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PNV y PSE-EE cierran un Gobierno de coalición para Euskadi pero posponen el reparto de puestos en el nuevo gabinete de Urkullu

Iñigo Urkullu, Idoia Mendia, Andoni Ortuzar, Iñaki Arriola y Pedro Azpiazu, en un acuerdo anterior entre PNV y PSE-EE

Iker Rioja Andueza

27 de agosto de 2020 08:03 h

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PNV y PSE-EE, después de un mes largo de negociaciones, han alcanzado un nuevo acuerdo para gobernar en coalición en la legislatura 2020-2024 con la lucha contra la pandemia y la reactivación económica como principales prioridades. El documento se titula 'Acuerdo para la reactivación económica y el empleo desde la defensa de los servicios públicos y las políticas sociales sobre la base de más y mejor autogobierno' y parte de la base del “rigor” de ambos partidos en la gestión y como continuidad al trabajo compartido de la legislatura 2016-2020.

Acuerdo entre PNV y PSE-EE by eldiarionorte

Era algo que la Euskadi política daba por descontado desde las elecciones del 12 de julio y que ha comunicado de manera conjunta este jueves a mediodía. De este modo, Iñigo Urkullu será reelegido como lehendakari el próximo jueves 3 de septiembre en el Parlamento Vasco con la mayoría absoluta de nacionalistas y socialistas, que tienen 31 y 10 escaños, respectivamente, de un total de 75. Anunciado el acuerdo programático, quedará pendiente de detallar el reparto de áreas entre ambos socios.

Según el resumen del documento, la pandemia ha generado “consecuencias sanitarias, económicas y sociales que eran inimaginables”. PNV y PSE-EE valoran la “experiencia de trabajo conjunto” y se fijan como primer reto “la implementación y refuerzo del sistema público de salud, así como la reconstrucción social y económica de Euskadi”. “Compartimos la necesidad de continuar afrontando esta crisis como una oportunidad para salir de ella como una sociedad más cohesionada [...]. Debemos estar a la altura de lo que la sociedad vasca espera de nosotros”, explican ambas formaciones.

Entre las medidas que se plantean esta la “actualización de los instrumentos normativos y de Gobierno” en materia sanitaria a la luz de las nuevas “amenazas” y reforzar también la atención a mayores y el espacio de servicios sociales. En materia económica la gran promesa es la rebaja del paro por debajo del 10%, que fue la misma que en 2016 y que se logró para quedar frustrada por la pandemia. PNV y PSE-EE elaborarán una “relación consensuada” de proyectos “atendiendo a los requerimientos del Gobierno español” para lograr fondos europeos y potenciarán el diálogo social. Se plantea explorar una reforma fiscal aunque con dos límites, la necesidad de tener en cuenta la caída de recaudación por la COVID-19 y las variables que puedan producirse y que el marco competencial vasco atribuye esas competencias no al Gobierno autonómico sino a las Diputaciones.

En materia social, se vuelve a poner sobre la mesa la fracasada reforma de la renta de garantía de ingresos -el salario social existente en Euskadi y que ahora completa al nuevo ingreso mínimo vital- y se alude a la extensión del derecho a la vivienda y la “defensa inequívoca” de la igualdad. Otros retos compartidos, según han pactado, serán la apuesta por la innovación y la digitalización y la lucha contra el cambio climático, con la neutralidad de emisiones en el horizonte de 2050.

El último apartado del pacto atañe a la convivencia y al autogobierno. PNV y PSE-EE siguen viendo como “pendiente” la idea de “consolidar la convivencia” dos años después del final de ETA. Además, defienden el desarrollo “íntegro” del Estatuto de 1979 -Pedro Sánchez se ha comprometido a estudiar incluso la posible transferencia del régimen económico de la Seguridad Social- y “lograr un nuevo pacto estatutario para una nueva generación”, si bien en los últimos años nacionalistas y socialistas han mantenido aquí posturas diferenciadas.

Ratificación por la asamblea del PNV y en consulta en el PSE-EE

Ambos partidos activarán ahora sus respectivos sistemas de ratificación interna del acuerdo. El PNV celebrará el 31 de agosto una asamblea nacional, su máximo órgano entre congresos. El PSE-EE ha anunciado ya su voluntad de celebrar una consulta entre sus bases. La investidura solamente precisará de una votación y no de dos al contar el Gobierno con la mayoría absoluta que le faltó en los últimos años. Está previsto que el 5 de septiembre el lehendakari jure su cargo bajo el árbol de Gernika, como es tradición. La primera reunión del nuevo gabinete se celebrará el 8 de septiembre.

Este martes, en Donostia, Urkullu valoró la experiencia de la coalición. “Hemos compartido un mismo proyecto y un programa al que hemos dado cumplimiento. Hemos trabajado con un espíritu de colaboración y equipo. El resultado ha sido positivo. Fruto de este trabajo, Euskadi cuenta con unas políticas y unos servicios públicos de primer nivel”, indicó. Y defendió su apuesta personal por los acuerdos transversales: “Es la cultura institucional y política en la que creo”.

Será la tercera legislatura de Urkullu. La primera (2012-2016) la encaró en minoría pero en 2013 alcanzó un pacto de estabilidad con el PSE-EE, entonces todavía liderado por Patxi López. En la segunda (2016-2020) se retomaron los pactos de coalición habituales en la década de 1990 con José Antonio Ardanza hasta que el PNV apostó por un perfil más soberanista en Lizarra. El origen de este acuerdo hay que buscarlo un año atrás, en 2015, cuando ambos partidos se coaligaron en las tres diputaciones vascas, en los ayuntamientos de las tres capitales y en otros muchos municipios.

Tres consejeros del PSE-EE se incorporaron al gabinete de Urkullu, aunque con un perfil político secundario y con una capacidad de gasto equivalente al 4% del presupuesto. Los socialistas han dirigido Medio Ambiente y Vivienda con Iñaki Arriola -con la polémica sobre Zaldibar al final del mandato-, Trabajo y Justicia con María Jesús San José -sin competencias de Empleo ni de servicios jurídicos y sin que se hayan materializado las transferencias de Prisiones o de Seguridad Social- y Turismo, Comercio y Consumo primero con Alfredo Retortillo y luego con Sonia Pérez. En esta negociación, el PSE-EE ha reclamado un mayor peso cualitativo e incluso se ha dejado caer la incorporación de la propia secretaria general, Idoia Mendia, como consejera y hasta como vicelehendakari. Esto se concretará en las próximas jornadas.

De las conversaciones han estado al tanto los líderes de PNV y PSE-EE, Andoni Ortuzar y la propia Mendia, al igual que el lehendakari. Sin embargo, otros dirigentes de confianza como Txus Peña, secretario general de la Presidencia vasca, o Ekain Rico y Miguel Ángel Morales en las filas socialistas, han fraguado los aspectos más técnicos.

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