El debut deficiente de la PAC

Sí hubiera que definir a la nueva PAC con una imagen, no sería del sencillo habito franciscano sino más bien encajaría con la apariencia abigarrada, barroca y recargada de la vestimenta de un mosquetero real, con añadidos y complementos de Agatha Ruiz de la Prada.

Esta PAC es complicada y engorrosa, con definiciones y conceptos difíciles de abrochar a la realidad del campo y por eso, nada más nacer, ya se pensó en modificarla. Por ejemplo, se ha quedado corta en la definición de agricultor activo y larga en los porcentajes del reverdecimiento. Y sobre todo, compleja a la hora de imbricar la explotación con la solicitud de ayudas. ¡ A pesar de que la simplificación era uno de sus objetivos principales !

Llevamos aplicadas algunas normativas agrarias, desde el 92, y siempre se les ha modificado el rumbo a medio camino, una vez que se veía donde estaban desajustadas; pero en la actual, casi el día después de su publicación en los diarios oficiales se propone modificarla. Es como sí al coche de Fernando Alonso, ya en la línea de salida, hubiera que cambiarle el cigüeñal, la junta culata y la tapa del delco, inmediatamente después del banderazo de salida.

Poco se entienden ahora las alabanzas y vítores que daban responsables nacionales y autonómicos cuando se aprobó la nueva PAC, si estaba sin terminar, a medio cocer.

Hay que recordar que los primeros borradores de la PAC actual se presentaron en Diciembre de 2011, la publicación de los definitivos en Diciembre de 2013, la normativa nacional en Diciembre de 2014, y la Orden autonómica en Febrero de 2015. Pues el primer barrunto de cambio se produjo con un cuestionario, dirigido a los Estados Miembros, destinado a identificar los cambios en la simplificación de la PAC. Posteriormente el Consejo, en un documento de conclusiones, ya pasó a detallarlas. Y la retahíla de actuaciones a realizar en la normativa es larga: reverdecimiento, agricultor activo, régimen de pequeño agricultor, ayudas asociadas, simplificación en programas operativos de OP en frutas y hortalizas…… ¿pero qué reforma nos han vendido? Ahora, en el Consejo de Ministros de agricultura UE del 11 de Mayo, ya se ha acordado cambios en las zonas de interés ecológico y la identificación de parcelas. Y se anuncian más cambios para después del verano y otros el año que viene.

Tenemos en Bruselas un tropel de burócratas y trujamanes dedicados a preparar la documentación técnica que arrope las ideas políticas, destinadas al desarrollo de la agricultura europea. Y naturalmente causa sorpresa y estupor que después de cinco años preparando la nueva PAC haya que modificarla antes de que nos haya dado tiempo a fotocopiar y archivar los Reglamentos. ¿Nadie valora, ni estima, ni mide los efectos de lo recogido de la PAC en la gestión diaria de las explotaciones, en la complicación que se genera a la hora de solicitar las ayudas, ni el laberinto ni los enredos que supone cumplimentar los “papeles” ?

También es preocupante la solución, casi universal, que últimamente tienen los responsables europeos, con el visto bueno de los nacionales, para solucionar los problemas: la renacionalización. Si hay algo que hay que arreglar en vez de afrontarlo a escala comunitaria, se “pasapalabra” y que los Estados Miembros hagan lo que considere más ajustados a sus necesidades. ¿Dónde queda la “C” de común en las políticas agrarias europeas?

El campo necesita un escenario de ayudas estable, con ideas y objetivos claramente definidos, y, sobre todo, sencillo de solicitar. Y no desesperar a agricultores y ganaderos con las solicitudes, aburrirlos con la interpretación de las normativas y preocuparlos seriamente con las sanciones.