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Con pesetas en el monedero 20 años después: una calle de Vitoria brinda una última oportunidad para decir “agur” a estas monedas

Un hombre lee el cartel de la campaña "Agur a la peseta" en el escaparate de la tienda Ibáñez.

Alazne Aldayturriaga

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Tomarse un café, hacer la compra del día, retocarse la manicura o ir de compras. Todo ello es posible en la calle de Gorbea de Vitoria. Hasta ahí nada especial. Ahora, además, todas las adquisiciones se pueden volver a pagar con pesetas, la moneda desaparecida en 2001 con la llegada del euro. La Asociación de Comerciantes de la Calle Gorbea ha puesto en marcha hasta el 31 de mayo la cuarta y última edición de “Vuelve la peseta”, esta vez llamada 'Agur a la peseta', una iniciativa con la que clientes pueden utilizar las antiguas pesetas que tengan guardadas en casa.

El Banco de España marcó el pasado 31 de diciembre de 2020 como último día para cambiar las pesetas por euros a razón de 166,386 la unidad. Sin embargo, debido a las restricciones de movilidad impuestas para frenar la COVID-19, se amplió el plazo hasta el 30 de junio de 2021. Aprovechando esta nueva oportunidad, los comerciantes de la calle Gorbea decidieron impulsar las ventas del comercio local una vez más a través de la cuarta edición de la campaña para recoger pesetas, 'Agur a las pesetas'.

Víctor Manuel Ibáñez, presidente de la Asociación de Comerciantes de la Calle Gorbea y dueño de la tienda Ibáñez, cree que a la gente le “viene bien” este tipo de iniciativas. No eran pocos los que se dedicaban a hacer colecciones de pesetas, pero Ibáñez sostiene que la gente ha decidido dejarlas. Admite que hay clientes que dicen “déjate de colecciones, que no valen para nada y cámbialo por algo que realmente merece la pena porque lo necesitas: un pantalón, una camisa...”. Marga, de Confecciones Sanz, coincide con el presidente. “La gente sabe que las pesetas que tiene en casa no le van a valer para nada, le viene bien el canje”, comenta, y añade que con estas iniciativas “se quitan las pesetas de encima”. En marzo de 2021, según el Banco de España, quedaban todavía 1.586 millones de euros en pesetas sin canjear: 801 millones en billetes y 785 millones en monedas. Son 9,5 millones de euros.

Esta está siendo una campaña más tranquila que las anteriores en cuanto a la asiduidad con la que los clientes cambian sus monedas. Y es que los comerciantes de la calle Gorbea lanzaron la anterior campaña de noviembre pensando que iba a ser la última. No obstante, “cuando terminó la campaña anterior, la gente seguía trayendo sus monedas”, indica Ibáñez, razón por la cual aprovecharon la ampliación del plazo para permitir a los vitorianos que cambiaran sus pesetas en los comercios de la calle. Muestra el interés de los ciudadanos a través de la anécdota de una pareja a la que advirtió de la campaña al ir a pagar y le contestó: “Déjala guardada que cuando venga a recogerla después de los arreglos voy a pagar con pesetas”.

En general, la mayoría de personas que se están involucrando en la iniciativa son gente que “realmente” utilizó las pesetas antes de que se instaurara el euro el 1 de enero de 2002 (aunque hubo dos meses de convivencia de ambas divisas en realidad). Si bien los comercios de la calle Gorbea tienen un público objetivo muy extenso ya que cuentan con “22 gremios”, las personas que cambian sus pesetas “son de cierta edad, rondan entre los 50 y 70 años”. En la tienda Chicas, en la que trabaja Haizea, se dedican a vender ropa para mujeres jóvenes, aunque hasta hace unos años su público era más mayor. De todos modos, señala que “la gran mayoría de clientes que vienen a comprar y aprovechan para cambiar sus pesetas son personas mayores, aunque hay de todo”. “En muchos casos –sugiere Ibáñez– las tenían en los pueblos, olvidadas o se las han encontrado en una caja que tenían en un ático y se las han guardado porque sabían que en la calle Gorbea normalmente se hacen estas iniciativas”.

A diferencia de las monedas y billetes que recoge el Banco de España, que solamente acepta billetes posteriores a 1939 -en la Guerra Civil hubo un verdadero caos de emisiones y antes todavía incluso había ejemplares de las antiguas colonias, como Cuba- y monedas que estaban en circulación en el año 2002 -1, 5, 10, 25, 50, 100, 200, 500 y las especiales de 2.000-, los comerciantes que se han sumado a la campaña 'Agur a la peseta' cambian todas las pesetas emitidas desde que se empezaron a utilizar en 1869. De hecho, Ibáñez ha recogido billetes de 1928 y monedas de 1891, y las trata de “auténticas joyas”. Un duro de esa época puede cambiarse por 3 céntimos pero podría alcanzar un valor de 30 euros (5.000 pesetas). Sin embargo, el límite de recogida de billetes y monedas antiguas es de 180 euros por cada comercio.

Esta campaña tiene, asimismo, un objetivo solidario. “Participamos para aportar a una causa, para ayudar”, apunta la dependienta de Chicas. El 20% del dinero que los clientes de estas tiendas canjeen se destinará a Prestaturik, una asociación que busca “favorecer la integración de las personas migrantes en la sociedad vitoriana”. De ese 20%, un 10% se tomará de las pesetas que lleven los clientes y los comerciantes contribuirán con el otro 10%. Ahora, la Asociación de Comerciantes de la Calle Gorbea de Vitoria quiere abrir esta iniciativa de recogida de pesetas a toda la población de Álava. De hecho, Ibáñez sospecha que tendrá más éxito que la de la calle comercial, ya que muchos alaveses no han podido acudir a la ciudad debido a las restricciones de movilidad o porque simplemente “no les venía bien acercarse a la calle Gorbea”. “Ahora vamos a darles la oportunidad”, concluye.

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