La orden religiosa Fundación Corazonistas no ha podido contactar todavía con el misionero español Antonio López García-Nieto -nacido en Badajoz- en Vanuatu, el archipiélago azotado este fin de semana por un poderoso ciclón en el océano Pacífico.
“Desgraciadamente las comunicaciones en Vanuatu no están operativas y no hemos podido contactar todavía con la Misión del Colegio Técnico de Lowanatom”, señalaron fuentes de la fundación en referencia a la isla donde está destinado el religioso.
El ciclón de categoría 5, considerado uno de las más potentes que ha golpeado la región en los últimos años, ha causado al menos seis muertos y 30 heridos en la capital Port Villa, pero los daños ocasionados en las más de las 80 islas del país aún se desconocen porque el resto del territorio está incomunicado.
Los primeros vuelos aéreos realizados en la sureña isla de Tanna -2.500 kilómetros al noreste de Australia-, una de las más pobladas y remotas de Vanuatu, dan cuenta de un panorama de destrucción, aunque se desconoce qué ha pasado en el terreno en donde operan algunas misiones religiosas como la de Lowanatom.
Desde los 18 años en el Pacífico
En ese colegio técnico trabaja desde hace años el sacerdote católico Antonio López García-Nieto, quien nació en Badajoz y llegó a Vanuatu en 2001, aunque ya desde los 18 años trabajaba en otros lugares del Pacífico Sur, según una entrevista que concedió en octubre al Servicio de Información Católica.
El sacerdote español enseña en los cursos superiores y además realiza labores sanitarias en Lowanatom, en donde vive en comunidad con un hermano canadiense y dos de Vanuatu, de acuerdo a esa entrevista.
Si bien se desconoce el destino del hermano López, él ya ha sobrevivido a otros desastres similares como la alerta de maremoto en Vanuatu tras el terremoto en las Islas Salomón de febrero de 2013 cuando dijo a través de un mensaje publicado en la página de Facebook de las Obras Misionales Pontificias (OMP) que estaba “vivo y coleando”.
El paso del ciclón Pam el sábado por Tanna ha dejado a la isla totalmente incomunicada y, a pesar de los intentos por comunicarse con él, ni el sacerdote ni otros miembros de la congregación en la zona responden los mensajes electrónicos ni las llamadas.
“Llevamos toda la mañana intentando localizarle y es imposible. Le hemos escrito un correo, a ver si nos contesta, y le hemos dejado varios mensajes de voz”, señaló otra fuente de la OMP.