Pedro Luengo, el trabajador municipal despedido por el Ayuntamiento de Badajoz sigue luchando para lograr su readmisión, aunque es víctima de acoso por el Ayuntamiento de Badajoz.
Así lo denuncia la Confederación Nacional del Trabajo, que señala que el mismo día que inició la acampada indefinida fue llamado “imperativamente” a presentarse ante el médico suplente para quitarle la baja por Incapacidad Temporal. Además CNT lamenta que este sábado la policía le instó toda la mañana a que abandonara la acampada iniciada a modo de protesta alegando motivos de seguridad.
“Recordamos que está justo a la entrada del ayuntamiento de Badajoz, sin entorpecer el normal desarrollo del mismo ni de sus trabajadores ni de la ciudadanía”. Piensa la organización sindical que el motivo de su retirada es para que no fuera visible durante la cita cultural de la Noche en Blanco.
Explica que se trata de un evento que reunió a mucha gente, que podría así conocer su situación y “la actuación del alcalde Fragoso y su desplante al acuerdo municipal del 20 de mayo, en el que se le pidió por mayoría de votos que solucionase de una vez esta situación”.
Cabe recordar que los partidos de la oposición PSOE, Podemos y C´S, llevaron a pleno su readmisión que fue aprobada por mayoría absoluta. El alcalde, Francisco Javier Fragoso, del PP, se comprometió en ese momento a dar una solución inmediata que todavía no ha llegado.
“Más presiones”
El pasado jueves 1 de septiembre inició la acampada, aunque “ya el día antes de acampar recibió por la tarde una llamada conminándole a acudir a su centro médico al día siguiente, justo el día que empezaba la protesta”.
“Una vez en la consulta comprobó que era el médico suplente quien le quitó la baja laboral (IT) que tenía debido a los problemas psicológicos que esta situación le está causando y que lo hacía siguiendo indicaciones de la Inspección Médica”, denuncia CNT.
En este sentido señala el sindicato que las comunicaciones casi siempre son por escrito para que la Administración tenga constancia de ella, mientras que los médicos suplentes no suelen dar altas, a no ser que se pidan voluntariamente. “Demasiada casualidad para que coincidan en el mismo día el inicio de la acampada y la llamada in extremis del médico suplente”.