La editorial independiente Nuevos Textos acaba de lanzar ‘Micronacionalismos’, un recorrido por siete lugares de España cuyo común denominador es la existencia de movimientos independentistas o con una fuerte identidad territorial.
Alejadas de los grandes nacionalismos, estas corrientes sobreviven a los tiempos y mantienen vigentes sus reivindicaciones. Los casos son muy variados y van desde la pequeña urbanización con aspiraciones municipalistas, como es La Moraleja que se quiere independizar de Alcobendas (Madrid), hasta el valle de Arán y su «realidad nacional occitana dotada de singularidad histórica, geográfica, cultural y lingüística», con derecho a decidir incluido, indica la editorial.
También se recogen el viejo sueño cantonal de Cartagena, el «Gibraltar portugués» de Olivenza, las proclamas de El Bierzo, que ni leonés ni castellano, sino berciano, o el muy particular pueblo navarro de Petilla de Aragón, incrustado en Zaragoza. Por último, un ejemplo de no nacionalismo, de singular vacío administrativo, como es la isla desierta de Los Faisanes, cuya soberanía pertenece seis meses a un Estado y seis meses a otro.
A través de siete crónicas, los autores de este libro proponen “un divertido viaje en grupo, en el que a la manera de los guías turísticos nos irán presentando estas especiales idiosincrasias, algunas casi desconocidas y colmadas de anécdotas y curiosos episodios históricos”.
Esta otra forma de recorrer el país, de micronacionalismo en micronacionalismo, la ofrecen siete periodistas procedentes de medios de comunicación como El Mundo, Expansión, Europa Press, El Independiente o Ctxt. Bajo estos movimientos y sus argumentos históricos y económicos subyace una idea: “Los micronacionalismos también forman parte de nuestro patrimonio emocional”.