El grupo AIRE (Física de la Atmósfera, Clima y Radiación de Extremadura) de la Universidad de Extremadura (UEx) ha advertido, en un estudio, de que en los próximos 79 años seguiremos sufriendo el aumento de las temperaturas máximas, la llegada de olas de calor y eventos calurosos más duraderos e intensos, con un aumento constante en la frecuencia de dichas olas de calor.
Todo ello bajo un escenario de rápido crecimiento económico basado en el uso equilibrado de todo tipo de nuevas y eficientes fuentes y tecnologías energéticas, según recoge en dicho estudio, publicado en la revista Atmosphere.
Evolución de las temperaturas
Javier Portero Serrano, Francisco Javier Acero Díaz y José Agustín García García son los investigadores que han analizado cómo han evolucionado las temperaturas máximas en la Península Ibérica entre los años 1961 y 2000 para proyectar su tendencia hasta finales del presente siglo, y poder así pronosticar lo que ocurrirá con la duración, frecuencia e intensidad de olas de calor y eventos calurosos.
Una de sus primeras actuaciones ha sido seleccionar aquellos modelos que, para el período 1961-2000, aportan valores de temperatura más similares a los que fueron registrados durante esos años por 250 estaciones meteorológicas que la AEMET tiene distribuidas en España, pues, de esta forma, “los resultados que se obtienen son más fiables”, matiza Portero.
A continuación han analizado las proyecciones de los modelos elegidos, obteniendo que las temperaturas máximas van a seguir aumentando a lo largo de los próximos años y que lo harán de forma más pronunciada desde mediados de siglo en adelante.
El suroeste de la Península Ibérica (Beja y Faro, en Portugal, y el sur Extremadura y el oeste de Andalucía, en España) alcanzará las temperaturas más altas, pudiéndose llegar a registrar más de 45ºC a finales de siglo, detalla la UEx en un comunicado de prensa.
Asimismo, prevén que las temperaturas máximas vayan a ser cada vez más parecidas entre sí durante días consecutivos en la mitad occidental de la Península, mientras que en la región mediterránea se registrará mayor diferencia entre dichas temperaturas.
En lo que a Extremadura respecta significa que en verano habrá varios días seguidos en los que la temperatura máxima apenas descenderá “para darnos un respiro”, como ha ocurrido el pasado mes de julio.
En relación a los eventos calurosos y las olas de calor, los resultados muestran que existirá un aumento muy brusco en su duración e intensidad y que, además, el aumento en la frecuencia de las olas de calor se mantendrá constante durante todo el siglo.
Extremadura
Los eventos calurosos serán más frecuentes en la región suroeste de la Península, mientras que en el sureste (sur de Valencia, Murcia, Andalucía oriental y Castilla-La Mancha) estos eventos durarán más; aunque la duración promedio de dichos eventos en toda la Península aumentará de 5 días hasta casi 24 días.
Por su parte, las olas de calor presentarán casi la misma frecuencia en todo el territorio pero tendrán mayor duración y frecuencia a lo largo de toda la costa mediterránea.
Para una región como Extremadura es de gran importancia que se analice la evolución y la tendencia de las temperaturas máximas, ya que, según Acero, el aumento que se está produciendo en dichas temperaturas tiene efecto sobre sectores presentes en la región como son sanidad, agricultura y ganadería, construcción…, además de afectar a la biodiversidad y a la aparición de incendios forestales.
Labor de las Administraciones
Los investigadores consideran que, en este contexto, las administraciones deben elaborar y llevar a cabo con mucha rapidez los planes de adaptación y mitigación oportunos, ya que todos los estudios de este tipo corroboran que la situación va a peor.
“Lo que está claro respecto al cambio climático es que la acción antropogénica ha provocado esta modificación tan brusca y repentina en las características de los fenómenos extremos”, declara Acero, para el que ya no podemos negar que nuestra especie es la responsable de la emisión de las cantidades de gases de efecto invernadero que provocan tal alteración.
Igualmente, se sabe que la temperatura media global ha aumentado en 1’1ºC respecto a la época preindustrial y que serán muy graves las consecuencias derivadas de no limitar dicho aumento de temperatura en 1’5ºC en lugar de en 2ºC.
Así se expone en el Informe especial sobre el calentamiento global de 1’5ºC publicado por el IPCC en 2018. “Es por ello que todos los organismos oficiales deben trabajar en la misma dirección”, concluye el investigador.
Desde este grupo inciden en la necesidad de contribuir a que la situación no empeore a mayor velocidad con medidas como la movilidad sostenible, un consumo responsable o la eficiencia energética. “Aunque nos parezcan pequeñas acciones, todas juntas tienen su efecto”, subraya Portero.
La originalidad de esta investigación reside también en el uso de una metodología estadística novedosa en climatología, conocida como Max-Stable Processes.
Se trata de un trabajo que no hubiera sido posible realizar sin la participación del personal investigador del área de Estadística e Investigación Operativa del Departamento de Matemáticas y de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). Parte del fruto del mismo se debe, igualmente, a las colaboraciones previas con universidades y empresas francesas.