En el verano de 2010 muchos hombres del norte de Cáceres se dejaron barba y el pelo largo. Otros se lo cortaron no más allá de tres dedos. La ocasión merecía la pena: alta en la Seguridad Social y unos 50 euros por día de rodaje, amén de los minutos de fama y la diversión que les reportó formar parte del centenar de extras que Antena 3 eligió para rodar la televisiva serie Hispania. Transmutaron su fisonomía durante meses en la de aguerridos soldados a la orden de Marco Antonio o de Viriato, según el bando en el que mejor encajaron, y las comarcas de La Vera, Ambroz y Valle del Jerte recibieron una importante inyección de aventura y dinero.
Tres años después la historia se repitió en Cáceres, Trujillo y Plasencia, escenarios elegidospara la afamada Isabel, de Televisión Española. En esta ocasión se necesitaron 243 extras para convertirse en aldeanos, nobles y soldados a 30 euros netos por sesión.
Juego de Tronos y alguna otra gran producción le han hecho también ‘ojitos’ a Extremadura, pero al final la falta de incentivos les ha llevado a buscar otros destinos. Esa fuga de claquetas y cámaras es la que pretende atajar el Gobierno de Extremadura con una ley que incentivará los rodajes audiovisuales y cinematográficos en su territorio. El borrador lo han elaborado los profesionales de la Extremadura Film Comission, oficina dependiente de la consejería de Educación y Cultura que se encarga de facilitar la producción de largometrajes, series y documentales a los interesados en traer sus equipos a la comunidad autónoma.
“Llevamos dos años abogando por esta ley, que es la tónica que viene imperando en Europa y América desde hace mucho tiempo. Las grandes productoras nacionales e internacionales antes de decidir un tipo de localización miran si la región o el país tienen algún tipo de incentivo y en función de esto hacen el plan de rodaje”, cuenta Rubén Gundín, responsable de este departamento.
Según los datos que maneja, las regiones sin incentivos pierden el 90 por ciento de los rodajes y el conjunto de España el 80 por ciento de los internacionales a priori interesados, por la falta de ayudas. Se salva Canarias, que sí cuenta con esa ley que le reporta un aumento sobresaliente del número de rodajes, reducción del paro por las contrataciones temporales y aumento de la actividad económica en las zonas en las que se instalan los equipos. Igual que Extremadura, el País Vasco, Navarra y Andalucía están trabajando para tener su propia normativa.
La previsión es que Extremadura cuente con ella en la primera mitad del año que viene. El borrador se encuentra en estos momentos en proceso de revisión jurídica, antes de enviarlo a Europa que es donde se tiene que aprobar.
De Joselito a Almodóvar
Antes que Hispania e Isabel la región se ha convertido en plató en muchas ocasiones. Mario Camus rodó Los Santos Inocentes en Alburquerque, Mérida y Zafra; Gerard Depardieu fue Cristóbal Colón en Cáceres a las órdenes de Ridley Scott, para 1492 La Conquista del Paraíso; La Celestina de Gerardo Verapasó por Trujillo y Cáceres con Penélope Cruz y Juan Diego Botto; Almodóvar se vino hasta Granadilla con Átame y Joselito gorjeó en Guadalupe como El Pequeño Ruiseñor.
Son solamente algunos ejemplos que revelan la atracción que despierta Extremadura para los productores. El porqué está en “el potencial increíble que tiene para el cine y la televisión, con localizaciones muy variadas y un clima con muchas horas de sol, que es lo que se busca a la hora de rodar”, apunta Gundín. El hecho de que no sea tan cara como otras regiones la hace aún más atractiva a la hora de ser candidata.
Todo un patrimonio natural que espera ese empujón en forma de ley que se prevé que tendrá impacto económico directo e indirecto sobre sectores económicos diversos. A nadie se le escapa que la cantidad de gente que mueve una producción audiovisual implica gasto en alojamiento, restauración y contrataciones. Además, se confía en que servirá para crear un tejido industrial del propio sector cinematográfico con figuras como creadores, técnicos, actores o proveedores.
Sería una pena que no llegase a tiempo para convencer a los productores de Diagonal TV de que Extremadura es el lugar perfecto para la serie sobre Carlos V que tomará el relevo a Isabel y prevén emitir en el otoño de 2015.