La ONG Cáritas Diocesana ha alertado del “empobrecimiento progresivo” de muchas familias extremeñas a pesar de las noticias sobre recuperación económica, y de la difícil situación en la que van a quedar éstas cuando se salga definitivamente de la crisis.
El director en funciones y la secretaria general de Cáritas Diocesana Mérida-Badajoz, Juan Santiago Garrido y Ana Correa, han presentado, junto al arzobispo Celso Morga, los datos de la Memoria 2014 de la ONG, donde se atestiguan las dificultades por las que atraviesan muchas familias.
Según ha explicado Ana Correa, se están sucediendo en los últimos tiempos fenómenos antes impensables, como por ejemplo la solicitud de ayuda por parte de personas que sí tienen empleo pero a las que les cuesta llegar a fin de mes, lo que demuestra la “precariedad” de su trabajo.
Sin empleo digno no se pueden sostener las familias y, por tanto, es imposible generar progreso y desarrollo, ha aseverado.
Son las redes familiares, las asociaciones y organizaciones sociales y la economía sumergida quienes ahora “sostienen” y “contienen” todas esas situaciones difíciles, pues sin ellas la brecha social actual sería aún “más amplia”.
Durante 2014, Cáritas Diocesana Mérida-Badajoz atendió a 10.452 personas -si se incluye a todos sus familiares, el número alcanza los 27.741 beneficiarios-, un total de 9.134 a través de Cáritas Parroquiales y 1.318 gracias a programas y proyectos.
Cáritas Diocesana tiene en la actualidad 71 proyectos de promoción que atienden a distintos colectivos y puso en marcha un programa de personas afectadas por la crisis, dando un total de 1.083 ayudas.
Los programas destinados a las alternativas de empleo en el mundo rural, el observatorio para analizar el grado de exclusión en el territorio de la diócesis e iniciativas transfronterizas en La Raya también están avanzando como herramientas muy útiles.
El camino hacia un escenario “mejor” es “incierto” y en todo caso “difícil” y “arduo”, tal y como se atisba en la actualidad en relación a los años anteriores de la crisis, donde las problemáticas “eran otras”.
Correa ha reconocido que las organizaciones sociales no pueden interpretar esta “nueva situación” con estructuras antiguas, razón por la que es fundamental la colaboración con otras entidades, sin perder identidad.
La ONG invirtió un total de 3,53 millones de euros en recursos destinados a las distintas áreas de actuación del año pasado, como acogida y atención primaria, ayuda ante la crisis, cáritas interparroquiales, empleo, inclusión social y drogodependencias, entre otras.