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OPINIÓN | 'La penúltima baza', por Antón Losada

“Me despedí de mi madre sabiendo que no la volvería a ver”

Adel Najjar y su hija, recién llegados al aeropuerto de Barajas.

Rocío Sánchez Rodríguez

Badajoz —

Dejo a una familia allí para volver a otra familia de aquí”. Así resume Adel Najjar qué siente recién aterrizado en el aeropuerto de Barajas.

El imán de la mezquita de Badajoz y portavoz de la Unión de Comunidades Islámicas de Extremadura ya está en España y este martes tiene previsto llegar a la capital pacense, a su barrio del Gurugú, donde los vecinos esperan su llegada con gran alegría.

Adel Najjar deja atrás casi diez meses retenido en Gaza, su ciudad natal, a la que se desplazó en agosto para ver a su madre y sus hermanos. El viaje se terminó convirtiendo en una pesadilla; tenía previsto volver a finales de septiembre, pero la frontera se cerró y desde entonces ha vivido día tras día sin saber cuándo él, su mujer y su hija de seis años podrían salir.

El imán de Badajoz atiende por teléfono a eldiario.es desde Madrid y explica cómo ha transcurrido el periplo: “Hace unos días corrió la noticia en Gaza de que iban a abrir la frontera. Consultamos las listas de viajeros en la web del Ministerio y efectivamente allí estaban nuestros nombres. Todos sentimos una inmensa alegría porque la frontera iba a estar abierta el suficiente tiempo para que pudiéramos salir los tres”.

No obstante, lo intentaron el primer día de apertura, pero después de horas y horas de espera, se tuvieron que volver de nuevo con mucha frustración. “Estaba previsto que ese día salieran 11 autobuses hacia Egipto, nosotros íbamos en el sexto, pero sólo salieron dos, así que volvimos a sentir cierta angustia porque nunca sabes qué va a pasar”. Afortunadamente, al día siguiente partieron el resto de autobuses. “Esa noche dormimos en la frontera, pero ya en el lado egipcio, y al día siguiente fuimos a casa de unos familiares de mi mujer en la ciudad egipcia Al Arish”.

Atrapados

“En ese momento de cruzar la frontera los sentimientos cambian de un momento a otro. Primero sientes frustración, temor y cansancio porque crees que quizás, otra vez, tengas que volver a esperar un mes más o dos. Y cuando ya estás en el autobús y cruzas, todo el mundo muestra su alegría y cuenta su historia. Una mujer me contó que había ido a Gaza con su bebé casi recién nacido para que su familia lo conociera y que había dejado a su marido en Egipto. Se había quedado atrapada como yo y se lamentaba de que su marido apenas conocía a su hijo”.

Najjar recuerda que justo dos semanas antes quiso cruzar la frontera él solo e intentar ayudar desde Egipto a salir a su mujer y su hija. “Mi niña se quedó llorando mucho. Al final no me dejaron hacerlo, pero fue mejor, porque finalmente hemos salido los tres juntos”, relata con alegría. Pero también recuerda que otros siguen en la misma situación que él ha estado. Que hay estudiantes que han perdido su curso académico, trabajadores que ya no tienen ni empleo ni permiso, y lo que es peor, enfermos que han fallecido esperando poder cruzar la frontera. “Y todo por el bloqueo de Israel”, subraya.

El imán de Badajoz recuerda que ha vivido momentos muy difíciles: “Lo peor sin duda no saber cuándo vas a salir, porque te levantas por la mañana y no sabes qué hacer. A pesar de estar con tu familia, son muchas horas al día, estás lejos de tu trabajo…”

Dice que seguramente la frontera ha estado más flexible estos días por la celebración del Ramadán, que ha comenzado este lunes. “Al final yo he salido cuando ha llegado mi turno”, afirma. Aún así, insiste: “Hay que alabar los gestos que han tenido las autoridades y los vecinos por intentar que pudiera regresar antes a Badajoz”.

Mensajes a Fragoso, Cabezas y De las Heras

De hecho, nada más llegar a Egipto, le mandó un mensaje al alcalde, Francisco Javier Fragoso, al portavoz del PSOE, Ricardo Cabezas, y al concejal de Podemos Fernando de las Heras. “De todo lo que ha pasado, lo más positivo son las muestras de cariño y todo el apoyo recibido. De hecho, esta mañana he hablado con una vecina del barrio de San Fernando a la que conocí en 1987, cuando llegué a Badajoz, y me llamaba para ver si era verdad que ya estaba en España; cuando le he dicho que sí que se ha puesto a llorar. Eso me emociona mucho”.

Atrás queda su familia de Gaza y, especialmente, su madre de 84 años, a la que llevaba cinco sin ver y quien motivó el viaje de Adel Najjar el verano pasado a su ciudad natal. “Me despedí de mi madre sabiendo que no la volvería a ver. Pero la vida es así, por lo menos he podido pasar tiempo con ella, hablar, sacarla a pasear…”, dice con voz triste pero con mucha entereza.

En cuanto a su hija, el próximo curso volverá a su colegio, el Juan Vázquez, donde le han reservado la plaza y donde empezará 2º de Primaria tras terminar este año sus clases en Gaza.

Para Adel Najjar la pesadilla ha terminado. Ahora está feliz porque va a poder celebrar el Ramadán con su familia de Badajoz y asegura que las muestras de cariño recibidas le animan a comprometerse aún más con sus vecinos.

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