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Líder del BNG

Ana Pontón: “Hay quien cree que se puede construir una alternativa en el anti, pero yo quiero construir a favor”

La portavoz nacional del BNG, Ana Pontón.

Daniel Salgado

10 de noviembre de 2021 06:00 h

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Ana Pontón (Sarria, Lugo, 1977) será de nuevo la portavoz nacional del BNG. Lo decidió el pasado domingo el 99% de la militancia nacionalista presente en la 17ª Asemblea Nacional de la organización. Refrendó así el rumbo de una dirección política que en 2015 asumió el timón con siete escaños y cuarta fuerza en el Parlamento de Galicia y llevó el Bloque a la cabeza de la oposición a Feijóo con 19 asientos. “No giramos nada, estamos donde estábamos, en un proyecto con vocación de defender Galicia”, explica Pontón sobre presuntos movimientos estratégicos. “El siguiente objetivo es la presidencia de la Xunta”, aclara, e insiste en el carácter propositivo de su mandato: “Hay quien cree que se puede construir una alternativa en el anti, pero yo quiero construir a favor”.

Históricamente, el BNG ha llegado a mencionar el objetivo de una república gallega, pero nunca se ha definido como independentista. ¿Por qué ha causado tanto revuelo que el dirigente Rubén Cela afirmase que la organización no lo es?

El BNG está donde ha estado siempre. De hecho, ponemos en nuestras siglas lo que somos. Por lo que me han contado -yo no estuve allí- fue uno de los debates en su fundación en 1982, si poner en las siglas que éramos nacionalistas o no.

¿Pero le ha sorprendido la reacción general?

Últimamente hay cosas que ya no me sorprenden. Pero insisto, estamos donde estábamos. En los principios de que Galicia es una nación, de que el Estado en el que nos encontramos es plurinacional, y en la defensa del reconocimiento del derecho a decidir sobre nuestro futuro. Y, sobre todo, en la convicción de que Galicia gana cuando no deciden por nosotros en Madrid. Ahí tenemos mucho terreno en el que avanzar.

¿Y qué es el BNG hoy?

El BNG es más BNG que nunca, más unido, más cohesionado, con más fuerza y con las ideas muy claras. Y con un objetivo para los próximos años: poner en marcha un cambio gallego y conseguir la presidencia de la Xunta dentro de tres años. Sabemos que la clave es llegar a las mayorías sociales de nuestro país.

Algunos observadores hablan de giro a la moderación del Bloque. ¿Comparte esa visión?

Insisto, no giramos nada, estamos donde estábamos: en un proyecto con vocación de defender Galicia y poner el país a producir, y que se lanza a asumir las responsabilidad que le ha dado la sociedad gallega. Porque fueron los gallegos y las gallegas los que nos situaron como segunda fuerza política y con el mayor número de escaños de nuestra historia. Nuestra responsabilidad es seguir ensanchando la base.

¿Y cómo se ensancha?

Nos tienen que conocer más y conocer cuáles son nuestras propuestas y alternativas. Observo a un PP muy nervioso porque el Bloque no está en la esquina a la que ellos nos querían reducir, ni estamos encasillados en los estereotipos que construyen sobre nosotros. Cada vez más gallegos piensan que acertamos con las propuestas que ponemos sobre la mesa: la energía de este país debe estar al servicio del país. Necesitamos una estrategia de innovación, cuidar el medio ambiente, cambiar el modelo forestal del eucalipto y aspirar a más poder político para Galicia. Y ahí existe un terreno muy amplio con muchas personas que están mirando hacia nosotros.

¿En qué lo nota?

Un síntoma claro son las últimas elecciones gallegas. Pero también creo que esta es una organización que está recogiendo a mucha gente y creciendo, gente que estuvo en el BNG y se marchó, gente que nunca estuvo en política, o gente que ha estado en otros espacios y ve con claridad que la única alternativa real que hay al PP es el BNG.

Dice que al BNG está regresando gente que ya había militado y se marchó. Sobre la mesa ¿está la reintegración de colectivos y partidos escindidos en 2012 en la asamblea de Amio?

El BNG de hoy no es el de los 90. Ese esquema de colectivos es una pantalla que ya hemos pasado, y hoy somos más BNG que nunca. Existen colectivos dentro del BNG, pero lo que somos es una fuerza cohesionada, que además tuvo que hacer ajustes de mensaje y de táctica en un momento en el que era muy difícil. Tuvimos que tomar decisiones muy valientes y demostramos unidad, generosidad interna y vocación de ir a por todas. Eso le da miedo al PP, que en 12 años construyó una parte de su discurso intentando demoler la alternativa. Pero nosotros estamos aquí para disputar la hegemonía al PP.

¿Percibe nervios en Feijóo?

Tras las últimas elecciones gallegas, en el medio de una pandemia, el presidente de la Xunta lanzó una ofensiva personal contra mí, para intentar desacreditarme. Vemos al PP más preocupado en hacerle oposición al BNG que en gobernar este país. La manipulación de los medios públicos es brutal. En su información sobre esta asamblea, habló más el PP que el propio BNG. Pero lo que yo veo detrás de todo esto es nerviosismo. A veces se dice que el nacionalismo ha tocado techo, y yo siempre digo que en las últimas elecciones quien ha tocado techo es el PP. El BNG va a avanzar.

