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La vida a escasos metros de un vertedero

Imágenes del vertedero, con la ciudad de Mérida al fondo

Jesús Conde

“Desechos y basuras en cantidades gigantescas, esto es un macro vertedero”. Estas son las palabras de los vecinos de Mérida que residen frente a las instalaciones de una empresa de reciclaje de materiales de la construcción, en el Polígono Industrial El Prado.

Más de 60 viviendas de Mérida conviven con una planta de reciclaje y residuos de la construcción a las puertas de su casa. Son montones de residuos que están conformando una plataforma que supera el nivel del suelo, almacenados directamente en el terreno según denuncian.

Cuentan que la situación es insostenible cuando llega el verano, y cuando parte de la escombrera comienza a arder, formándose --dicen-- una carbonera en constante combustión a pocos metros de las viviendas. Algunas a escasos 20 metros. Pero además hay numerosas parcelas con olivos y frutales, y unos pozos de agua de los que ya no se atreven a utilizar.

La Plataforma de Vecinos “Cerro de la Grulla” de Mérida advierte que cuando comienzan las combustiones la polvareda procedente del vertedero no solo se cuela en sus casas, sino otras tantas más. El motivo es que la planta se encuentra a menos de 2 kilómetros del casco urbano de Mérida y de Calamonte, según denuncian.

Los vecinos han presentado quejas ante todas las administraciones (Ayuntamiento, Confederación Hidrográfica del Guadiana y la Junta), así como ante la Guardia Civil.

Tras las quejas la Junta de Extremadura procedió a realizar una inspección a comienzos del mes de septiembre, y tras levantar un acta los técnicos se va a incoar un expediente sancionador por incumplimiento de la autorización ambiental otorgada, según ha aclarado el Ejecutivo regional a este diario.

Aclara la Junta también que las instalaciones cuentan con autorización ambiental otorgada por un periodo de cinco años mediante resolución de 22 de febrero de 2011 por la extinta Dirección General de Evaluación y Calidad Ambiental, para la actividad de almacenamiento y reciclado de residuos no peligrosos de construcción y demolición.

A petición de la empresa, mediante posteriores resoluciones del órgano ambiental de la Comunidad Autónoma de Extremadura, se autorizó el almacenamiento de otros residuos no peligrosos: escorias procedentes de planta de biomasa, restos vegetales, maderas, plásticos, metales, fibra de vidrio, papel-cartón, vidrio, textiles, voluminosos.

Las quejas vecinales

La plataforma “Cerro de la Grulla” ya ha recogido 400 firmas reclamando que las administraciones tomen cartas en el asunto. “Esto es un movimiento ciudadano, que denuncia que la ciudad de Mérida no se puede permitir tener un basurero así dentro de la propia ciudad”, comentan.

Entre otras cuestiones, critican que la acumulación en cantidades enormes de todo tipo de sustancias lleva consigo un enorme riesgo de incendio, y que las instalaciones están situadas junto a vegetación, unas torretas de electricidad, unos depósitos con contenido petroléifero y varias industrias alimentarias situadas en el Polígono Industrial El Prado de Mérida.

Las instalaciones también están muy próximas de la Academia de la Guardia civil, de la Ciudad Deportiva, del Polígono Nueva Ciudad o el hospital.

También manifiestan que, habiendo concedido el Gobierno de Extremadura una subvención a esta Empresa de 47.980 euros a través de la Consejería de Empleo, Empresa e Innovación --como empresa que proyecta una Planta de Reciclaje y Valoración de Residuos de Construcción y Demolición (R.CDS) con fondos de la Unión Europea-- no pueden sentirse de otra forma que indignados, “por decirlo suavemente”.

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