostitución resulta muy complicado incluso para las asociaciones que se encargan de hacer un seguimiento y apoyar a las personas que viven de ello. Porque a pesar de que se trata de una realidad enraizada en nuestra sociedad, todavía es una actividad desconocida e invisible para la mayoría.

En Euskadi tres organizaciones sin ánimo de lucro: Askabide (Bizkaia), Gizarterako (Álava) y Aukera (Gipuzkoa), se encargan de visitar, ayudar y prestar servicio a aquellas personas que eligen este modo de vida, o se ven obligadas a ejercer la prostitución. Su trabajo es el único que permite elaborar un mapa aproximado de este negocio en el País Vasco.

Y estos datos indican lo mismo: el perfil de las personas que ejercen la prostitución ha cambiado notablemente en los últimos años, y ha pasado de estar representado por personas de procedencia autóctona, a la entrada masiva de inmigrantes que buscan en esta actividad un medio de subsistencia. Pero también hay que tener en cuenta que la crisis ha provocado en el último año un aumento de mujeres de nacionalidad española, y en algunos casos hombres, que ejercen principalmente en pisos.

En todo caso la fotografía ahora mismo es la de una mujer, joven inmigrante y con cargas familiares en su país de origen. Proceden principalmente de países de América Latina (Brasil, Colombia, Ecuador), África (Nigeria, Guinea), países de Europa del Este y España, y en muchas ocasiones se encuentran aquí de manera irregular. Las mujeres suponen casi el 90% de este mercado, los hombres apenas llegan al 5% y también hay pequeño porcentaje de transexuales, un 8%.

La vulnerabilidad es una de las características que mejor definen a estas jóvenes. En muchas ocasiones no tienen documentación, desconocen el idioma, sufren de baja autoestima y problemas afectivos, y además viven con el miedo a los proxenetas. Todo esto y las cargas familiares, la dificultad para acceder a un trabajo y a una vivienda, no les permite salir de este mundo y les convierte en el blanco perfecto para rozar y sobrepasar la exclusión social.

La labor de estas asociaciones, que como otras organizaciones no gubernamentales se ha visto afectada por los recortes, es indispensable porque una de las principales características del colectivo de personas que ejercen la prostitución es el desconocimiento de los recursos sociales, sanitarios y legales que existen a su disposición y la dificultad de acceso a ellos por la falta de información.

Tradicionalmente la atención sanitaria, o la ayuda en los procesos administrativos eran los servicios más solicitados, pero la crisis ha modificado esta tendencia, y a lo largo del año ha crecido exponencialmente la demanda de servicios básicos como alimentación, y también las consultas que tienen que ver con los últimos cambios en el requerimiento de ayudas económicas y de vivienda.

Clubs más grandes y más pisos

Clubs más grandes y más pisosA pesar de lo que se pueda pensar, la calle es el lugar donde menos se ejerce la prostitución, principalmente porque resulta un motivo de conflicto vecinal, además de porque desde que en algunos municipios como Bilbao o Irun se pusiera en marcha la Ordenanza del Espacio Público, las chicas pueden ser multadas por ofrecer servicios sexuales de forma sistemática en el espacio público.

Los locales cerrados, clubes y pisos son los lugares donde se concentra la prostitución. Los últimos datos apuntan a que los clubes pequeños van desapareciendo y en su lugar cada vez hay más clubes grandes fuera de las ciudades. Por otro lado, la invisibilidad que ofrecen los pisos está haciendo que cada vez haya más, pero son más difíciles de cuantificar por su permanente cambio de ubicación debido a los problemas que surgen con las comunidades de vecinos. Las nuevas tecnologías también han influido en estos cambios ya que permiten a estas personas buscar directamente potenciales clientes. Hoy en día no es difícil encontrar en los pisos a mujeres con smartphones o tablets, donde cuelgan sus fotos y anuncios.

Queda así de manifiesto que la prostitución es una actividad en constante cambio que se va modificando y adaptando a los cambios sociales y económicos que se producen, y ahora mismo, la situación de las personas que ejercen la prostitución es cada vez más precaria y difícil.

Ordenanza del Espacio Público

Ofrecer servicios sexuales de forma sistemática en la calle quedó prohibido hace tres años en Bilbao y hace dos en Irun cuando se aprobaron sendas ordenanzas de espacio público. Unas medidas que han levantado cierta polémica entre las asociaciones ayudan y asesoran a las personas que ejercen la prostitución en estas provincias.

Askabide (Bizkaia) han atendido en diferentes demandas de mujeres de nacionalidad nigeriana en relación con multas económicas consecuencia de las primeras aplicaciones de la ordenanza en la villa.

Por su parte, Aukera (Gipuzkoa) denuncia que las mujeres que ejercen en la calle en Irun (un porcentaje residual respecto al resto de la provincia), a lo largo del 2013 están siendo afectadas de una manera “muy grave” por la ordenanza cívica. Las responsables de la asociación consideran que las multas hacen que las mujeres se encuentren en una situación de mayor vulnerabilidad. Añaden que incluso varias de ellas, en vez de ser “únicamente multadas e ir dichas multas por la vía administrativa, están yendo por la vía de lo penal, lo cual, conlleva a ser susceptibles de tener antecedentes penales cuando el ejercicio de la prostitución no es un delito”.

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