Customización de la ropa, un movimiento alternativo al consumo compulsivo de moda que gana adeptos

La ropa de usar y tirar se ha convertido en un gesto habitual. Los estudios señalan que cada año se generan unos 9 kilos de desechos textiles en España.

En respuesta a los hábitos de consumo compulsivo nace un movimiento que anima a la customización de las prendas. Es una apuesta por alargar la vida de todo lo que tenemos amontonado en el armario.

Esa camiseta que ya no nos ponemos, porque tiene un pequeño agujero, puede convertirse en una nueva prenda original con un simple complemento. El pantalón que pasó a formar parte del baúl de los recuerdos puede transformarse en un neceser, con una cremallera y una nueva fornitura.

Esta es la idea que promueve la Asociación extremeña de Desarrollo RUREX. Anima a tomar conciencia y ser responsables de nuestro consumo de ropa desde la customización, un movimiento que cada vez gana más adeptos.

Han puesto en marcha varios talleres en la provincia de Cáceres dirigidos a niños y mayores. Esta misma semana se desplazaron a Montehermoso para explicar de forma sencilla cómo hacer una costura o cómo reutilizar los retales.

A medida que avanza la sesión la gente descubre que la customización es sencilla. Itsaso Del Rey, responsable del proyecto de RUREX, destaca que es un proceso muy satisfactorio en el que se dan cuenta que no es tan difícil como pensaban y que está al alcance de sus manos. Al final lo valoran mucho más, porque lo han hecho ellos.

También han montado una fábrica textil con alumnos del colegio y el instituto de Valverde del Fresno. Están dando una segunda vida a una montaña de sacos en desuso de la cooperativa Copal. Los escolares ven cómo el material viejo se transforma en nuevas bolsas con las que hacer la compra.

Llevan a cabo un proyecto de educación para el desarrollo subvencionado por la Diputación de Cáceres bajo el título de ‘Slow Fashion’. Es un trabajo en consonancia con la agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, a favor de las personas, del planeta y la prosperidad. Dentro de la agenda marcada por la ONU el colectivo RUREX se fija en el objetivo número 12: Producción y consumo responsable.

Mi camiseta de tres euros

Todos consumimos moda y como consumidores tenemos que asumir una responsabilidad. Puede parecer una ‘ganga’ adquirir una camiseta por tres euros, pero hay que reflexionar sobre cómo es posible adquirir una prenda por ese precio.

RUREX advierte que las grandes multinacionales, que fabrican en países en vía de desarrollo, no respetan los derechos laborales en muchas ocasiones. “Es evidente que alguien está perdiendo en el camino, consumimos a un ritmo frenético en los países del norte mientras que los del sur son las principales víctimas de este consumo atroz”.

El brutal derrumbe de Bangladesh de 2013 en una fábrica textil, donde murieron más de 1.000 personas, puso de manifiesto las pésimas condiciones en las que trabajan las personas en estas industrias.

En respuesta a esta situación nació el movimiento mundial ‘Quién hizo mi ropa’, al que también se ha sumado RUREX. A través de las redes sociales preguntan a las marcas directamente quién ha hecho la ropa que llevamos puesta desde un hashtag. Este año han tenido la respuesta de varias firmas, “ algo que demuestra que desde la presión ciudadana se logran cambios”.