El movimiento memoralista de Extremadura, que agrupa a una veintena de colectivos, ha expresado, con una concentración en la Plaza de España, de Mérida, que no aceptará “ni un paso atrás” en el reconocimiento de las víctimas de la guerra civil y el franquismo y ha rechazado “los intentos” del gobierno regional de PP y Vox de derogar la Ley de Memoria Histórica y Democrática.
El presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura (ARMHEX), José Manuel Corbacho, ha señalado que estas concentraciones buscan “visibilizar” ese rechazo y ha calificado de “falaz” el argumento de que la actual ley no incluye a todas las víctimas.
Además, ha mostrado su preocupación por “movimientos inquietantes” como es la modificación de partidas para este fin en los presupuestos que se aprobarán la próxima semana, en los que además de reducirse se les cambia el nombre, con una parte dedicada a actividades “que dicen de reconciliación y concordia”. Corbacho también ha negado que desde el Ejecutivo extremeño se haya contactado con este colectivo para abordar la situación.
En este mismo sentido se ha pronunciado José Hinojosa, uno de los portavoces este movimiento, que ha incidido en que “no se trata de bandos, sino de derechos humanos” y ha criticado que la presidenta de la Junta, María Guardiola, y su gobierno “tienen un soberano desconocimiento” de la historia de Extremadura y de lo que pasó.
En este sentido, ha recordado que cuando terminó la guerra, hubo víctimas que tuvieron “una reparación, se les dieron honores, se exhumaron fosas y hubo hasta cesiones de estancos”, pero hay otras “casi diez veces más numerosas, que nunca han recibido nada”.
Además Hinojosa ha lamentado que en esta cuestión “el PP haya ido para atrás, en función de los vaivenes políticos”, ya que apoyaron esta ley. “Con ley o sin ley, la memoria de esta región no se va a tirar por tierra que parece que es lo que quieren”, ha remarcado Hinojosa, que ha reconocido que existe un convenio entre la Junta, la Universidad de Extremadura y las diputaciones, pero que es anterior a la aprobación de esta ley.
Entre los asistentes, familiares de víctimas como Inocencia Solomando, de Villanueva de la Serena, a cuyo tío mataron con 17 años porque pertenecía a Juventudes Socialistas Unificadas, y cuyo cuerpo no saben “donde fue a parar”; María Castilla, nieta de una fusilada en Llerena, o Fátima Robledo, nieta de Cayetano Robledo, primer alcalde republicano de Malcocinado, que fue asesinado en 1936 cuando salió a visitar a su hijo recién nacido.
Todas han coincidido en que no están dispuestas a dar un paso a atrás en su lucha, en los derechos conseguidos para la recuperación de la dignidad arrebatada y en poder contar con un sitio “donde poder llevarles flores”.