El PNV cambia la fotografía institucional vasca y situará mujeres en primera línea tras más de 125 años de historia
El PNV, una formación con 127 años de historia, ha copado en las cuatro últimas décadas buena parte de los cargos políticos vascos más relevantes durante la mayoría del tiempo y, como sus candidatos en las principales instituciones han sido siempre varones, el resultado es que en 2022 todavía no ha habido ninguna mujer lehendakari, como tampoco diputada general o alcaldesa de capital con la excepción de Pilar Careaga en Bilbao durante el franquismo. En los últimos años la imagen de siete hombres al frente de las siete principales instituciones empezaba a pesar en el PNV y de cara a las elecciones municipales y forales de 2023, que renuevan seis de esos siete asientos, ha optado de manera deliberada por la paridad en sus propuestas.
Preguntado por ello a principios de 2022, el presidente del Euzkadi Buru Batzar (EBB), Andoni Ortuzar, se limitó a responder que el partido siempre propone a “les mejores”, con 'e', sin mirar si son hombres o mujeres. Ahora que se ha conocido que Elixabete Etxanobe será la candidata en Bizkaia, que Eider Mendoza optará a diputada general de Gipuzkoa y que Beatriz Artolazabal peleará por ser alcaldesa de Vitoria, el PNV admite que ha tenido en cuenta “la variable de género”. “Durante muchos años se nos había criticado por un exceso de masculinidad en nuestras listas y, efectivamente, nosotros aceptamos como autocritica esa reflexión. Y creo que todas las ejecutivas del partido han sido conscientes de ello y han intentado incorporar a personas de mucha valía pero que incorporaban también la variable de género. Y eso pasaba por presentar candidaturas de mujeres a estos puestos”, ha reflexionado este miércoles Ortuzar. “Las candidatas del resto de partidos también son mujeres. Así que sí que está garantizado que en la legislatura 2023/2027 la alcaldesa de Vitoria será una mujer. Eso es algo importante de cara a poner a las mujeres en el espacio público, a que seamos referentes para la sociedad. Es un reto que es importante y es un orgullo”, ha manifestado a este respecto Artolazabal.
Durante muchos años se nos había criticado por un exceso de masculinidad en nuestras listas
Abundan fuentes del PNV que era una demanda “de la sociedad” pero “también de las bases”. El partido, recuerdan estas fuentes, tiene abiertos procesos participativos para pulsar la realidad social tanto dentro como fuera de su militancia y una de las conclusiones es que tocaba “seguir dando pasos adelante” en esta materia. En el PNV hay “muchas mujeres con capacidad”, apostilló hace un mes la presidenta de la poderosa organización de Bizkaia, Itxaso Atutxa, cuando se confirmó la candidatura de Etxanobe en lugar de Unai Rementeria. Junto con Mireia Zarate, secretaria del EBB, son las mujeres con más responsabilidad orgánica en el principal partido vasco.
El PNV nunca ha tenido una presidenta. Las mujeres sí han liderado el PSE-EE (Idoia Mendia), el PP (María San Gil, Arantza Quiroga o Amaya Fernández), EA (Begoña Errazti, Eva Blanco), Podemos (Nagua Alba, Pilar Garrido), IU (Isabel Salud) o Aralar (Rebeka Ubera). En el caso de EH Bildu, Maddalen Iriarte ha sido su candidata a lehendakari en 2016 y 2020. En Navarra, por ejemplo, a María Chivite le precedió Uxue Barkos y a ella Yolanda Barcina. La Comunidad de Madrid ha tenido también tres presidentas. Si en 2024 Urkullu decidiera dar un paso al lado, el debate se reabriría en Euskadi.
En cuanto a los nacionalistas, sí han propuesto dos mujeres como presidentas del Parlamento Vasco, formalmente la segunda autoridad de la comunidad autónoma. Han sido Izaskun Bilbao y Bakartxo Tejeria, en el cargo desde 2012. En medio, ocupó el cargo otra mujer, la 'popular' Quiroga. Desde el pasado año, Ana Helguera es presidenta del Tribunal de Cuentas a propuesta del PNV como también lo son Margarita Uria en Protección de Datos o Alba Urresola en Competencia. Asimismo, han sido ya muchas las consejeras con carteras como la vicepresidencia que ocupó Idoia Zenarruzabeitia o la de Seguridad, con Estefanía Beltrán de Heredia, que ahora es la portavoz del partido en el Senado. En Salud ha habido dos mujeres al frente, las dos últimas, Nekane Murga y Gotzone Sagardui. Además, desde hace dos legislaturas regenta la alcaldía de Barakaldo, cuarta ciudad vasca, Amaia del Campo, que aspirará a la reelección.
La primera consejera del PNV fue Mari Carmen Garmendia en 1995, que además también fue la primera portavoz del Ejecutivo autonómico. Antes, el PSE-EE propuso a Milagros García en 1987. En las dos primeras legislaturas los gabinetes eran enteramente masculinos. Antes que Garmendia fueron también miembros del Gobierno otra socialista, Rosa Díez, luego fundadora de UPyD, y una de EA, Mari Carmen Gallastegi, ambas en 1991. En el caso del Parlamento Vasco, tras las primeras autonómicas resultaron electas cinco mujeres, cuatro por el PNV y una de Herri Batasuna. Una de ellas, Inmaculada Boneta, ejerció como vicepresidenta primera de la Mesa en aquella legislatura del estreno.
“El cambio catártico en las filas del PNV es muy relevante. La sociedad ha empujado a ese cambio. Es un elemento muy interesante”, sostiene Juanjo Álvarez, catedrático de la UPV/EHU y analista político. “Quiero pensar que no es ni postureo ni cuotas sino que, igual que en otros ámbitos sociales, el liderazgo femenino también ha llegado a la política. Es muy llamativo el cambio y particularmente en el PNV. Las mujeres pasan a un primer nivel ejecutivo, pasan a estar en el primer nivel de decisión. Esto también muestra que la política se está acercando a la sociedad. Igual ha llegado un pelín tarde, pero es una excelente noticia”.
Es muy llamativo el cambio y particularmente en el PNV. Las mujeres pasan a un primer nivel ejecutivo
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