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20 años de cárcel para el acusado de matar a su inquilina en Zafra

elDiarioex

6 de abril de 2022 18:00 h

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La Audiencia de Badajoz ha condenado a 20 años de prisión al hombre acusado de asesinar a su inquilina en una finca en Zafra en 2020, hechos que se juzgaron la pasada semana en una vista que concluyó con la decisión del jurado de declarar culpable de asesinato al procesado.

La sentencia, que ha tenido en cuenta las agravantes de alevosía y ensañamiento que incluía también el jurado, condena además al hombre a una indemnización de 31.250 euros a cada uno de los dos hijos y de 18.750 euros a cada uno de los hermanos de la víctima.

Tras el juicio tanto la acusación particular como la Fiscalía de Badajoz mantuvieron los 25 años de prisión que solicitaban inicialmente para el hombre, de 74 años, al entender que la vista había acreditado los hechos, los cuales fueron reconocidos por el propio procesado.

Una de las jornadas clave del juicio se produjo con el análisis de la grabación de los hechos realizada por la propia víctima -nacida en 1960- con su móvil, el cual reflejaba por ejemplo las súplicas que realizó en el momento de ser asesinada.

De esta forma, la Audiencia de Badajoz ha considerado probados los hechos que se juzgaban, que tuvieron lugar el 31 de enero de 2020. El acusado arrendó la finca a la mujer en agosto de 2019 para que cuidase la propiedad, pero con el paso de los meses la relación entre ambos se deterioró, hasta que el 31 de enero del año siguiente, momento en el que accedieron a hablar, en el transcurso de una discusión el hombre le agredió de forma reiterada, asestándole más de 40 golpes con una barra de hierro, principalmente en la cabeza, como explicaban las acusaciones.

La Audiencia considera probado que el acusado golpeó varias veces con la barra de hierro a la mujer mientras ésta suplicaba por su vida, pese a cuyos ruegos el acusado “siguió golpeándola repetidamente en la cabeza con el propósito deliberado de aumentar el dolor de la víctima”.

Un vecino vio los hechos, pero no llegó a tiempo de impedir la muerte de la mujer, tras lo cual, y tras la advertencia de éste de acudir a la Guardia Civil, el procesado se dirigió él mismo al cuartel.