La Policía Nacional y Aduanas interceptan una autocaravana con 60 millones en cocaína para Euskadi
El delegado del Gobierno de España en Euskadi, Denis Itxaso, ha dado especial relevancia a una operación contra el narcotráfico conjunta entre la Policía Nacional y el Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA, la Policía de la Agencia Tributaria) que ha permitido interceptar en el puerto de Barcelona una autocaravana que ocultaba 534 kilogramos de cocaína “de gran pureza” procedente de América. Según los responsables de la investigación, el material cuyo “destino principal” era su venta “al por menor” en el territorio vasco tendría un valor orientativo de “más de 60 millones de euros en el mercado negro”.
La operación de los equipos de la Policía Nacional en Euskadi se inició antes de la pandemia, en 2019. A finales de ese año, la misma autocaravana ahora repleta de fardos de droga fue enviada desde España América en barco “con dos kayaks y un soporte para bicicletas” con el ánimo de “simular un traslado para la práctica de actividades al aire libre”. Las limitaciones de viaje motivadas por la COVID-19 a nivel global impidieron a la organización criminal introducir la droga en el viaje de vuelta años pero, más de dos años después y “superadas las restricciones”, enviaron el vehículo de nuevo ahora ya lleno de cocaína. La operación, que ha recibido el nombre de 'Keja-Ojo salado', se ha saldado con dos personas arrestadas.
Las autoridades entienden que la trama había articulado una “sofisticada estrategia” para meter el material ilícito. Se pretendía hacer conocida en la aduana la caravana con un viaje blanco. Los traficantes, por su parte, “viajaban en avión”. El vehículo estaba siendo monitorizado por agentes de la Policía Nacional en Euskadi y se ha optado por hacer la operación en Barcelona en esta primera quincena de julio. La investigación, en todo caso, continúa abierta y no se han ofrecido muchos más detalles. Los narcotraficantes fueron “pacientes” pero quienes les seguían también y “dos años y medio después” se ha podido completar este golpe. La inspección de la caravana reveló que tenía “un doble fondo perfectamente disimulado” adherido a los bajos del vehículo. Allí tenía “333 bultos de una sustancia que, una vez analizada con el narcotest, resultó ser cocaína de gran pureza”.
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