Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

La preocupación de los vecinos de Eibar tras el derrumbe de Zaldibar se convierte en enfado: “¿Después de esto cómo vais a recuperar nuestra confianza?”

Vecinos de Eibar durante la reunión con el Consejo Técnico para aclarar las dudas tras el derrumbe del vertedero de Zaldibar

Maialen Ferreira

4

“¿Cómo vais a recuperar la confianza que hemos depositado en vosotros?¿Cómo lo vais a hacer, después de esto?”, preguntaba, mostrando su hartazgo, uno de los más de 500 vecinos de Eibar que ha acudido este miércoles a la reunión con representantes de la Comisión Técnica creada tras la avalancha de Zaldibar en la que, 13 días después, dos hombres siguen sepultados y en paradero desconocido.

“La confianza de los ciudadanos en nosotros siempre ha sido muy alta porque desde el Departamento de Salud siempre hemos dado la información cuando la hemos tenido. No en esta situación, sino en todas. Cada vez que hemos tenido una crisis sanitaria, sea cual sea, hemos actuado con la información que teníamos y eso no se nos puede reprochar. Esta es una situación más. En el momento que hemos tenido información la hemos dado y nos atenemos a las consecuencias. Lo que no podemos es actuar con previsiones, eso no sería responsable por nuestra parte”. Con esas palabras el secretario general de Presidencia del Gobierno vasco, Jesús Peña, ha tratado de calmar a los vecinos, que iban interrumpiéndose unos a otros con preguntas, sin respetar los turnos ni esperar a tener el micrófono en las manos.

El alcalde de Eibar, Miguel de los Toyos, ha tenido que pedir respeto varias veces, pero la desesperación y el enfado de ha inundado la sala, en la que durante más de dos horas los vecinos han intentado poner encima de la mesa sus dudas y preocupaciones. Las principales han sido las siguientes: “¿Por qué las medidas de prevención si todo estaba bajo control?”, “¿Qué llevaban los camiones que trabajadores del vertedero dicen que no paraban de entrar y que procedían del extranjero?”, “¿Quién va a pagar por lo ocurrido, que ha acabado con la vida de dos trabajadores y ha afectado a más de 50.000 personas?” y “¿Por qué los propietarios del vertedero no están en esa mesa dando la cara?”.

“Yo soy una persona como usted. En este momento la policía está haciendo las diligencias policiales judiciales previas para ver si hay delito ambiental o penal. El juez, a la vista de las diligencias que se hayan producido, actuará”, ha recalcado una y otra vez la viceconsejera de Medio Ambiente, Elena Moreno, en un intento por crear un acercamiento con los vecinos, a los que a pesar de tenerlos en frente, estando sentada en lo alto del escenario en una mesa junto a los otros ocho hombres que conforman el equipo técnico de la crisis, la miraban con recelo y entre gritos de “¡Mienten!” y “¡No nos tomen por tontos!”. “Este es un vertedero de residuos no peligrosos”, insistía. Risas, abucheos y aplausos, le respondían desde las butacas del teatro Coliseo, donde ha tenido lugar la reunión. 

Un vecino se les encara, se levanta de la butaca y entre insultos les grita “¡Nos duele la garganta, tenemos tos, no podemos hacer deporte y a veces nos cuesta respirar! ¡Se nos está mintiendo descaradamente!”, los nervios le juegan una mala pasada y termina emocionándose, sin poder hablar. “En ningún momento hemos ocultado la información, todo lo contrario”, le responde Peña intentando calmarle, pero luego es él el que no puede sostener el nerviosismo “estamos aquí para informar, pero ni escucháis ni nos creéis”, lamenta.

Es cierto que las explicaciones técnicas no son suficientes para una comunidad de vecinos que ha denunciado reiteradamente “que se le ha avisado tarde y mal de unas recomendaciones que ahora deben acatar”. “¿Acaso tiene que venir la Real a jugar a Eibar para que nos enteremos de todo lo que nos hemos estado tragando?”, pregunta una mujer, angustiada. “La UPV ha dicho a las mujeres embarazadas que no vengan a Eibar a la Universidad. ¿Y qué pasa con las embarazadas que viven en Eibar?”. Preguntas y más preguntas que desde la mesa técnica no logran contestar -al menos satisfactoriamente-.

Alumnos de Ingeniería de la UPV, en huelga indefinida

El caso de la Universidad de Eibar es particular. A poco más de un kilómetro del vertedero, los alumnos de la facultad de Ingeniería han comenzado una huelga indefinida por la gestión que se ha llevado a cabo tras el derrumbe. Durante la reunión se han concentrado con pancartas y mascarillas en la entrada y han desarrollado entre todos una serie de preguntas con la intención de que los que entrasen -la mayoría seguiría fuera, manifestándose- se las realicen a la mesa técnica.

Dos de esos alumnos son Alejandro y Yelena, de primero de Ingeniería en Energías Renovables. Los dos, junto con toda su clase, han acudido a la puerta de la reunión para denunciar que durante toda esa semana que no sabían del peligro de las dioxinas y furanos en el aire han estado realizando deporte, saliendo como si nada, para encontrarse con que lo que estaban respirando podría ser perjudicial para su salud.

“Yo vivo en la residencia, en la propia Universidad. La semana pasada salí a correr como si nada y eso que vivo a un kilómetro. La gente está mareada, a veces nos duele la cabeza y luego está el olor como a plástico quemado todo el rato. Los primeros días era peor, pero claro, te fías. Nos manifestamos porque sabemos que se han hecho las cosas mal, encima nosotros, que justo lo estamos estudiando”, ha señalado a eldiario.es Alejandro.

Para todas aquellas preguntas que han quedado sin respuesta o que no han podido realizarse, Jesús Peña ha asegurado que, al igual que pasó en la reunión realizada en Ermua, se encargarán de recoger los correos electrónicos y las cuestiones de aquellos vecinos que quisieran, para responderlas por escrito con más calma. Sin embargo, una de aquellas preguntas que se han quedado en el tintero es la que más ha resonado en la sala y más ha entristecido al público: ¿se podía haber previsto?

Etiquetas
stats