El futuro político de Alberto Núñez Feijóo ya no se conjuga en subjuntivo ni en condicional. Desde hace semanas, y muy especialmente en los últimos días, en los ambientes políticos gallegos se ha pasado de esperar que el próximo sábado el actual presidente de la Xunta anunciará “si se presenta” a sus terceras elecciones a dar por seguro “que se presenta” y solo falta saber el modo en que lo escenificará, en qué argumentos apoyará su discurso ante la junta directiva del PP gallego que convocará el congreso para su reelección. Salvo una sorpresa que descolocaría en grado sumo a propios y extraños, Feijóo lanzará así una precampaña en la que el líder conservador ya marca el terreno de juego y elige rivales prioritarios. Mientras, la oposición en pleno, que ya da por hecho que se enfrentará a Feijóo, asiste a la operación sin candidatos conocidos y entre la incertidumbre de una fecha electoral todavía desconocida.
Tras las municipales de 2015, justo antes de que la jueza Pilar de Lara resucitase las operaciones Garañón y Pulpo, todo parecía indicar que el dubitativo Núñez Feijóo tendría que valorar si presentarse o no sabiendo que, de hacerlo, tendría enfrente al socialista José Ramón Gómez Besteiro. Curtido en la política municipal y ganando enteros cada vez que bajaba al terreno del cara a cara, el socialista parecía lanzado hacia la Presidencia gracias al aumento de poder institucional local con el que PSdeG había compensado su pérdida de votos. Pero De Lara irrumpió por enésima vez en la escena política gallega, desbaratando en esta ocasión los planes del PSdeG a nivel autonómico, como antes había sucedido con el PP a nivel municipal.
El calvario judicial de Besteiro desembocaba el pasado marzo en su renuncia a la candidatura, primero, y una semana después a la secretaría general -“es lo mejor para mi partido y para mi país”, defendió-. Al frente del golpeado aparato socialista se ha quedado Pilar Cancela, secretaria de organización y ahora presidenta de una gestora a la que le toca convocar las primarias que designarán el rostro a colocar en cartel electoral.
La propia Cancela, señalada como posible recambio de Besteiro, asegura no pensar en lanzarse a una compleja carrera para la que, al menos de momento, ya se han descartado, entre otros, los exministros José Blanco y Francisco Caamaño o la presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva. Mientras se barajan nombres como el del exportavoz parlamentario Xoaquín Fernández Leicega o el de la exconselleira y actual concejala en Vigo María José Caride, en el entorno del partido surgen voces que apuestan por una 'Operación Gabilondo', un movimiento que, emulando al ejecutado por Pedro Sánchez en vísperas de las autonómicas madrileñas, sitúe al frente de la candidatura a una persona de prestigio, respetada internamente y con buena imagen entre la ciudadanía.
Mareas y BNG
Quien finalmente asuma la candidatura socialista tendrá ante sí un reto en absoluto menor: mantener al PSdeG como segunda fuerza política o, lo que es lo mismo, como aspirante a la presidencia en caso de que Feijóo no consiga revalidar la mayoría absoluta, tal y como pronostican las encuestas que los partidos manejan internamente. Esa competencia se dará con el espacio político que representa En Marea, donde tanto la candidatura como el propio artefacto electoral son, por el momento, una incógnita.
Las tensiones previas a la conformación de En Marea -articulada en torno al pacto de Anova, Podemos y Esquerda Unida- y la imposibilidad de formar grupo propio en el Congreso han provocado que referentes de estas fuerzas, como Xosé Manuel Beiras, apuesten abiertamente por la constitución de un “partido instrumental” tanto para los comicios gallegos como para una eventual repetición de las generales. La disposición hacia esta fórmula por parte de Podemos -inmerso actualmente en sus propias primarias tras el conflicto con el hasta ahora secretario general, Breogán Riobóó- y, sobre todo, el encaje de los partidos en el proceso Mareas en Común, impulsado desde enero por la coruñesa Marea Atlántica junto a otras plataformas municipalistas, serán claves para la conformación de candidaturas.
Si el proceso sigue el guión elaborado desde las mareas municipales será un proceso de primarias el que defina una candidatura para la que la que alcaldes como Xulio Ferreiro (A Coruña) o Martiño Noriega (Santiago) ya se han descartado. El influjo de Beiras y la posibilidad de que la persona elegida pueda acabar asumiendo la presidencia de la Xunta aumenta la complejidad de una elección en torno a la que miembros de las plataformas que ahora gobiernan varias ciudades ya lanzan una advertencia: este movimiento carece, al menos por el momento, de cuadros listos para tomar las riendas de la Administración autonómica si las urnas así lo propician
En este contexto, y aunque el nombramiento todavía no se ha producido formalmente, quien más próxima parece estar a la candidatura es la nueva portavoz nacional del BNG, Ana Pontón. La asamblea que la eligió el pasado febrero decidió eliminar la incompatibilidad entre el liderazgo orgánico y el cartel electoral, por lo que todo parece indicar que Pontón será quien asuma el reto de mantener la representación parlamentaria de los nacionalistas, que ya han descartado acercamientos preelectorales a En Marea. No obstante, advertía Pontón en una reciente entrevista con eldiario.es, si “la sociedad gallega vota por un cambio, el BNG dialogará para ponerlo en marcha”.