Uno de los tres acusados por el asesinato en Zafra en febrero de 2012 de un empresario y de su sobrina embarazada, ha reconocido los hechos este lunes, en el comienzo del juicio que se celebra en Badajoz, aunque ha añadido que no tenía intención de provocar la muerte de las dos personas.
La Audiencia Provincial de Badajoz ha iniciado un juicio con jurado popular, compuesto por 9 personas, que estudia estos hechos donde dos hermanos están acusados de asesinar al empresario y su sobrina, suceso por el cual también se sienta en el banquillo un cuñado de los acusados.
Tras la formación del jurado se ha iniciado la vista, donde S.B.C. ha pedido perdón por lo ocurrido y ha reconocido su responsabilidad en la muerte de las dos personas, aunque explicado que no tenía intención de ello. Por lo tanto, el juicio discutirá ahora la calificación legal de estos hechos, si son considerados como asesinato, o como homicidio como pide su defensa.
Un hermano de ese acusado, F.B.C., ha indicado por su parte, como había expresado anteriormente su hermano, que no tuvo relación con los hechos y que acompañó desde Valencia a su familiar a Zafra aunque desconocía el motivo del viaje.
En el juicio la Fiscalía solicita para los dos hermanos la pena de 37 años y medio de prisión por los dos asesinatos, y para el cuñado de uno de ellos la de 39 años y medio al inculparle también del delito de tenencia ilícita de armas, ya que al parecer fue quien facilitó la pistola.
En el escrito de acusación se indica que S.B.C. había mantenido relaciones comerciales con el empresario segedano por la compra de un camión, fruto de la cual surgieron desacuerdos y por lo que se desplazó a Zafra desde Requena (Valencia) dos veces junto a su hermano.
Decididos a resolver de una vez la situación, señala el fiscal, la madrugada del día 27 de febrero de 2012, los acusados viajaron a Zafra, acompañados del cuñado de uno de ellos, procedente de Alzira (Valencia) quien “les proporcionó una pistola corta semiautomática”. Una vez en Zafra, los acusados se dirigieron a la nave del empresario y su sobrina, empleada del mismo, quien les dejó pasar porque les conocía y donde se produciría el asesinato.