La restauración del retablo dedicado a San Juan Nepomuceno Mártir en la iglesia de Santiago Apóstol de Llerena ha sacado a la luz pinturas murales de finales del siglo XV, consideradas únicas en su factura y trazo por el Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, encargada de la intervención.
Las pinturas, realizadas con pan de oro, conducen a un importante mecenazgo proveniente del entorno de Alonso de Cárdenas, Gran Maestre de la Orden de Santiago, que habría sufragado la construcción de este templo.
La directora general de Bibliotecas, Archivos y Patrimonio Cultural de la Junta de Extremadura, Adela Rueda Márquez de la Plata, ha visitado la obra de restauración, acompañada del director del Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales.
El hallazgo supone “una gran oportunidad para conocer nuestra historia, de abrir caminos de investigación, de estudio y nuevas posibilidades de trabajo para promocionar la cultura y el patrimonio” ha indicado la directora general.
Las obras de restauración están dirigidas a atajar el deterioro que presentaba el retablo, con pérdidas de elementos decorativos, ataques de xilófagos y desprendimientos de policromías, así como manchas en la tela y cuarteados y barnices oxidados.
Al desmontar la estructura del retablo se hicieron catas en el muro, siguiendo el criterio ajustado a la certeza de que debajo de la pintura, que tapó todas las escenas en una intervención realizada en las primeras décadas del siglo XX, se encontraban pinturas murales, como así ha sido.
Las pinturas aparecidas se encuentran en el segundo de los tres tramos de la iglesia y según Javier Cano, no se descarta que aparezcan nuevas pinturas en otras zonas de la nave.
El retablo dedicado a San Juan Nepomuceno se encuentra situado en el lado del Evangelio, en el primer tramo de la nave única de la iglesia de Santiago Apóstol de Llerena, fundada en 1482 por Alonso de Cárdenas.
El retablo se compone de una mesa de altar, un gran marco de madera dorada y policromada, repleto de hojarasca y rematado por un águila bicéfala coronada, en el que se enmarca un gran lienzo.
El valor iconográfico de la obra es muy significativo, ya que representa la aparición de la Virgen con el Niño a San Juan Nepomuceno, rodeada de la simbología existente en torno al sacramento de la confesión, un tema recurrente en la Contrerreforma católica frente al protestantismo.
En el margen inferior izquierdo del retablo se lee la firma: “Bern.dus Lorente German Façiebat, anno 1749. Hispali”, lo que permite otorgar la autoría de la obra al pintor Bernardo Lorente German (1680-1759), quien la realizó en 1749 en Sevilla.
El lienzo de Bernardo Lorente está inspirado en el cuadro mandado realizar para la capilla erigida en su honor en la basílica de San Juan de Letrán, sede de su canonización el 19 de marzo de 1729.
La restauración de esta pieza ha supuesto un importe de 17.700 euros y ha sido ejecutada por el Centro de Conservación y Restauración de la Dirección General de Bibliotecas, Archivos y Patrimonio Cultural de la Junta de Extremadura.