Urkullu critica la falta de “estabilidad institucional y política” en España y pide “proteger” a Euskadi de ese riesgo
En el contexto de la fallida investidura de Alberto Núñez Feijóo y sin que estén claros aún los apoyos de Pedro Sánchez, el lehendakari, Iñigo Urkullu, ha verbalizado su preocupación por que “la estabilidad institucional y política brilla por su ausencia” en España. “El espectáculo de las Cortes Generales dista mucho de la política de altura” que sería deseable, ha señalado. Ahora, en puertas de unas próximas elecciones vascas, se ha propuesto “proteger Euskadi” de ese “clima de confrontación permanente”. El de España “no es un ejemplo adecuado” y “la sociedad no se ve representada en esa manera de proceder”.
Más en detalle, Urkullu ha mostrado su sorpresa por el hecho de que el jefe de Estado, a quien se ha referido como “don Felipe VI”, propusiera una investidura que, de entrada, ya estaba abocada al fracaso. “¿Qué sentido tiene lo sucedido en el último mes? Es posible que haya tenido un sentido de interés particular para el presidente del PP con un objetivo interno, de vinculación con Vox. Es posible que también para el PSOE de cara a la investidura. Pero, ¿ha sido un buen ejercicio para la ciudadanía un mes de espectáculo lamentable o al menos no edificante?”, ha valorado.
En cuanto a la relación actual del PP con el PNV, ha ironizado que ha apreciado un enorme “interés” -que ha calificado como “extraordinario”- para que se entiendan. “Los discursos del PP en relación al euskera, al autogobierno o la plurinacionalidad creo que reflejan muy bien la razón por la que el PNV ha votado en contra de la candidatura de Núñez Feijóo alineado con Vox”, ha apuntado quien gobierna en coalición con los socialistas en Euskadi desde 2016. Sobre Pedro Sánchez y las futuras negociaciones, ha demandado que cumpla esta vez sí los compromisos que no terminó de completar en la pasada legislatura. “Será una mala noticia tener que repetir las elecciones, pero sería mucho peor arrancar un Gobierno español sin capacidad de garantizar la estabilidad. Hace falta estabilidad, pero no a cualquier precio”, ha apostillado.
Urkullu se ha referido también a la amnistía en Catalunya, donde él ejerció como mediador entre Mariano Rajoy y Carles Puigdemont en 2017 para evitar la independencia unilateral y el 155. El lehendakari ha recordado que Sánchez fue un “acérrimo” defensor del 155 y ha afirmado que aún se “pagan las consecuencias” de la “judicialización” de aquellos hechos. Toca “retomar el escenario previo al 1 de octubre” de aquel año. “Nadie debería haber sido procesado. Por lo tanto, valoro de forma positiva acordar medidas que, aunque puedan ser de manera poco ortodoxa, contribuyan a revertir situaciones poco acertadas”, ha manifestado. Y ha añadido que, desde luego, “no es absolutamente comparable” plantear una misma amnistía para ETA en aras de la “convivencia”. Es una cuestión de “ética”, ha dicho sobre el terrorismo.
A falta de sesión de control en el Parlamento Vasco, este viernes Urkullu ha pronunciado una conferencia en el Forum Nueva Economía, en un hotel de Bilbao, y ha lanzado allí sus mensajes políticos. “Creo en otra forma de hacer política. Comenzando por cumplir la palabra dada”, ha señalado el lehendakari, que ha realizado un discurso con marcado acento económico dado el foro y el auditorio ante el que intervenía.
Con todo, ha insistido en denunciar que “el Estatuto de Gernika sigue incumplido tras más de 44 años” y en reclamar que Euskadi merece “un nuevo estatus” para “responder mejor a los nuevos retos y desafíos globales”. Ha lamentado que la juventud ya no recuerda la LOAPA (en referencia a la legislación estatal que acotó el desarrollo autonómico) e incluso que se ha producido una “erosión” competencial o que hay quienes cuestionan el Concierto Económico, el régimen de financiación propio de los territorios forales.
En un momento de su discurso, Urkullu ha exhibido su preocupación por los “populismos” y por las informaciones falsas, particularmente por el hecho de que los jóvenes compran esas estrategias. Y lo ha vinculado una vez más a las críticas que recibe su Gobierno. “Nos preocupa ese denodado empeño en dibujar una Euskadi llena de nubarrones con el único objetivo de obtener rédito político. Es la crispación por la crispación. Buscar el desgaste y el malestar general para un beneficio político particular”, ha señalado sin citar a los responsables de estas campañas.
“¿Quién se beneficia de la imagen catastrofista que algunos pretenden trasladar de manera forzada?”, se ha llegado a preguntar. Días atrás había lamentado también el gran número de huelgas -que siguen creciendo con convocatorias como la de los colegios privados concertados- e incluso pronunció en el Alderdi Eguna del PNV un “vienen a por nosotros”. “No niego los problemas pero, ¿cómo dar respuestas desde el pensamiento simple? Quien ofrezca soluciones simples no dice la verdad. Genera una expectativa falsa en beneficio propio. Lo hace disfrazando su discurso, manipulando y engañando”, ha añadido. Urkullu se ha puesto como reto comunicar mejor decisiones que a veces “no son populares” pero que resultan imprescindibles para el “bien común”.
Asimismo, ha querido dibujar deliberadamente una Euskadi con indicadores económicos y sociales positivos desde que él llegó al cargo, hace ya más de una década. El paro, por ejemplo, ha bajado del 16,6% al 7,4%. El gasto social ha subido de 7.900 a 9.900 euros, “más que en Europa”. Y “un 92% de la población vasca vive alejada de la pobreza”, “mejor que en Europa”. Ha enfatizado, asimismo, que los salarios y pensiones son los más altos de España. “¿Por qué se alimenta artificialmente un malestar social?”, ha recalcado para recordar que “esta misma semana” se han revisado al alza las previsiones económicas y que hay un escenario de “moderación” de la escalada de la inflación.
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