En el discurso actual del BNG hay ecos de la etapa en que fue líder Anxo Quintana. ¿Ha sido injusto el nacionalismo con su papel y legado?

En todas las etapas que ha atravesado el BNG hay elementos comunes a nuestro discurso. Por ejemplo, el nacionalismo gallego siempre tuvo vocación mayoritaria. De hecho, fue en los 90 [con Xosé Manuel Beiras como portavoz nacional y candidato] cuando también conseguimos ser segunda fuerza política. Pero hoy no estamos ni en el BNG de los 90 ni en el de los 2000.

Tampoco Galicia es la misma.

Tampoco. Estamos en una situación diferente, en la que una nueva generación se ha puesto al frente del BNG y ha sabido leer lo que estaba pasando en la sociedad y conectar con muchos segmentos sociales. Lo que demuestra la potencialidad del BNG cuando hace un discurso bien centrado en la realidad del país y un esfuerzo pedagógico. Yo le reconozco a todo el mundo, haya sido portavoz o militante, lo que ha aportado a la organización. Y además reconozco el mérito de todas las personas que se ponen al frente y dan la cara, que no es fácil.

La catedrática de Comunicación Margarita Ledo explicaba en un reportaje de elDiario.es que el BNG “ha clarificado su mensaje”. ¿Lo ve así?

Fue una de las reflexiones que hicimos en la asamblea de 2015, cuando marcamos un nuevo rumbo después de analizar qué había pasado en los últimos años y por qué el BNG estaba perdiendo apoyos. Una de las conclusiones más claras era que debíamos hacer un discurso pedagógico, actualizarlo y explicar a la gente cuáles son las alternativas. Porque la política es el debate de ideas. Sin ideas seríamos gestorías y para eso no se necesitan ni gobiernos ni democracia. No creo en la tecnocracia.

En la asamblea del pasado domingo habló del “BNG del sí”.

En estos años hemos estado atentas a las cuestiones que preocupan a la ciudadanía, desde la estafa de la luz a lo que sucede con las infraestructuras, la emigración los servicios públicos. Pero no solo hacemos críticas, sino que al lado de cada crítica colocamos una propuesta. Y creo que eso está generando confianza. Porque a veces hay quien cree que se puede construir una alternativa en el anti, pero yo quiero construir a favor. Nuestra alternativa no es ser antiPP, sino ser proBNG y proGaliza.

Otra proclamación que realizó en la asamblea fue la de que la organización “sale a ganar”. ¿Antes no lo hacía? ¿Qué ha cambiado? Había analistas que les afeaban “resistencialismo” o estar excesivamente a la defensiva.

No voy a asumir los estreotipos que otros constuyen sobre nosotros. Pero ahora estamos en una etapa en la que queremos ser muy claros respecto de los objetivos que nos marcamos. Somos la segunda fuerza política del país y el siguiente objetivo es la presidencia de la Xunta. Lo que expresamos es que nos vamos a tomar muy en serio el trabajo de estos tres años que quedan hasta las elecciones, intentando acertar y con toda la humildad. Porque en la vida y en la política hay que tener humildad.

Afirma que el PP ha tocado su techo electoral pero ¿puede el nacionalismo de izquierdas entrar en ese espacio?

Lo primero es tener confianza en el país, en el BNG y en que nuestro proyecto puede llegar a una maioría. Pero más allá de las etiquetas que funcionan en la política, para mí hay un elemento muy importante: hay una mayoría de gallegas y gallegos que tienen un gran sentimiento de país. Es ahí donde el BNG tiene una base para crecer. Debemos canalizar ese sentimiento en términos electorales y políticos.

La relación parlamentaria del Bloque con el PSdeG no atraviesa su momento de mayor complicidad. ¿Mejorará con el nuevo liderazgo socialista de González Formoso?

En el BNG no hemos cambiado la relación que tenemos con el Partido Socialista. Es una fuerza con la que tenemos acuerdos puntuales de gobierno en diputaciones y ayuntamientos. Y aquí en el Parlamento nosotros seguimos teniendo la misma cordialidad que anteriormente. No fuimos nosotros los que nos movimos.

¿Ellos sí?

Es evidente que el BNG y el PSOE son fuerzas políticas distintas. Pero, en todo caso, ya tenemos una amplia cultura de coalición, y esa cultura de coalición debe formar parte de los valores democráticos que impregnan una sociedad. Es evidente que el mapa político en Galicia no va a ser bipartista, y que debemos ser capaces de leer lo que manda la ciudadanía, no defraudar a quien quiere que haya una alternativa al PP. Nosotros siempre vamos a estar ahí.

Si hoy fuese presidenta de la Xunta de Galicia, ¿cuáles serían sus medidas de choque?

La prioridad es luchar contra la crisis económica. Hay que poner en marcha un plan que permita una industria sustentable basada en la ciencia y en la innovación y con empleos de calidad. Lo segundo, reforzar los servicios públicos tras 12 años de recortes. Y lo tercero, necesitamos más capacidad de decisión sobre asuntos claves: debemos aspirar a que nos transfieran todas las competencias reconocidas y dar un debate sobre el papel de Galicia como nación dentro del Estado español. Y no quiero olvidar la lengua gallega, que pierde hablantes a causa de una política premeditada del PP.

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