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Urkullu da por “reconducida” la relación con Sánchez (pero no con Escrivá) mientras el PP le felicitaba por asemejarse a Ayuso

La vicelehendakari segunda y consejera de Trabajo y Empleo, Idoia Mendia, en el Parlamento Vasco

Iker Rioja Andueza

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“Perdóneme que se lo diga: se le ponía a usted cara de [Isabel Díaz] Ayuso, lo que me congratuló”, le ha lanzado el líder del PP vasco y de la coalición PP+Cs, Carlos Iturgaiz, al lehendakari, Iñigo Urkullu, al hilo de su decisión de no aplicar las restricciones para la hostelería y el ocio nocturno salidas la pasada semana del Ministerio de Sanidad como hicieron otras autonomías como la de Madrid y que ahora ya han quedado en papel mojado tras la polémica suscitada. La emoción de Iturgaiz -que anhela captar parte del efecto Ayuso- ha durado lo que ha tardado Urkullu en salir a la tribuna del Parlamento Vasco a darle la réplica en la sesión de control al Gobierno. “Mire, yo no le niego que se han producido tensiones con el Gobierno español, pero con todo reconozco y valoro la capacidad de reconducción de la situación y la búsqueda de acuerdos”, ha contestado Urkullu.

El lehendakari, además, ha querido hacer ver que esta crisis con el Gobierno central no ha generado fisuras con sus socios de coalición, los socialistas vascos. “Estamos trabajando unidos con un mismo objetivo”, ha proclamado. De hecho, los consejeros socialistas -Javier Hurtado dirige el área de la que depende la hostelería- consideraron equivocadas las medidas del Ministerio de Sanidad y trabajaron para que se incluyera una cláusula que, a modo de pase foral, permitiera no aplicarlas aunque formalmente fuesen de “obligado cumplimiento”. Es más, esa sintonía se mantiene con el único ministro con el que no se han 'reconducido' los ánimos, José Luis Escrivá, responsable de Seguridad Social de la cuota socialista del gabinete de Pedro Sánchez.

El PNV ya ha avisado de que le lloverán “dardos” desde Euskadi por sus reticencias a completar la transferencia de la gestión del Ingreso Mínimo Vital (IMV). La vicelehendakari y responsable de Trabajo y Empleo, Idoia Mendia, del ala socialista del Ejecutivo vasco, coincide en que sus términos son “inasumibles”. De hecho, en otro momento de la sesión plenaria y con los dos colegas competentes en materia de transferencias sentados uno a cada lado, Josu Erkoreka y Olatz Garamendi, Mendia ha vuelto a ser clara. “La propuesta mandada por el Ministerio, evidentemente, no es satisfactoria. Lo consideramos un punto de partida a partir del cual empezar a trabajar. Y no contemplamos que Lanbide sea una sucursal de otra Administración, en absoluto”, ha dicho la vicelehendakari en relación al Servicio Vasco de Empleo, que tramita las prestaciones propias (renta de garantía de ingresos o RGI) y que ahora ya gestiona el IMV mediante una encomienda de gestión.

“Sucursal”. Es justamente la misma palabra que ha empleado EH Bildu para definir la situación en su pregunta a Manedia. “Esto no va solamente del Ingreso Mínimo Vital. Lo preocupante de lo planteado por el ministro Escrivá es que esta transferencia debería ser la antesala, el previo, a la transferencia del resto de políticas pasivas de empleo y de la Seguridad Social en general. Y que, 40 años después, esta transferencia se esté planteando en los términos en los que lo está planteando el ministro Escrivá es bastante preocupante. Desde luego, nosotras, 40 años después, ni queremos ni vamos a admitir convertirnos en una sucursal de España. No lo vamos a admitir”, ha señalado la representante de la coalición abertzale Nerea Kortajarena.

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