560 pequeños comercios extremeños echarán el cierre este año según la Unión de Autónomos
La Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) prevé que este 2024 cierre con la pérdida de más de 560 pequeños comercios en Extremadura, lo que equivale a una media de 47 al mes.
Este problema afecta de manera aún más dramática a las localidades de menos de 50.000 habitantes, donde la pérdida de comercios puede llegar a duplicarse con respecto a la de las grandes urbes.
Esta situación está siendo impulsada por varias causas, entre las que ha destacado la competencia desleal generada por agresivas promociones comerciales como los “días sin IVA” y las liquidaciones de stock, que favorecen a grandes superficies, cadenas y plataformas online, lo que deja al pequeño comercio sin margen de acción.
Asimismo, UPTA ha recordado que ha denunciado en numerosas ocasiones que prácticas como “los días sin IVA” se podrían considerar “fraudulentas” desde el punto de vista fiscal o por publicidad engañosa.
Sobre el mes del 'Black Friday', ha indicado que, aunque haya un aumento el consumo de forma generalizada, los clientes siguen prefiriendo hacer sus compras en las grandes superficies o plataformas online, ya que pueden ofrecer descuentos mucho más atractivos que un pequeño comercio con márgenes más ajustados.
A su juicio, uno de los principales problemas es la falta de regulación en el comercio online a nivel europeo, que permite a empresas extranjeras vender productos en España sin aplicar impuestos o sin someterse a las mismas normativas que los comercios nacionales.
UPTA ha propuesto una reglamentación uniforme que regule las ventas transnacionales y los impuestos correspondientes, o la imposición de aranceles específicos a las empresas que venden en España a través de plataformas online, para asegurar un nivel de competencia justo.
Ha advertido de que plataformas de venta de productos de segunda mano como Wallapop o Vinted, entre otras, operan sin ningún tipo de fiscalidad.
Aunque estas iniciativas pueden tener sentido desde un punto de vista medioambiental y de sostenibilidad, la falta de control fiscal está fomentando una economía sumergida, ya que mchas de estas transacciones entre particulares están destinadas a la reventa de producto, lo que “contribuye a la evasión de impuestos y al deterioro de la competitividad del comercio local”.
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