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Besteiro deja la política local para “centrarse en proyecto del PSdeG para Galicia”

Fin de ciclo. Sea cual sea el resultado de las elecciones municipales, José Ramón Gómez Besteiro dejará a finales de la próxima primavera la presidencia de la Diputación de Lugo. Ocho años después de convertirse en el primer presidente socialista de la institución -el primer presidente de izquierdas “desde los romanos”, suele ironizar- y desbancar al histórico y controvertido Francisco Cacharro Pardo (PP) al frente de la coalición de PSdeG y BNG Besteiro dejará la política local para, dice, “centrar todos mis esfuerzos en la construcción del proyecto del PSdeG para Galicia”, proyecto que, en última instancia, pasaría por intentar optar a la Presidencia de la Xunta.

El líder de los socialistas aprovechó este miércoles un desayuno informativo en Santiago para ratificar lo que venía trascendiendo desde hace días. “Considero que la política son ciclos y que los representantes públicos tenemos que ser coherentes con la vida y el compromiso que hemos adquirido en cada uno de esos ciclos”, señaló ante un auditorio formado por gran parte de la cúpula de los socialistas y representantes del mundo empresarial. La decisión de “no concurrir a las elecciones municipales” y, por lo tanto, de no optar a un tercer mandato en la Diputación la toma, dice, porque “creo que es posible recuperar el futuro”, comenzando por “devolverle el orgullo a todas las personas que no han tenido la culpa de la crisis pero que han sido equiparadas en responsabilidad con los verdaderos responsables”.

En este contexto, Besteiro desgrana las líneas maestras del que, pretende, sea el programa que sobre el que basar la “tarea de que la tercera generación de socialistas llegue lo antes posible al gobierno”, toda vez que “a estas alturas queda patente que las respuestas de la derecha”, “basadas en recortes, austeridad y estigmatización de lo público como sistema fallido, no han cumplido las expectativas y están creando más daño estructural”. “Galicia hoy no ofrece oportunidades de desarrollo vital” para la población y por este motivo, dice, su “compromiso firme” pasa por una “apuesta clara por recuperar lo público como forma de organización económica y social”. Este “compromiso” implica “trabajar para promover la creación de empleo estable y de calidad”, “retener y hacer retornar el talento formado con dinero público durante estos años” y “hacer de la energía un verdadero sector estratégico que favorezca la reindustrialización de nuestra comunidad”.

El quinto pilar de este bosquejo de programa político es lo que Besteiro explica como “recuperar un galleguismo de base económica sobre la base de nuestras potencialidades como territorio y de nuestra identidad como país”. Esto, dice, no significa solo una reivindicación de lo propio en clave cultural, sino también “una galleguización de nuestra economía y de nuestras empresas”, de modo que se pueda “estructurar el desarrollo económico” de las compañías gallegas “basándose en los grandes recursos de los que disponemos en Galicia”. “Especializar geográficamente el país es imprescindible -afirma-: no todos podemos hacerlo todo, pero entre todos seremos capaces de llevar adelante cualquier proyecto”.

En esta línea, el líder del PSdeG cree que la lengua gallega tiene que ser vista también como “una gran oportunidad económica”, además de “constituir una parte fundamental de nuestra identidad”. El gallego, enfatiza, “nos ofrece numerosas oportunidades en cuanto a nuestra participación en el contexto económico internacional” por ser “puerta hacia mercados de más de 217 millones de habitantes”. Con la vista puesta en la lusofonía, la “identificación gallega” y la “vuelta a la galleguidad de nuestro sector productivo y empresarial” deberían, a su juicio, “significar parte fundamental de la nueva estructura económica” del país. “Hace falta recuperar un galleguismo útil” que “permita generar actividad, crear empleo, retener población” y, como horizonte, trazar “un camino alternativo a la jaula de la austeridad, deuda, empobrecimiento y desigualdad en la que nos pretenden mantener encerrados”, concluye.