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Una nueva asociación conservacionista en Extremadura, fundada por exmiembros de Adenex, defiende la caza y los toros

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Antiguos miembros de la histórica Asociación para la Defensa y los Recursos Naturales de Extremadura (Adenex), entre ellos el que fue su secretario general, Francisco Blanco, han constituido el Fondo para la Defensa del Patrimonio Natural y Cultura de Extremadura (Fondenex), con el que pretende recuperar “el nivel de reivindicación”.

Según explican en un comunicado, nace como asociación sin ánimo de lucro, científica, cultural y apolítica, entre cuyos fines está promover y fomentar el estudio del paisaje, fauna, flora y vegetación de Extremadura y contribuir a la conservación y defensa de dichas riquezas naturales así como del patrimonio histórico–artístico. Además, defienden la caza “sostenible” y la tauromaquia.

El nuevo colectivo recuerda que sus fundadores tienen “una amplia experiencia” no sólo en Extremadura, sino a nivel nacional e internacional, habiendo conseguido importantes proyectos de conservación e investigación, así como prestigiosos galardones españoles y europeos.

Asimismo, señala que nace de la necesidad de incrementar la defensa de los valores naturales y culturales de la comunidad y ser un instrumento crítico, sin renunciar al diálogo y a la colaboración con los distintos organismos de la administración implicados en la gestión ambiental.

Muchos de los que participaron en grandes proyectos, como la paralización de la central nuclear en Valdecaballeros o la declaración de Monfragüe como parque nacional, se retiraron a un segundo plano al inicios de este siglo, “esperando que las nuevas generaciones cogieran el testigo y prosiguieran una labor que consiguió un reconocimiento generalizado”. Sin embargo, la asociación lamenta que el movimiento conservacionista “ha experimentado una evidente ralentización, cuando no retroceso, en toda España”, con asociaciones que fueron muy importantes y “en unos casos, han desaparecido, y en otros han pasado a ocupar un lugar testimonial”.

También señala que el nivel de crítica a la Administración “ha experimentado un descenso realmente notorio y se ha dejado una iniciativa a los organismos oficiales que nunca podrá igualar la de los ciudadanos”, además de que “el funcionamiento de algunos grupos ha sido condicionado por ayudas y subvenciones de la administración, con lo que la independencia se ha puesto en entredicho”.

Críticas contra partidos de izquierda

Además, Fondenex asegura que el movimiento conservacionista “ha sido contaminado por la penetración de partidos políticos, en especial de izquierda, que se han apropiado de unas ideas que no tienen dueño”, y empresas de toda condición están utilizando términos como “verde” o “sostenible” para desarrollar actividades y proyectos contaminantes y destructores del medio natural.

Por ello, quiere recuperar el nivel de reivindicación del último cuarto del siglo XX, “que tanto consiguió, retomando la presencia constante en los medios de comunicación tradicionales e inundar las redes sociales con denuncias sobre proyectos destructivos, que bajo el disfraz de ”protección de la Naturaleza“, se intentan llevar a cabo con la anuencia de las distintas administraciones, como por ejemplo, los grandes parques solares o los eólicos.

El colectivo reconoce que Extremadura tiene como “gran tesoro” su patrimonio cultural y natural, “fuente inagotable de ingresos por turismo, nuestro recurso más valioso junto a la agricultura, ganadería y caza”. Y añade: “Los sueños industriales, que han sobrevolado durante décadas nuestra tierra, no se han acabado de concretar, por distintos motivos, y hay que primar los mencionados”.

Fondenex precisa que no quiere ser una entidad “ecologista”, ni “animalista”, tal como se entienden en la actualidad, sí “claramente antinuclear y defensora de las energías renovables, pero no de las grandes superficies solares y eólicas”.

La nueva asociación está favor de una caza “con desarrollo sostenible” y respetuosa con las especies no cinegéticas y “rotundamente a favor” de la tauromaquia “no solo por ser un fenómeno cultural fuente de un rico patrimonio histórico y artístico, sino por lo que el toro bravo aporta a la conservación de valiosos ecosistemas naturales que albergan especies silvestres en peligro de extinción”.